Oriente Medio (que incluye Arabia, Mesopotamia, Persia, Palestina, Israel, Siria y Líbano) estuvo bajo el dominio del Imperio Otomano hasta 1919, momento en que pasó a manos europeas. Predomina el islam, aunque Jerusalén es una ciudad sagrada también para judíos y cristianos. Palestina, bajo control británico, albergaba población musulmana y judía. El sionismo impulsó el regreso de los judíos a la “Tierra Prometida”. Tras la Segunda Guerra Mundial, la migración judía se intensificó. Gran Bretaña, interesada en el petróleo, repartió territorios entre sus aliados (Arabia Saudita, Irak, Jordania) y apoyó la creación de la OPEP. Francia, por su parte, controló Siria y Líbano. En 1947, la ONU propuso la partición de Palestina: un estado judío, otro árabe y Jerusalén como ciudad internacional. En 1948, se creó el Estado de Israel. Este hecho desencadenó guerras, desplazamientos masivos y violencia entre árabes e israelíes, dando inicio a un conflicto que perdura hasta hoy.
Contexto Detallado de la Crisis del Estado de Israel y Oriente Medio
Para comprender en profundidad la crisis del Estado de Israel y la compleja situación en Oriente Medio, es fundamental revisar sus antecedentes. La región de Oriente Medio abarca la península de Arabia, Mesopotamia, Persia (actual Irán) y la costa oriental del Mediterráneo, incluyendo Israel, Palestina, Líbano y Siria. Esta región estuvo bajo el dominio del Imperio Otomano hasta 1919, momento en que pasó a control occidental. Predomina la población musulmana. En Palestina, bajo dominio británico, también residían judíos, quienes consideraban la región alrededor de Jerusalén y el río Jordán como su Tierra Prometida, y Jerusalén como su ciudad santa. Musulmanes y cristianos también la veneraban.
La presencia europea introdujo la noción de que cada grupo religioso debía poseer su propio territorio. A principios del siglo XX, numerosos judíos se encontraban dispersos por el mundo, fenómeno conocido como la Diáspora. Sin embargo, surgió una doctrina, el sionismo, que abogaba por la congregación de todos los judíos en un mismo lugar. Los judíos comenzaron a emigrar a la Tierra Santa. Esta población, a menudo más rica y mejor preparada que los palestinos, creció significativamente. En 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, la migración judía a Palestina continuó y se intensificó. Gran Bretaña, por su parte, protegía a la población musulmana.
Por otro lado, Gran Bretaña, aunque favoreció la independencia de sus colonias, priorizó sus intereses económicos, especialmente el petróleo. Permitió la independencia de Arabia bajo un rey, quien fue derrocado por la familia Saud, fundadora de Arabia Saudita. A los hijos del rey depuesto se les otorgaron los reinos de Irak y Transjordania (actual Jordania). Gran Bretaña buscaba controlar toda la zona y asegurar el acceso a petróleo barato bajo su influencia. Con este fin, se creó la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo). Francia, por su parte, controlaba Líbano y Siria, y tras la Segunda Guerra Mundial, estableció repúblicas también vinculadas a sus intereses.
Mientras la población judía seguía creciendo en Palestina, los conflictos se intensificaron. Gran Bretaña remitió el problema a la ONU, que decidió la partición de Palestina: una parte para los musulmanes y otra para los judíos. Los judíos se vieron beneficiados con una mayor proporción de tierra y menor densidad de población. Jerusalén, por su parte, fue designada como ciudad internacional bajo control de la ONU en 1947. En 1948, Gran Bretaña abandonó Palestina, y el Estado de Israel fue declarado. Este período estuvo marcado por numerosos desplazamientos y matanzas.
Las Guerras Árabe-Israelíes: Un Conflicto Persistente
A continuación, se detallan las principales guerras entre Israel y los países árabes:
1. Guerra Árabe-Israelí (1948-1949)
La Liga de los Países Árabes, recién fundada, se enfrentó a Israel. A pesar de la superioridad numérica árabe, Israel resistió el ataque e incluso logró avanzar. La ONU intervino, pactándose un alto el fuego.
Desde 1949, la inmigración judía continuó, aumentando la población. El Estado implementó un plan de “conquista del desierto”, que incluía el cultivo de zonas áridas y la creación de pozos en granjas colectivas. Se impuso el hebreo como lengua oficial, y se establecieron trabajos y servicios militares obligatorios.
2. Crisis del Canal de Suez (1956)
En 1956, el general Nasser nacionalizó el Canal de Suez y bloqueó el comercio israelí, lo que desencadenó una guerra entre Egipto e Israel, complicada por el contexto de la Guerra Fría. Israel obtuvo ganancias territoriales, acercándose a Jerusalén. Estados Unidos y la Unión Soviética se vieron implicados. A pesar de la condena de la ONU, no se logró ningún cambio significativo. En 1960 (según el texto original), apareció la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), formada por países árabes que consideraban a Israel su enemigo.
3. Guerra de los Seis Días (1967)
En 1967, estalló la Guerra de los Seis Días. Israel atacó a Egipto, Libia, Siria y Jordania. Israel contaba con el apoyo de Estados Unidos, aunque no hubo una provocación o motivo aparente inmediato. Los israelíes reclamaban su tierra. Ocuparon varios territorios, destacando la península del Sinaí, lo que les permitió controlar el canal. La ONU condenó el ataque, pero Israel lo ignoró. La región se vio aún más afectada por la política de bloques: Israel alineado con Estados Unidos y los países árabes con la Unión Soviética.
En 1970, el presidente egipcio Nasser falleció, y Anwar el Sadat asumió el poder. Sadat se acercó a Estados Unidos, y hubo intentos de paz, aunque poco fructíferos.
4. Guerra de Yom Kippur (1973) y Crisis del Petróleo
En 1973, estalló la Guerra de Yom Kippur, en la que Israel fue atacado por una coalición de países árabes, liderada por Egipto y Siria. Israel logró recuperar el Sinaí, y con ello el control del Canal de Suez. Israel recibió ayuda de Estados Unidos y sus aliados. En respuesta, la OPEP decidió subir drásticamente el precio del petróleo, lo que causó una crisis energética global durante toda la década de 1970. El petróleo, un bien estratégico, ha sido un factor clave en numerosos conflictos. A pesar de estos desafíos, Israel ha continuado su crecimiento, aumentando su población y su influencia global.
5. Consecuencias y Evolución del Conflicto
La OLP y los países árabes sufrieron el impacto de la caída de la Unión Soviética y el colapso de los ideales socialistas. Sin embargo, surgió un nuevo ideal motivador: el fundamentalismo islámico, lo que llevó a un incremento de las acciones terroristas.
En octubre de 2013, Israel fue objeto de acusaciones por parte de países limítrofes de proteger a grupos terroristas islámicos. Jamás.