Mester de Juglaría y Clerecía: Tradiciones Poéticas de la España Medieval

El Mester de Juglaría: La Voz del Pueblo en la España Medieval

El Mester de Juglaría, cuyo nombre significa “oficio de los juglares”, fue una forma de poesía narrativa oral que floreció entre los siglos XII y XIII en la Península Ibérica. Su principal finalidad era entretener al pueblo y transmitir historias, por lo que los juglares las recitaban o cantaban en lugares públicos como plazas, castillos o caminos. Estas composiciones eran populares y estaban concebidas para ser escuchadas, no leídas, lo que explica su carácter oral y su transmisión anónima de generación en generación.

Características del Mester de Juglaría

  • Se trataba de relatos narrativos y épicos que contaban las hazañas de personajes reales o legendarios.
  • Empleaban un lenguaje sencillo y directo, lleno de fórmulas fijas, repeticiones y recursos mnemotécnicos que facilitaban su memorización.
  • Utilizaban versos de medida irregular, conocidos como anisosilábicos, con rima asonante.
  • Destacaban valores como el honor, la lealtad, el coraje y la fama.

La Épica Castellana y sus Peculiaridades

Dentro de este contexto, la épica castellana se consolidó como una forma literaria destinada a relatar las gestas de héroes medievales hispánicos. Aunque compartía elementos con otras tradiciones épicas europeas, poseía rasgos propios:

  • Un marcado realismo: los héroes, aunque idealizados, se mostraban con emociones, dudas y comportamientos humanos.
  • Basadas en hechos históricos, aunque mezclados con componentes legendarios.
  • Un tono sobrio y austero, alejándose de los elementos fantásticos exagerados que abundaban en la épica francesa.
  • Su propósito no era solo entretener, sino también enseñar, al proponer modelos de conducta ejemplar.

El Cantar de mio Cid: Obra Cumbre del Mester de Juglaría

El ejemplo más importante y casi único que se conserva de este tipo de literatura es El Cantar de mio Cid, compuesto hacia el año 1200. Esta obra relata las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el Cid Campeador, y se divide en tres partes o cantares:

  • Cantar del destierro: El Cid es injustamente expulsado por el rey Alfonso VI y parte a conquistar tierras para recuperar su honor.
  • Cantar de las bodas: Tras recuperar su fama, casa a sus hijas con los infantes de Carrión.
  • Cantar de la afrenta de Corpes: Estos infantes deshonran a las hijas del Cid, quien reclama justicia ante el rey. Como desenlace, sus hijas terminan casándose con los príncipes de Navarra y Aragón.

El Mester de Clerecía: La Erudición al Servicio de la Fe

El Mester de Clerecía, cuyo nombre significa “oficio de los clérigos”, fue una corriente literaria culta que surgió en el siglo XIII como respuesta al más popular y oral Mester de Juglaría. A diferencia de los juglares, los autores del Mester de Clerecía eran en su mayoría clérigos o personas instruidas, que componían sus obras por escrito con el propósito de ser leídas, y no simplemente escuchadas. Su objetivo principal era la enseñanza, por lo que sus textos tenían un claro carácter didáctico y moralizante, orientado a educar al pueblo en la fe cristiana, así como en valores religiosos y culturales.

Rasgos Distintivos del Mester de Clerecía

  • Uso de un lenguaje cuidado y elaborado, muy distinto al tono sencillo del Mester de Juglaría.
  • Empleaba una métrica regular basada en versos alejandrinos de catorce sílabas, organizados en estrofas de cuatro versos con rima consonante, forma conocida como cuaderna vía.
  • Profundamente influida por fuentes latinas, religiosas y eruditas, lo que le confería un tono más culto y reflexivo.

Gonzalo de Berceo: El Primer Poeta Castellano Conocido

Uno de los máximos representantes de esta corriente fue Gonzalo de Berceo, considerado el primer poeta conocido en lengua castellana. Nacido en la Rioja y vinculado al monasterio de San Millán de la Cogolla, Berceo escribió principalmente obras religiosas, entre las que destacan los Milagros de Nuestra Señora, una colección de relatos en verso que ensalzan la figura de la Virgen María a través de intervenciones milagrosas en favor de sus devotos. También compuso vidas de santos y textos devocionales, todos con la finalidad de instruir y reforzar la fe del pueblo. Su obra representa una síntesis entre la erudición clerical y el deseo de acercarse a un público amplio mediante una forma accesible y atractiva.

El Libro de buen amor: La Evolución del Mester de Clerecía

En el siglo XIV, el Mester de Clerecía experimentó una evolución que se ve reflejada en una de sus obras más complejas y conocidas: El Libro de buen amor, escrito por Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita. Esta obra representa una etapa tardía del movimiento, en la que se mezclan diversos géneros y tonos. A medio camino entre el relato autobiográfico, la poesía amorosa, las fábulas y los cuentos, el libro aborda temas como el amor carnal y el amor divino desde una perspectiva ambigua, alternando momentos de reflexión seria con pasajes humorísticos o satíricos. El Libro de buen amor combina lo didáctico con lo burlesco y ofrece un rico retrato de la diversidad cultural y social de su época, marcando así una transición hacia una literatura más variada y abierta a diferentes interpretaciones.