La España Medieval: Poder, Crisis y Expansión en la Baja Edad Media

La Organización Política y las Instituciones en la Baja Edad Media

Los monarcas de este siglo se centraron en defender y consolidar su poder, el cual, según su ideología, les era otorgado por Dios, ya fuera directamente, a través del pueblo o del Papa. Este poder se consolidó a través de una serie de instituciones clave:

  • Derechos Regios: Los reinos eran considerados propiedad de las dinastías y se heredaban por primogenitura. Incluían el derecho de patronazgo y regalía.
  • Consejo Real: Institución de composición variada que asesoraba al monarca, especialmente en asuntos judiciales.
  • Chancillerías: Tribunales superiores encargados de la administración de justicia.
  • Hacienda Real: En Castilla, no existía una clara distinción entre las finanzas personales del rey y las del reino. En contraste, la Hacienda Pública de la Corona de Aragón era administrada por la Diputación General.
  • Las Cortes: Instituciones representativas donde participaban los tres estamentos. Las Cortes de Castilla eran únicas para todo el reino, mientras que en Aragón existían Cortes Generales para cada uno de sus territorios (Aragón, Cataluña, Valencia). En Castilla, el rey intervenía primero, seguido de los estamentos; en Aragón, el orden era inverso. Los monarcas castellanos ejercían un poder más absoluto frente a las Cortes, mientras que en Aragón predominaba el pactismo. En la Corona de Aragón se convocaban cada dos años; en Castilla, bajo los Reyes Católicos, su convocatoria se redujo drásticamente.
  • Concejos y Señoríos: Formas de organización territorial y de propiedad de la tierra. En el señorío territorial, la tierra y sus rentas pertenecían a un noble. En el señorío jurisdiccional, el señor ejercía derechos de justicia y gobierno sobre un territorio, aunque la propiedad de la tierra podía ser realenga o de otros. La estabilidad de la propiedad se garantizaba mediante el mayorazgo y la vinculación de tierras.

Crisis Demográfica, Económica y Política en la Baja Edad Media

La Baja Edad Media fue un periodo de profunda inestabilidad, caracterizado por una serie de conflictos y calamidades que afectaron a Europa y, en particular, a la Península Ibérica. Entre ellos, destacan la Guerra de los Cien Años, el Cisma de Occidente, y diversas guerras civiles.

Conflictos en la Península Ibérica:

  • Durante el siglo XIV:
    • Una guerra civil en Castilla que culminó con el ascenso de la dinastía Trastámara.
    • La Guerra entre Castilla y Portugal, donde Castilla sufrió una derrota significativa.
  • Durante el siglo XV:
    • El ascenso de la dinastía Trastámara al trono de Aragón.
    • La Guerra civil entre Castilla y Aragón.
    • La Guerra de Sucesión Castellana (entre Isabel I y Juana la Beltraneja).
    • La Guerra Civil Catalana.

Causas de la Crisis Multifacética:

  • Factores Demográficos y Climáticos: Un cambio climático que provocó malas cosechas y hambrunas, sumado a la devastadora Peste Negra, que diezmó la población.
  • Factores Económicos: El agotamiento de tierras cultivables, un aumento de la producción que no siempre se tradujo en abundancia (generando hambrunas periódicas), y el inicio de la expansión atlántica con la conquista de las Islas Canarias.
  • Factores Sociales: La intensificación de los “malos usos” señoriales sobre los campesinos, que incluían:
    • Banalidades: Pagos obligatorios por el uso de infraestructuras y equipamientos señoriales (molinos, hornos, etc.).
    • Adscripción: Restricción que impedía a los siervos abandonar las tierras del señor.
    • Mañerías: Derecho del señor a heredar los bienes del siervo que moría sin descendencia directa.
    • Corveas: Trabajos agrícolas obligatorios y gratuitos en las tierras del señor.

    Estas tensiones sociales derivaron en importantes rebeliones regionales, como la de los Irmandiños en Galicia (motivada, entre otras razones, por la exclusión de las Cortes) y la de los Payeses de Remensa en Cataluña (resultado de la combinación de los malos usos y los efectos de la peste). Asimismo, se produjeron pogromos antijudíos, que llevaron a la conversión forzada de muchos judíos (conversos).

La Expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo

La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo se caracterizó por una doble vertiente: económica y territorial.

Expansión Económica: Rutas Comerciales

La vertiente económica fue impulsada principalmente por los mercaderes catalanes, quienes establecieron tres rutas comerciales principales:

  • Mediterráneo Oriental: Conexión con Egipto y Siria para el comercio de especias y productos de lujo.
  • Mediterráneo Occidental: Intercambio de cereales por tejidos con el sur de Francia, Cerdeña y Sicilia.
  • Noreste de África Mediterránea: Adquisición de oro y pieles a cambio de tejidos y especias, estableciendo contacto con Argelia, Túnez y Libia.

Expansión Territorial: Conquistas Clave

En el ámbito territorial, la conquista del archipiélago balear (Mallorca, Menorca, Ibiza) sentó las bases para la expansión mediterránea. La Corona de Aragón logró la conquista de Sicilia y obtuvo derechos sobre Córcega y Cerdeña, posesiones que mantendría durante un largo periodo. La culminación de esta expansión se produjo con la conquista del Reino de Nápoles por Alfonso V el Magnánimo.

Las Rutas Atlánticas: Castilla, Portugal y las Islas Canarias

La expansión atlántica, protagonizada por castellanos y portugueses, tuvo un doble carácter: económico y territorial.

Expansión Económica y Bases Estratégicas

Desde el punto de vista económico, los comerciantes castellanos desarrollaron rutas en el Atlántico Norte, estableciendo contactos con Flandes, Francia, Inglaterra y Alemania. Posteriormente, los mercaderes castellanos crearon factorías y colonias en el Atlántico Sur, convirtiendo el archipiélago canario en una base estratégica fundamental para futuras expediciones.

Conquista de las Islas Canarias

Las primeras conquistas en Canarias incluyeron las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y El Hierro. Gran Canaria fue incorporada a la Corona de Castilla con el apoyo de prestamistas italianos. Posteriormente, se ocupó La Palma y se sofocó la resistencia de los guanches en Tenerife. La conquista de las islas pasó a ser un asunto de la Corona, y se instauró un sistema de capitulaciones para organizar las expediciones.

Disputas y Tratados de Demarcación

Las Islas Canarias y, posteriormente, los territorios americanos, fueron motivo de disputa entre Castilla y Portugal, conflictos que se resolvieron mediante la firma de importantes tratados:

  • Tratado de Alcáçovas (1479): Puso fin a la Guerra de Sucesión Castellana y reconoció la soberanía de Castilla sobre las Islas Canarias, a cambio de la renuncia castellana a la expansión por la costa africana al sur del cabo Bojador.
  • Bulas Alejandrinas (1493): Cuatro bulas papales emitidas por Alejandro VI que delimitaron las zonas de influencia y los territorios americanos para Castilla y Portugal, basándose en un meridiano.
  • Tratado de Tordesillas (1494): Por el que Brasil pertenecía a Portugal y Melilla a Castilla.