Virtud y Vicio: Fundamentos Éticos en la Filosofía Griega

Orígenes y Conceptos Fundamentales

La palabra virtud proviene del latín vir, que significa fuerza, fortaleza, esfuerzo. En griego, areté significa lo mismo, más un significado adicional: el de excelencia. Areté proviene del dios Ares, personificación de la fuerza.

Por el contrario, la palabra vicio es en griego kakía, que significa mal y malo. También se usa la palabra griega lathos, que significa enfermedad, pasión. Las mismas palabras indican que el poseedor de la virtud es fuerte, mientras que el del vicio es débil, enfermo. También indican que se necesita esfuerzo para adquirir la virtud, mientras que el vicio se adquiere sin esfuerzo.

La ética, como rama de la filosofía, tiene la función de detectar estos vicios y eliminarlos. Existen tres grandes pathos en el hombre, según la sabiduría griega. Estos pathos aparecen en el mito de la caverna de Platón y, según él, nacemos con ellos.

Los Tres Pathos Principales del Hombre

  1. Pathos del Soma: La Codicia

    El hombre necesita de su soma, se sirve de él, lo cuida, lo viste con dignidad. Pero no debe vivir para su cuerpo, sino como quien no puede vivir sin él. El Pathos del Soma es la codicia, cuya raíz es la avidez, que es la pulsión compulsiva por todo: placeres, deseos, conocimientos, cosas, dinero. Porque, «ningún vicio hay que no tenga padrino» (Séneca), de la codicia se derivan: la avaricia, el consumismo, el gusto por la comida, la impaciencia, la pereza, la curiosidad de los cinco sentidos, la distracción, la trivialidad, las bufonadas, el descontrol en la sexualidad, el gusto por la apariencia, la falta de hospitalidad, la ingratitud y otras cosas por el estilo.

  2. Pathos de la Psique: La Arrogancia

    La enfermedad que ataca a la psique es la arrogancia, cuya raíz es la inclinación o pulsión de ser. De la arrogancia se deriva, como fruto, la ira, que se manifiesta o se disfraza bajo el deseo de querer hacer prevalecer la propia opinión, la propia voluntad, de decir la última palabra, de enseñar y dar consejos a los demás. Asimismo, se manifiesta en la agresividad en el lenguaje, por el gusto por la discordia y la discusión. Otros frutos de la arrogancia son la vanagloria, que se presenta bajo el deseo de ser reconocido, valorado, de tener buena reputación, buen nombre, de recibir honores, de hacer ver a los demás las propias cualidades para ser alabado por ellos, el deseo por el éxito, la fama y el dinero. De la vanagloria se derivan la necedad y la falta de discernimiento. Por último, el tercer fruto de la arrogancia es el orgullo, que se manifiesta en la falta de obediencia a las leyes y autoridades, en la creencia de saberlo todo, en el enfado por no ser tenido en cuenta, en la confianza en las propias fuerzas y saber, en la negativa e incapacidad a aprender, escuchar o saber, y en la creencia de estar por encima de los demás y de no necesitar a nadie.

  3. Pathos del Pneuma: La Ignorancia

    La palabra ignorancia viene del griego agnoia (nous), que significa crueldad, error, terquedad, desconsideración e injusticia. La enfermedad que afecta al pneuma es la ignorancia, cuya raíz es la falsedad, que se presenta bajo la forma de engaño, fraude, mentira, ocultación, hipocresía, difamación, adulación, en el respeto humano, en la falsa tolerancia, en el disimulo, en la ceguera para ver la propia realidad de sí mismo, en el deseo de caer bien, ocultando los propios defectos. De la ignorancia se derivan, como frutos, la malicia, la ausencia de conciencia, la envidia, el rencor y el odio, la ausencia de compasión, el ateísmo y la falta de libertad.

Estos son los tres pathos principales del hombre: codicia, arrogancia e ignorancia, que aparecen implícitos en el mito de la caverna de Platón con la cadena de los pies, el cuello y las sombras. La estrategia de la filosofía es conocerlos y combatirlos a través de las virtudes, liberando al hombre de ellos, de modo que quede sano y sin traumas.

La Virtud Según Aristóteles y Platón

Las Virtudes Aristotélicas

Aristóteles distingue dos clases de virtudes:

  • Virtudes dianoéticas (intelectuales): phrónesis (prudencia), nous (inteligencia) y sophia (sabiduría).
  • Virtudes éticas (del carácter): sophrosyne (moderación), andreia (valentía) y dikaiosyne (justicia).

Aristóteles define la virtud como un modo de ser selectivo, un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por el orgullo, según lo que decidiría el hombre prudente. Es un medio entre dos vicios: uno por exceso y otro por defecto.

En el texto, Aristóteles afirma que ese término medio que es la virtud es «relativo a nosotros», no el centro geométrico, sino más bien un medio que atiende al carácter de cada persona y que se mueve y se fija siempre contra natura de los impulsos de cada uno en particular. Sin embargo, el término medio no es por eso relativo, sino absoluto, pero está en función de la gravedad del pathos de un hombre concreto.

Es la prudencia quien examina cada pathos y cada acción del hombre, fijando el término medio entre el exceso y el defecto.

Adquisición de la Virtud Ética

Según Aristóteles, la virtud ética es una actitud que nace de la decisión y del hábito; es decir, es algo adquirido, no innato, aunque tampoco es antinatural y nada tiene que ver con los buenos deseos. La adquisición de la virtud tiene, según él, la misma dureza y requiere el mismo esfuerzo, destreza y paciencia que el aprendizaje de cualquier habilidad técnica. Las virtudes del carácter nacen de la práctica, por eso aconsejaba su enseñanza en la infancia y la juventud, por cuanto es aquí donde el hábito arraiga más rápidamente.

Virtudes Éticas Griegas y la Psique Humana (Platón)

Existen cuatro virtudes éticas griegas que Platón hace corresponder a las tres partes de la psique humana:

  • Epithymia (parte concupiscible): sophrosyne (moderación).
  • Thymos (parte irascible): andreia (valentía).
  • Logistikon (parte racional): phrónesis (prudencia).
  • Dikaiosyne (justicia): Armonía de las tres partes.

Las virtudes éticas griegas son, pues, virtudes psíquicas, pero se manifiestan en el soma del hombre de la siguiente manera: la sophrosyne se manifiesta somáticamente en la belleza interior física; la andreia, en la fuerza física; la phrónesis, en la regulación física; y la dikaiosyne, en la salud física.