Panorama de la Novela Española en los Años 40: Corrientes y Autores Clave de la Posguerra

La Novela Española en los Años 40: Un Panorama de la Posguerra

La década de los años 40 en España, marcada por las secuelas de la Guerra Civil, fue un periodo de profunda transformación para la novela. En este contexto, emergieron diversas corrientes y autores que reflejaron las complejidades ideológicas, sociales y existenciales de la posguerra.

Novela Nacionalista: La Visión de los Vencedores

La novela de los vencedores plasmó la visión ideológica de los falangistas, sobre todo, y la reivindicación de ciertos valores considerados fundamentales. Se caracterizó por una exaltación inicial del belicismo y, posteriormente, por un sentimiento de desencanto.

Novela Fantástica y Humorística

Esta corriente intentaba una superación del realismo tradicional con una visión desencantada y escéptica. Destacó Wenceslao Fernández Flórez, autor de obras como El bosque animado (1944).

Realismo Tradicional y la Burguesía

El realismo tradicional proporcionó novelas en las que la burguesía constituye el tema fundamental. Se caracterizaban por un argumento muy extenso con una amplia sucesión de hechos, dando lugar a la llamada novela-río.

Juan Antonio de Zunzunegui

En sus obras se ofrece una visión pesimista de la realidad centrada en la decadencia de la burguesía. Entre sus novelas destaca La vida como es (1954).

Ignacio Agustí

Aunque su pentalogía La ceniza fue árbol desemboca en la decadencia final de la familia burguesa, predomina el valor del hombre hecho a sí mismo que logra triunfar en el plano económico y erigirse en modelo social.

Camilo José Cela: El Tremendismo y la Renovación Narrativa

La familia de Pascual Duarte (1942)

Con La familia de Pascual Duarte (1942), Cela inició otra manera de incorporar la realidad como tema literario, consistente en mostrar todo lo que en ella hay de sórdido y terrible; así, se reflejaron con crudeza los aspectos más desagradables, violentos y repulsivos de la España de aquella época.

La familia de Pascual Duarte inauguró la corriente del tremendismo, que impregnó la literatura de los años de posguerra.

El protagonista, un condenado a muerte, relata su vida, llena de episodios terribles, incluyendo el asesinato de su propia madre.

El autor retoma la tradición del realismo decimonónico y de la picaresca. De esta última recoge el modelo de la carta que explica una autobiografía, y un narrador que, a pesar de su incultura, es capaz de realizar reflexiones profundas. El relato en primera persona contribuye a que la narración cree la sensación de documento.

La forma de memorias implica una visión temporal selectiva sobre los hechos vividos. Pascual Duarte cuenta acontecimientos fundamentalmente negativos, ya que su objetivo es demostrar que él no es malo, sino que la vida lo ha llevado a cometer actos terribles.

En la prosa de esta obra destaca la crudeza del lenguaje, que recuerda el del naturalismo, y la maestría de la etopeya, sobre todo en la descripción de los padres de Pascual.

La colmena (1951)

Con esta obra, Cela marcó el camino por el que discurriría la novela de los años 50. Presenta al hombre corriente en su ambiente cotidiano.

La novela, cargada de pesimismo, refleja la vida del Madrid de 1942. Los personajes se mueven por dos motivos constantes: el sexo y el hambre.

Cada capítulo se estructura en torno a ciertos ejes, algunos de los cuales, como la humillación, la pobreza, el aburrimiento o la hipocresía, se entrelazan en las distintas partes de la narración. Solo al final de la historia aparecen signos de solidaridad.

En esta novela, el protagonismo es colectivo y el tiempo se reduce a tres días, y el espacio está limitado a una zona de Madrid.

La técnica narrativa predominante es el diálogo, que hace avanzar el relato. La mínima intervención del narrador permite hablar del punto de vista de la cámara cinematográfica, que va relatando solo aquello que enfoca.

Otras Obras de Camilo José Cela

  • Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes
  • Mrs Caldwell habla con su hijo
  • Mazurca para dos muertos

En su producción ocupan un lugar destacado los libros de viajes, en los que se describen paisajes, costumbres o aspectos anecdóticos de los diferentes lugares visitados: Viaje a la Alcarria, Del Miño al Bidasoa, Primer viaje andaluz y Viaje al Pirineo de Lérida.

Carmen Laforet y la Novela de Aprendizaje

Su novela Nada obtuvo el premio Nadal en 1944. Se trata de una novela de aprendizaje, que narra la vida de Andrea con unos familiares en Barcelona, donde va para realizar estudios universitarios. Por medio de personajes frustrados, de catástrofes personales y de un ambiente opresivo y sórdido se presenta una visión pesimista de la realidad, aunque al final se insinúa un rumbo favorable en la vida de la protagonista, que abandonó la casa familiar.

La Novela en el Exilio: Voces de la Diáspora

Los narradores exiliados desarrollaron su obra de forma diversa: desde el realismo tradicional hasta el vanguardismo. En sus obras abordaron principalmente temas de contenido social y de recuperación de la realidad española.

Ramón J. Sender

Su novela más lograda es Réquiem por un campesino español (1953), que narra la historia de Paco, un joven campesino que es fusilado por un grupo de nacionales durante la Guerra Civil. El relato lo constituyen, en gran parte, los recuerdos del sacerdote Mosén Millán, quien educó al joven.

También escribió La tesis de Nancy, que, con sentido del humor, relata los equívocos de una joven norteamericana en España, debido a su escaso conocimiento del castellano.

Max Aub

Su obra más importante es la serie de los Campos, en la cual relata acontecimientos, en gran medida autobiográficos, sucedidos durante la Guerra Civil y en el exilio en los campos de concentración de Francia: Campo cerrado, Campo de sangre, Campo abierto, Campo del Moro, Campo francés y Campo de los almendros.

Rosa Chacel

Su obra muestra, en sus inicios, una clara influencia de Ortega y Gasset. Sus novelas muestran concepciones filosóficas que las aproximan al ensayo.

La obra de esta escritora se desarrolló durante su exilio en Brasil y Argentina, y se caracteriza por un estilo lento y moroso. Es constante el motivo de la memoria como una forma de recuperar la propia identidad vital. Entre otros títulos destacan Barrio de maravillas y Acrópolis.

Francisco Ayala

Sus novelas Muertes de perro (1958) y El fondo del vaso (1962) tratan el tema de la dictadura y son relatos de crítica social y de profundización psicológica.

Manuel Andújar

En 1973 se publicó Historias de una historia. Relatos particulares dentro del ámbito más general de la Guerra Civil.