Legado Poético del 98: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez

Antonio Machado: Evolución y Temas de su Poesía

En el mundo poético de Antonio Machado se observa una evolución que comienza con una poesía modernista, dentro de un tono intimista muy sobrio y personal, para abrirse después a las preocupaciones propias de la Generación del 98: España, los demás, el nuevo sentimiento ante el paisaje, etc. Su trayectoria culmina en una poesía de contenido ideológico-filosófico, de carácter sentencioso y epigramático. En su trayectoria poética distinguimos cuatro etapas:

  1. Etapa modernista (hasta 1907)

    Representada por Soledades, poemario ampliado posteriormente bajo el título Soledades, galerías y otros poemas. En estos poemas se observa un modernismo intimista y romántico, donde el autor plantea sentimientos universales (el tiempo, la muerte y Dios), recuerdos nostálgicos de la infancia y evocaciones del paisaje (con preferencia por paisajes cerrados, huertos, jardines). La soledad, la melancolía y la angustia surgen de su mirada interior. Machado ya utiliza aquí los símbolos que caracterizan toda su poesía: la tarde (el declive), el agua (vida cuando brota, muerte cuando está quieta o es el mar), el huerto (ilusión en el recuerdo infantil), las galerías (espacios donde transitan los recuerdos o los sueños que nutren el alma), entre otros.

  2. Etapa noventayochista (1908-1913)

    Caracterizada por Campos de Castilla (1912). En esta obra, el interés de Machado se desplaza de la propia melancolía hacia tres aspectos temáticos principales: el paisaje castellano, el amor y el dolor por la pérdida de su esposa (asociado en numerosas ocasiones al paisaje), y el interés por la regeneración de España (denuncia de la ociosidad y los defectos del hombre castellano y del español, vengativo y envidioso). La preocupación patriótica inspira poemas sobre el pasado, el presente y el futuro de España, perfilando la visión de un enfrentamiento entre dos realidades: la España autoritaria, reaccionaria y clerical (de charanga y pandereta) frente a la España tolerante, liberal y abierta al progreso (de la rabia y de la idea). Esta obra incluye también Proverbios y Cantares (poemas breves de contenido filosófico).

  3. Etapa filosófica (1914-1936)

    Corresponde a obras como Nuevas canciones, Cancionero apócrifo y Juan de Mairena. Estos son poemarios intimistas donde expresa sus pensamientos más profundos a través de formas breves, de estructura cercana a la copla popular con tono sentencioso. También destacan Canciones a Guiomar (poemas amorosos) y Los complementarios (reflexiones de Abel Martín y Juan de Mairena, personajes de ficción y heterónimos del poeta, donde Machado da voz a su pensamiento filosófico y a sus valores estéticos y morales: antirretoricismo en la expresión; antidogmatismo y tolerancia en el pensamiento; laicismo en las creencias religiosas; republicanismo liberal como opción política).

  4. Etapa final (1936-1939)

    Representada por Poesías de guerra (poemas de exaltación patriótica republicana de discreta calidad).

Machado emplea, con mucha frecuencia, la rima asonante y formas tanto de la lírica popular (romances, coplas y cantares) como de la culta (el soneto, la silva, etc.). Su poesía se caracteriza por la sobriedad y la sencillez formal: elimina toda retórica excesiva, metáforas brillantes, vocabulario rebuscado, elementos decorativos y virtuosismo técnico, reduciéndose al más puro y auténtico lirismo.


Juan Ramón Jiménez: La Búsqueda de la Eternidad a través de la Poesía

Juan Ramón Jiménez, ganador del Premio Nobel de Literatura (1956), busca con su poesía conocer la verdad para alcanzar, de esta manera, la eternidad. La poesía (y su belleza) es una fuente de conocimiento con la que podemos captar las cosas. En sus composiciones, el poeta trata diferentes temas (como el amor, la realidad de las cosas, etc.) donde predominan los términos abstractos para detallar sus propias sensaciones, descritas con una adjetivación embellecedora y un magistral uso de la sinestesia. Además, es también un excepcional prosista, como lo atestiguan Platero y yo (narración donde recrea poéticamente la vida y la muerte del burro Platero) o Españoles de tres mundos (donde reúne agudísimas semblanzas de diversos personajes).

En la trayectoria poética de Juan Ramón Jiménez distinguimos cuatro etapas:

  1. Etapa sensitiva (época modernista: hasta 1915)

    Ejemplificada por Arias tristes y Jardines lejanos. Con una rigurosa perfección formal y un tono cercano al decadentismo, el autor expresa sentimientos de melancolía, soledad, ensueños de amor y tristeza.

  2. Etapa intelectual (época de plenitud creadora: 1916-1936)

    Incluye obras como Eternidades, La estación total (recreación de los momentos en que el poeta se ha sentido en comunión con la eternidad y la belleza) y Diario de un poeta recién casado, poemario que revoluciona la lírica española del momento. En él, junto a la meditación sobre la eternidad y el instante, el autor se decanta por la poesía desnuda, que se define como el deseo de expresar exactamente lo sentido, de forma sencilla, breve, prescindiendo de la adjetivación y ornamentación inútiles.

  3. Etapa suficiente o verdadera (etapa americana: 1936-1948)

    Representada por Animal de fondo y Dios deseado y deseante. En estos momentos, su poesía es más hermética y con ella busca describir el júbilo producido por la sensación de haberse unido por fin a ese dios inmanente y terrenal, identificado con todo lo bello.

  4. Etapa final (época de los últimos años: 1949-1958)

    El poeta vive con el recuerdo nostálgico de los momentos de éxtasis (sucesión de recuerdos y sensaciones que salen a flote con la técnica de la asociación libre).