El Convenio de Vergara: El Abrazo que Puso Fin a la Primera Guerra Carlista

Clasificación del Convenio de Vergara

  • Forma: Informativo, ya que todo convenio es un texto legal que pretende informar.
  • Contenido: Político, social, militar y económico.
  • Origen: Fuente original, ya que no ha sido alterado ni modificado, y de carácter público, como todo texto legal.
  • Autor: Colectivo, representado por los generales Baldomero Espartero (isabelino) y Rafael Maroto (carlista).
  • Destinatario: Colectivo, dirigido a la nación española y a ambos ejércitos.
  • Finalidad: Poner fin a la Primera Guerra Carlista y evitar represalias, buscando la reconciliación. Sin embargo, el objetivo de acabar definitivamente con el Carlismo no se consiguió, pues hubo dos guerras más y el movimiento pervivió hasta el siglo XX.

Contexto Histórico: La Crisis Sucesoria y el Estallido de la Guerra

Inicialmente, el rey Fernando VII había designado como sucesor a su hermano, el infante Carlos María Isidro. Sin embargo, en 1830, su esposa María Cristina de Borbón-Dos Sicilias quedó encinta. Ante la posibilidad de tener un heredero, el rey promulgó la Pragmática Sanción, que suprimía la Ley Sálica (la cual impedía reinar a las mujeres). Esta medida había sido aprobada por las Cortes en 1789, pero no se había hecho efectiva al faltar el trámite de su promulgación.

Con la Pragmática Sanción, heredaría el trono su hija mayor, recuperando así la tradición castellana. Isabel II nació en octubre de 1830 y fue proclamada heredera, lo que produjo un profundo malestar entre los partidarios de su tío Carlos.

Mediante una amnistía y algunas reformas políticas, Fernando VII intentó ganarse el apoyo de los liberales para su hija, al tiempo que destituía de los puestos de importancia a los partidarios de su hermano. A la muerte de Fernando VII en 1833, su hermano se autoproclamó rey como Carlos V y consiguió el apoyo de los Voluntarios Realistas. Comenzó así la Primera Guerra Carlista (1833-1840), un conflicto de siete años que enfrentó al absolutismo y al liberalismo.

Los Bandos Enfrentados y el Apoyo Internacional

Los grupos sociales se adscribieron a una u otra ideología más allá de la mera cuestión dinástica sobre quién debía ocupar el trono:

  • Bando carlista: Agrupaba a todos los que se oponían a la revolución liberal, como la nobleza rural, el clero más tradicionalista y gran parte del campesinado, con especial fuerza en el País Vasco, Navarra y otras zonas del norte y este de España. Defendían el lema “Dios, Patria, Rey y Fueros”.
  • Bando isabelino o cristino: Contaba con el apoyo de las altas jerarquías del ejército, la Iglesia y el Estado. Posteriormente, se unieron los liberales, mayoritariamente pertenecientes a la nobleza urbana, la burguesía y los profesionales liberales.

Durante esta Primera Guerra Carlista, el ejército liberal recibió el apoyo de Portugal, Francia y el Reino Unido, que formaron la Cuádruple Alianza. Este respaldo se concretó en el envío de armas, tropas y víveres. Por su parte, las potencias absolutistas de la Santa Alianza (Austria, Prusia y Rusia) se limitaron a dar un apoyo principalmente moral a los carlistas.

El Fin de la Guerra: El Abrazo de Vergara

Las acciones bélicas se centraron principalmente en el País Vasco, Navarra, el interior de Aragón, Cataluña y la región de Valencia. En el verano de 1839, el general carlista Rafael Maroto, consciente de la imposibilidad de una victoria militar, rindió una parte importante de su ejército ante el general isabelino Baldomero Espartero. Este acto de concordia, que selló el fin de la guerra en el frente norte, es conocido como el Abrazo de Vergara y se formalizó en el Convenio del mismo nombre.

Análisis del Convenio de Vergara

La idea principal del convenio era no tomar represalias y facilitar el fin del conflicto armado, integrando a los vencidos.

Artículos Destacados:

  • Artículo 1: Se creaba un compromiso para respetar y proponer a las Cortes la modificación de los fueros del País Vasco y Navarra. Este punto buscaba contentar a los foralistas que habían apoyado al bando carlista; sin embargo, esta promesa fue interpretada de forma restrictiva y no se respetó plenamente, generando descontento futuro.
  • Artículo 2: Trataba de satisfacer a los soldados y oficiales carlistas, permitiendo a los miembros de ese ejército incorporarse al isabelino con el reconocimiento de su graduación o regresar a sus casas sin riesgo de represalias por parte del bando vencedor.
  • Artículo 4: Era una ampliación del anterior, donde se exponía que aquellos miembros del ejército carlista que se retirasen recibirían su sueldo y mantendrían sus méritos. A pesar de la voluntad de Espartero de establecer un acercamiento, estas condiciones no contentaron al sector más intransigente del bando carlista.

Consecuencias del Conflicto

Tras el convenio, el pretendiente Carlos V se exilió a Francia y el resto de las partidas carlistas fueron desapareciendo progresivamente. El acuerdo se limitó a reconocer los grados y pagar a los miembros del ejército carlista que fueron licenciados en condiciones ventajosas o se incorporaron al ejército isabelino.

Sin embargo, cuestiones fundamentales quedaron sin resolverse:

  • La cuestión foral.
  • Las demandas y temores de la Iglesia más tradicionalista y de la nobleza rural.
  • Las aspiraciones dinásticas de Carlos V y sus sucesores.

El absolutismo carlista quedó como un movimiento de oposición residual que volvería a reaparecer en otras dos guerras carlistas, aunque ya con menos opciones de victoria. La evolución del liberalismo en España quedó ligada a la victoria en la Primera Guerra Carlista, lo que determinó el protagonismo del ejército en la vida política durante el reinado de Isabel II y periodos posteriores.

Antecedentes: El Reinado de Fernando VII y la Tensión Absolutista

A su regreso a España tras la Guerra de la Independencia, Fernando VII (“el Deseado”) entró en Madrid aclamado por sus súbditos. Inmediatamente, comenzó una dura persecución de los liberales, muchos de los cuales se exiliaron para evitar ser condenados por lesa majestad. La persecución incluyó también a los afrancesados, a pesar del compromiso adquirido en el Tratado de Valençay.

Análisis del “Manifiesto de los Persas” (1814)

Este documento, presentado al rey por diputados absolutistas, fue clave para la restauración del Antiguo Régimen.

  • Idea principal: La anulación de toda la legislación de las Cortes de Cádiz y la restauración del absolutismo monárquico.
  • Ideas secundarias:
    • En el primer párrafo, los firmantes se definen como un grupo de absolutistas leales al rey.
    • Se argumenta que un gobierno que admite la libertad está condenado a su fin, ya que la discordia acaba con los gobiernos.
    • Los absolutistas utilizan argumentos de la propia tradición para defender el poder absoluto del monarca.
    • Se contrapone la soberanía absolutista, que depende únicamente del rey, con la soberanía nacional liberal, que depende de muchos, afirmando que “es más fácil equivocarse entre muchos”.
    • La petición final de los firmantes era que las Cortes de Cádiz fuesen anuladas y que regresara el absolutismo.

Conclusión del Reinado y Origen de la Guerra

El fluctuante entendimiento de Fernando VII con los liberales y su posterior persecución ponen de relieve el interés particular del monarca por mantener el poder absoluto, por encima de los intereses de la nación, hasta el final de su reinado. En 1830, tras el triunfo revolucionario en Francia, reaparecieron en España algunos exiliados que intentaron restablecer el liberalismo. El rey actuó contra ellos con la máxima dureza, incluyendo la pena de muerte.

Como se mencionó anteriormente, antes de morir, Fernando VII publicó la Pragmática Sanción que suspendía la Ley Sálica y permitía que reinase su hija Isabel II. Esta decisión fue el detonante directo de las Guerras Carlistas, que supusieron el gran enfrentamiento entre liberales y absolutistas durante el siglo XIX, con secuelas que llegaron hasta el siglo XX.