Fundamentos y Conceptos Clave de la Filosofía: De los Presocráticos a la Ética de Aristóteles

1. Métodos y Herramientas Fundamentales del Filósofo

Uno de los ejes principales de la filosofía es hacer preguntas y buscar respuestas racionales. Para ello, los filósofos utilizan una variedad de métodos y herramientas. La creación filosófica se refleja principalmente (pero no solo) en el ensayo, y su dinámica implica defender argumentos basados en la evidencia.

Requisitos y Herramientas Clave

  • Contraste de Fuentes: Las fuentes de información (documentos, huellas digitales, fotografías, notas) deben ser contrastadas y verificadas.
  • Citación Adecuada: Las fuentes consultadas deben citarse adecuadamente (mediante citas textuales, paráfrasis y bibliografía).
  • Interpretación de Documentos: Los documentos filosóficos deben ser comprendidos e interpretados para conocer la historia de las ideas filosóficas. Para ello, es fundamental conocer la terminología filosófica de cada pensador.
  • Reconocimiento de Temas Filosóficos: Debido a su conexión con otros ámbitos de la cultura, una de las habilidades de la filosofía es reconocer temas filosóficos que aparecen explícita o implícitamente en las artes o las ciencias. Estas cuestiones pueden ser, por ejemplo, antropológicas, epistemológicas, metafísicas, éticas o políticas.

El Diálogo Argumentativo y la Investigación

El diálogo basado en argumentos es una herramienta fundamental de la filosofía. Para Jürgen Habermas, el diálogo basado en argumentos es un “juego de lenguaje” en el que los participantes respetan las reglas. El objetivo no es imponer ideas, sino llegar a un consenso, justificando los argumentos a través de la razón. Sócrates, a través del diálogo, cuestionaba las ideas para buscar la verdad. Así, la conversación fomentaba una reflexión y comprensión más profunda.

Investigación: Al igual que la investigación científica, la investigación filosófica tiene como objetivo crear conocimiento. El proceso puede ser erróneo, pero se centra en la búsqueda de la verdad. Para ello, se plantea un problema, se formulan hipótesis, se busca información y se extraen conclusiones para confirmar o revisar la hipótesis.

Combinando todos estos métodos, el filósofo ofrece una comprensión más profunda del mundo y proporciona herramientas para revisar la cultura y la sociedad desde el pensamiento crítico.

2. Historicidad y Universalidad de los Problemas Filosóficos

La historia de la filosofía muestra que las preguntas y concepciones filosóficas cambian según el contexto histórico, social y cultural; pero, al mismo tiempo, parece que algunos temas y problemas se repiten constantemente a lo largo del tiempo y en diferentes culturas. Por ello, es analizable si la filosofía es una colección de problemas históricos o si responde a una condición universal del ser humano.

La Historicidad de las Normas Filosóficas

El desarrollo de los temas filosóficos ha estado estrechamente ligado a contextos históricos. Por ejemplo, los filósofos de la Antigua Grecia tuvieron como objetivo principal comprender la naturaleza y el cosmos; en la Edad Media, la existencia de Dios y la relación entre fe y razón predominaron; en la Ilustración, la autonomía del ser humano y la razón se convirtieron en los temas centrales. Esto demuestra que las normas filosóficas tienen historicidad: las preguntas y respuestas se adaptan a las necesidades y mentalidades de cada época.

El Núcleo Universal de la Reflexión

Sin embargo, existen algunas preguntas filosóficas que parecen universales, sin estar ligadas a una cultura o época concreta: ¿Qué es la verdad? ¿Qué es el bien? ¿Somos libres? ¿Qué es el ser?… Estas preguntas han aparecido una y otra vez a lo largo de la historia, y en todas las culturas, en cierta medida, han sido parte de la reflexión filosófica. Esto sugiere que existe un núcleo de pensamientos universales, consecuencia de la propia condición humana.

En conclusión, se puede decir que la filosofía es al mismo tiempo histórica y universal: las preguntas y perspectivas surgen en contextos específicos, pero a menudo se repiten las preocupaciones fundamentales del ser humano en diferentes épocas y sociedades. Esto le confiere a la filosofía su valor duradero: ser parte de una tradición crítica y universal que se renueva constantemente.

3. Los Filósofos Presocráticos: El Paso del Mito al Logos

La filosofía presocrática marca el paso del mito al pensamiento racional en la Antigua Grecia, en el siglo VI a.C., cuando los pensadores comenzaron a buscar explicaciones naturales y lógicas sobre el origen del mundo. Su objetivo era hallar el principio o fundamento de todas las cosas, llamado arjé.

Principales Corrientes y Pensadores

  • Monistas (Búsqueda de un único principio):
    • Tales de Mileto: Considerado el padre de la filosofía, afirmó que el arjé es el agua, elemento esencial para la vida.
    • Anaxímenes: Sostuvo que el principio es el aire, que se transforma por rarefacción y condensación.
  • Pitágoras y la Armonía Matemática: Introdujo un cambio fundamental al identificar los números y la proporción como la esencia del cosmos. Para él, la realidad se rige por la armonía matemática, y el alma, mediante la vida virtuosa y equilibrada, puede alcanzar la purificación y liberarse del ciclo de reencarnaciones.
  • El Debate sobre el Ser y el Cambio:
    • Heráclito: Defendió que la realidad es un devenir constante, donde todo fluye.
    • Parménides: En oposición, afirmó que el ser es único, eterno e inmutable, y que solo la razón, no los sentidos, permite acceder a la verdad. Este contraste entre cambio y permanencia abrió uno de los debates más importantes de la filosofía.
  • Demócrito (Pluralismo): Propuso una explicación pluralista: todo está formado por átomos indivisibles que se mueven en el vacío. Las diferencias entre los cuerpos dependen de la forma, orden y posición de esos átomos.

Los presocráticos, al sustituir las explicaciones míticas por razonamientos basados en la observación y la lógica, sentaron las bases del pensamiento científico y filosófico occidental, inaugurando una nueva forma de comprender la naturaleza y el origen del universo mediante la razón.

4. El Giro Antropológico en Atenas: Sofistas y Sócrates

En el siglo V a.C., durante el auge democrático de Atenas, la filosofía vivió un giro antropológico, enfocándose en el ser humano y la vida social.

Contexto Sociopolítico de Atenas

La ciudadanía ateniense era privilegio exclusivo de los hombres libres. Mujeres, esclavos y extranjeros carecían de derechos políticos. Los ciudadanos participaban en la polis bajo los principios de isonomía (igualdad ante la ley), isegoría (libertad de palabra) y koinonía (bien común).

El Rol de la Mujer

Las mujeres estaban excluidas de la vida pública y confinadas al ámbito doméstico. Se las consideraba inferiores y sin acceso al logos o razón, por lo que su educación se limitaba al hogar y la familia. Aspasia fue una destacada filósofa y maestra de retórica en la Atenas de Pericles. Participó en círculos intelectuales, enseñó a Sócrates y Pericles, y defendió la capacidad intelectual femenina en una sociedad que las mantenía en silencio.

El Debate Filosófico: Relativismo vs. Universalismo

Los Sofistas: Relativismo y Persuasión

En la Atenas democrática, los sofistas enseñaban el arte de la palabra y la persuasión en las asambleas. Defendían el relativismo moral y cultural, negando la existencia de verdades universales. Para ellos, las leyes y los valores eran convenciones humanas (nomos), cambiantes según cada sociedad. Protágoras afirmaba que “el hombre es la medida de todas las cosas”, mientras que Gorgias sostenía que nada puede conocerse ni comunicarse con certeza. Su pensamiento cuestionó la noción de verdad absoluta y fomentó el escepticismo.

Sócrates: Intelectualismo Moral y la Búsqueda de la Verdad

Sócrates se opuso al relativismo sofista, defendiendo la existencia de un bien universal y la unión entre conocimiento y virtud. Según su intelectualismo moral, quien conoce el bien actúa bien; el mal proviene de la ignorancia. Su método, el diálogo socrático, consta de dos fases: la ironía, que revela contradicciones, y la mayéutica, que guía al interlocutor hacia la verdad mediante la reflexión interior.

5. Idea y Naturaleza: Conocimiento y Realidad en Platón y Aristóteles

Debate Ético: Intelectualismo Socrático-Platónico y la Teoría de las Virtudes. El Concepto de Eudaimonia

Platón: La Virtud como Conocimiento y Armonía del Alma

Platón, discípulo de Sócrates, profundiza en esta idea. Platón cree que el verdadero conocimiento es el conocimiento del Mundo de las Ideas, y que para alcanzar las virtudes es indispensable comprender las Ideas universales de verdad y bien a través de la dialéctica. En este conocimiento participa el alma, ya que el alma es del Mundo de las Ideas, y conocer no es más que recordar lo que siempre ha sabido. El objetivo de la filosofía, por lo tanto, es el desarrollo del alma y el conocimiento de la verdad absoluta, elevando el alma a lo más alto.

El alma tiene tres partes, y cada parte del alma tiene su propia virtud:

  • Concupiscible: Templanza.
  • Irascible: Fortaleza.
  • Racional: Prudencia.

Desarrollando cada parte la virtud que le corresponde, el ser humano logrará su naturaleza en su totalidad. De hecho, Platón relaciona la areté o virtud con la armonía del alma. La justicia, por lo tanto, aparece cuando las tres partes del alma están en equilibrio, lo que también refleja la estructura ideal de la polis (ciudad-estado). Así pues, Platón basa la virtud en el conocimiento teórico y en el equilibrio interno del alma.

Aristóteles: La Virtud como Hábito y el Justo Medio

Aristóteles, por su parte, discípulo de Platón, desarrolló una visión más práctica y experiencial de la virtud. En la Ética a Nicómaco, distingue dos tipos de virtudes: las virtudes intelectuales (dianoéticas) y las virtudes morales.

  • Virtudes Morales: Se desarrollan a través del hábito; no basta con saber lo que es bueno, sino que es necesario obrar bien por hábito. Para alcanzar la virtud moral hay que tender al “justo medio”, que se encuentra entre dos extremos (por ejemplo, la valentía se halla entre la cobardía y la temeridad).
  • Virtudes Intelectuales: Se obtienen mediante el uso correcto de la razón, como la prudencia, la sabiduría o la comprensión.

La vida plena y feliz, es decir, la Eudaimonia (felicidad o florecimiento humano), se logra actuando virtuosamente y alcanzando el equilibrio entre los propios deseos y la razón.