Dimensiones de la Argumentación: Lógica, Dialéctica y Retórica
Para comprender la validez y efectividad de un argumento, es fundamental distinguir tres perspectivas complementarias.
Lógica
Dialéctica
Es una rama de la lógica que estudia los argumentos atendiendo al contexto de diálogo en el que son utilizados. Cada uno de estos contextos tiene sus propias reglas que los participantes deben respetar. De esta manera, los argumentos serán válidos si se cumplen dos condiciones: que la conclusión se siga de las premisas y que no se cometan falacias.Retórica
Es el arte de convencer a un determinado público mediante los procedimientos de persuasión que resulten más adecuados para cada caso. Un argumento será retóricamente válido si consigue convencer a las personas a las que va dirigido. Aquí, el contexto y la audiencia son de suma importancia.Introducción a la Lógica Proposicional
Esta rama de la lógica se ocupa de las relaciones entre proposiciones tomadas como un todo, simbolizando cada una de ellas con una sola letra: p, q, r, s, o también con letras con subíndices: p₁, p₂, p₃, etc. Una proposición completa como «Todos los hombres son mortales» se representa, en este tipo de lógica, simplemente como p.
Conectores Lógicos Principales
- Negación (¬): ¬p se lee “No p”.
- Conjunción (∧): p ∧ q se lee “p y q”.
- Disyunción (∨): p ∨ q se lee “p o q”.
- Condicional (→): p → q se lee “Si p, entonces q”.
- Bicondicional (↔): p ↔ q se lee “Si y solo si p, entonces q”.
Falacias Contra la Relevancia: Errores Comunes en la Argumentación
Las falacias son razonamientos que parecen válidos pero no lo son. Las falacias contra la relevancia, en particular, introducen información irrelevante para desviar la atención del argumento principal.
Falacia del testaferro o del espantapájaros
Consiste en simplificar y distorsionar el argumento del oponente para que sea más fácil de refutar.
Ejemplo:
1. “Tantas horas de ver televisión y de hacer poco ejercicio perjudica a los jóvenes, porque no fomenta su autonomía ni su capacidad de iniciativa”.
2. “Entonces, ¿estás diciendo que nuestros jóvenes son unos vagos y teleadictos? No has probado que eso sea cierto”.
Falacia del falso dilema
Se trata de presentar un asunto como si no hubiera más que dos opciones excluyentes, cuando en realidad existen más posibilidades.
Ejemplo:
“Para Arthur Schopenhauer, la vida es forzosamente dolorosa, porque si satisfacemos los deseos sentimos saciedad y aburrimiento, y si no los satisfacemos, nos sentimos frustrados y con ansiedad”.
Falacia ad hominem (contra el hombre)
Consiste en atacar a la persona que presenta el argumento en lugar de atacar el argumento en sí.
Ejemplo:
“El filósofo Jean-Jacques Rousseau (Suiza, 1712-1778) aconseja educar a los niños prestando mucha atención a sus sentimientos, pero seguro que se equivoca, porque él abandonó a sus propios hijos”.
Falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad)
Se trata de intentar zanjar una discusión apelando a una autoridad, sin ofrecer razones que sustenten el argumento por sí mismo.
Ejemplo:
“No es posible que la velocidad de la luz sea superior a 300.000 km por segundo, porque así lo afirmó Albert Einstein (Alemania, 1879-1955)”.
Falacia ad baculum (apelación a la fuerza)
Consiste en intentar persuadir a alguien de la verdad de un enunciado apelando exclusivamente a una emoción (generalmente el miedo al castigo o a las consecuencias negativas).
Ejemplo:
“Tienes que aceptar que la Tierra no se mueve, porque de lo contrario irás a prisión y tal vez acabes en la hoguera”.