La Filosofía Medieval: El Encuentro entre Razón y Fe
La filosofía medieval surgió del encuentro entre la **razón filosófica griega** y la **fe cristiana**. Este encuentro fue complejo, ya que algunos pensadores cristianos, como San Agustín, buscaron conciliar la fe con la razón, mientras que otros defendieron una separación total entre ambas. Los autores paganos, por su parte, criticaban el cristianismo por sus ideas teológicas, como la encarnación de Dios.
Con el tiempo, la síntesis entre razón y fe se fue imponiendo, aunque la filosofía quedó siempre subordinada a la teología, ya que el pensamiento medieval consideraba que la razón debía estar al servicio de la religión. **San Agustín de Hipona** fue un claro ejemplo de esta subordinación de la razón a la fe. Influido por el platonismo, sostuvo que el conocimiento verdadero solo podía alcanzarse gracias a la **fe**, y que la razón servía únicamente para comprender mejor las verdades reveladas por Dios. Para él, las verdades eternas residían en la mente divina y solo podían ser contempladas gracias a la **iluminación** que Dios concede al alma humana.
El Resurgimiento de la Escolástica
Tras la caída del Imperio romano, la filosofía se redujo durante siglos a comentarios religiosos. Sin embargo, a partir del siglo IX comenzó a resurgir bajo la forma de la **Escolástica**, una corriente que buscó utilizar la herencia filosófica de Grecia y Roma para comprender la revelación cristiana. La Escolástica se nutrió de fuentes muy diversas —griegas, latinas, árabes y judías— y se caracterizó por su intención de construir sistemas filosófico-teológicos que no contradijeran los dogmas de la Iglesia.
Etapas de la Escolástica
- Primera etapa (siglos IX-XII): No se distinguía claramente entre fe y razón, pues se consideraba que ambas procedían de Dios y, por tanto, no podían contradecirse.
- Segunda etapa (siglos XII-XIII): Gracias al redescubrimiento de Aristóteles, los pensadores comprendieron que la razón y la fe tenían ámbitos distintos: la razón podía demostrar algunas verdades de la fe, pero no todas. **Tomás de Aquino** fue el máximo representante de esta etapa, defendiendo que la razón y la fe nunca se oponen, sino que se complementan.
- Tercera etapa (siglo XIV): Con autores como **Guillermo de Ockham**, la Escolástica entra en crisis: se separan definitivamente fe y razón. Ockham sostiene que la fe pertenece al ámbito de la revelación y la razón al conocimiento natural, siendo independientes entre sí.
Neoplatonismo: Origen y Desarrollo
El **neoplatonismo** fue una corriente que combinó la filosofía de Platón con elementos religiosos y místicos. Su principal objetivo era explicar la relación entre Dios y el mundo.
Figuras Clave del Neoplatonismo
Filón de Alejandría, filósofo judío del siglo I, trató de unir el pensamiento platónico con la religión judía. Defendió que Dios era único, trascendente y creador, y que el mundo había sido creado a través de una entidad intermedia llamada **Logos**, que actuaba como la razón divina donde residían las Ideas eternas.
Más tarde, **Plotino** desarrolló una de las versiones más elaboradas del neoplatonismo. En su obra Las Enéadas explicó que toda la realidad procede del **Uno**, principio supremo, perfecto y eterno. Del Uno emanan el Nous o Inteligencia, donde se encuentran las Ideas platónicas, y el Alma del mundo, que conecta la perfección divina con la naturaleza. La materia, situada en el nivel más bajo de la realidad, es imperfecta y corruptible. El hombre, por tanto, debe elevarse espiritualmente para unirse al Uno, desprendiéndose de lo material.
Entre los pensadores neoplatónicos destaca también **Hipatia de Alejandría**, una mujer excepcional que combinó la filosofía con la ciencia. Fiel al neoplatonismo, defendía la existencia de verdades eternas e inmateriales y la búsqueda del conocimiento como medio para alcanzar la salvación. Su trágico asesinato a manos de fanáticos cristianos simboliza el choque entre el pensamiento antiguo y la nueva religiosidad cristiana.
Los Grandes Temas de la Filosofía Cristiana
La filosofía cristiana heredó de la antigüedad algunos temas fundamentales como la reflexión sobre Dios, el alma y el conocimiento, pero les dio un nuevo sentido. Los temas centrales fueron:
- Relación entre Fe y Razón: Se entendieron como dos caminos complementarios hacia la verdad, ambos provenientes de Dios.
- Dios y la Creación: El cristianismo introdujo la idea de que el mundo fue creado por Dios **desde la nada** (*ex nihilo*), a diferencia de la filosofía griega, que concebía la materia como eterna. Además, Dios se preocupa por los hombres y los ama.
- Naturaleza Humana: La filosofía cristiana defendió la doble naturaleza del ser humano —cuerpo y alma—, otorgando al cuerpo una dignidad nueva, pues también había sido creado por Dios. El cristianismo introdujo la idea revolucionaria de que todos los seres humanos son **iguales en dignidad** por ser hijos de Dios.
- Moral Cristiana: Propone que el hombre puede alcanzar la **felicidad verdadera**, no solo terrena, sino eterna, con la ayuda de la gracia divina y mediante el ejercicio del bien y la virtud.
San Agustín de Hipona (354-430)
San Agustín fue una de las figuras más influyentes de la filosofía cristiana. Nació en el norte de África y, tras pasar por el maniqueísmo y el neoplatonismo, se convirtió al cristianismo influido por San Ambrosio. En su obra La ciudad de Dios defendió una visión espiritual de la historia, en la que el destino del hombre se orienta hacia Dios.
Doctrina de San Agustín
- Fe y Razón: Para Agustín, la fe tiene prioridad sobre la razón, aunque ambas deben colaborar. La fe permite acceder a la verdad, y la razón ayuda a comprenderla mejor. Su lema “Cree para comprender y comprende para creer” resume esta relación. La filosofía, para él, sirve como herramienta para profundizar en la fe.
- Las Dos Ciudades: En el terreno político, Agustín distingue dos ciudades: la **Ciudad de Dios**, formada por quienes aman a Dios, y la **ciudad terrenal**, compuesta por quienes aman el poder y los bienes mundanos. La historia humana es la lucha entre ambas, pero la ciudad celestial acabará triunfando.
- Teoría del Conocimiento: Distingue dos niveles: el conocimiento sensible, que capta lo cambiante, y el intelectual, que alcanza las verdades eternas mediante la **iluminación divina**.
- Dios y la Creación: Defiende que Dios crea libremente el mundo desde la nada, y que las ideas eternas residen en su mente. El alma humana es espiritual e inmortal.
- Ética: El mal no tiene existencia propia, sino que es **ausencia de bien**. La libertad humana puede orientarse hacia Dios o alejarse de él, y la gracia divina ayuda al hombre a alcanzar la salvación.
Filosofía Musulmana y Judía
Con la expansión del islam y la recuperación de los textos griegos, los filósofos musulmanes y judíos desempeñaron un papel esencial en la transmisión del pensamiento antiguo a Occidente.
Filosofía Musulmana
Avicena (980–1037) distinguió entre el **ser necesario**, que existe por sí mismo y corresponde a Dios, y el **ser contingente**, que depende de otro para existir. Afirmó que la existencia de Dios podía demostrarse racionalmente, y consideró que el conocimiento humano era posible gracias al **intelecto agente**, una inteligencia universal e inmortal.
Averroes (1126–1198) defendió la **superioridad de la razón sobre la fe**. Según él, hay tres modos de conocer:
- Por la fe (para el pueblo).
- Por la teología (para los creyentes ilustrados).
- Por la filosofía (para los sabios).
Cuando la razón demuestra algo que contradice el texto religioso, este debe interpretarse simbólicamente. Rechazó la idea de la creación en el tiempo y sostuvo que el mundo es eterno. Además, negó la inmortalidad personal, afirmando que solo el intelecto universal sobrevive a la muerte.
Filosofía Judía
El principal representante fue **Maimónides (1138–1204)**, quien, influido por Aristóteles y Avicena, sostuvo que la fe y la razón no se oponen. Cuando la Biblia parece contradecir la razón, debe interpretarse alegóricamente. Maimónides demostró racionalmente la existencia de Dios como Primer Motor y Ser Necesario, pero negó que se pudieran atribuirle cualidades positivas, ya que esto implicaría imperfección. Solo los **atributos negativos** —como “Dios no es limitado”— son válidos. Siguiendo la tradición neoplatónica, afirmó que Dios creó el mundo mediante diez inteligencias intermedias, y que el hombre puede unirse al intelecto agente mediante el conocimiento.
Hildegard de Bingen (siglo XII)
Hildegard de Bingen fue una monja benedictina que destacó como mística, filósofa, escritora y científica. Sus visiones, que ella misma describió, estaban relacionadas con la presencia de una luz divina que simbolizaba la fuerza vital de Dios. En sus obras combinó la teología con la poesía y la música, alabando la belleza de la creación. Su pensamiento gira en torno al concepto de viriditas, una palabra que alude al verdor y a la fertilidad, símbolo del poder creador de Dios y de la vida que se manifiesta en la naturaleza. Hildegard ofreció una visión profundamente vitalista y femenina de la divinidad, en la que Dios se entiende como fuente de vida y armonía universal.
Guillermo de Ockham (siglo XIV)
Durante el siglo XIV, el sistema escolástico entró en crisis y se rompió la armonía entre fe y razón. Los franciscanos Duns Escoto y **Guillermo de Ockham** limitaron el papel de la razón y separaron definitivamente la filosofía de la teología.
- Separación de Fe y Razón: Ockham negó que la existencia de Dios o del alma pudieran demostrarse racionalmente y afirmó que la fe se justifica por sí misma. La teología dejó de ser considerada una ciencia y pasó a entenderse como un saber práctico orientado a la salvación.
- Política: Ockham defendió también la **separación entre el poder espiritual y el temporal**. Criticó la riqueza de la Iglesia y sostuvo que el papa no tiene autoridad sobre los asuntos civiles, los cuales pertenecen al poder del pueblo.
Su pensamiento marcó el final de la Edad Media y el inicio de la modernidad, abriendo paso a un pensamiento más libre y racional.
Tomás de Aquino (siglo XIII)
Contexto Histórico
Tomás de Aquino, fraile dominico, vivió en una época de renovación del pensamiento, caracterizada por el redescubrimiento de **Aristóteles** y la expansión de las universidades. Tomás desarrolló una síntesis entre la fe cristiana y la razón filosófica, sosteniendo que ambos proceden de Dios y no se pueden contradecir.
Doctrina de Fe y Razón
Para él, la fe y la razón son dos caminos distintos hacia una misma verdad. Ambas provienen de Dios, por lo que no pueden contradecirse. Tomás distinguió entre tres tipos de verdades:
- Los **artículos de fe** (que solo se conocen por revelación).
- Los **preámbulos de la fe** (alcanzables también por la razón).
- Las **verdades naturales** (propias de la razón).
Fe y razón se complementan: la primera revela lo inaccesible a la mente humana y la segunda ayuda a comprender mejor la revelación.
Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios
Tomás de Aquino plantea tres preguntas sobre la existencia de Dios: si es evidente, si puede demostrarse y cómo hacerlo. Explica que, aunque para Dios su existencia es evidente, para nosotros no lo es porque no conocemos su esencia divina. Sin embargo, sí podemos llegar a demostrar su existencia observando los efectos de la Creación, lo que se conoce como un **argumento a posteriori**.
Estructura de las Vías
Para responder cómo demostrarla, Aquino formula sus cinco vías, que siguen una misma estructura:
- Punto de partida en la experiencia: Se parte de hechos observables como el movimiento o el orden del universo.
- Principio de causalidad: Todo efecto necesita una causa que lo produzca.
- Imposibilidad de una serie infinita de causas: No puede existir una cadena infinita; debe haber una primera causa.
- Conclusión: Esa primera causa de todo lo creado es Dios.
Las Cinco Vías
Tomás formuló cinco vías para demostrar racionalmente la existencia de Dios:
- El movimiento (**Motor Inmóvil**).
- La causa eficiente (**Causa Incausada**).
- El ser necesario.
- Los grados de perfección.
- El orden del universo (guiado por una inteligencia suprema).
Antropología, Ética y Política
- Antropología: El hombre es una unidad de cuerpo y alma; el alma es inmortal y actúa mediante tres potencias: vegetativa, sensitiva e intelectiva. El conocimiento se inicia en los sentidos y se eleva al nivel universal gracias al entendimiento.
- Ética: El fin último del hombre es la **felicidad**, que se alcanza viviendo según la razón y la ley divina. Distingue entre la **ley eterna** (plan de Dios), la **ley natural** (participación humana en la ley eterna) y la **ley positiva** (normas creadas por el hombre).
- Política: El ser humano es social por naturaleza, y el Estado existe para buscar el **bien común**. Sin embargo, el poder civil debe subordinarse a la Iglesia en todo lo que concierne a la salvación espiritual.