La Monarquía Hispánica: De la Unión Dinástica a la Edad Moderna
3.1. La Unión Dinástica y el Fortalecimiento del Poder Real
El matrimonio entre Isabel y Fernando (1469) supuso una unión dinástica, no política, recogida en la Concordia de Segovia (1475). Cada reino mantuvo sus leyes e instituciones, su lengua, moneda, impuestos y fronteras. Su objetivo principal fue la unidad territorial, favoreciendo enlaces con Portugal, conquistando Granada (1492) y tomando Fernando Navarra (1512). La unidad religiosa se afrontó con la expulsión de los judíos, seguida de la conversión forzosa de los mudéjares. Fernando ejerció la regencia de Castilla a la muerte de Isabel, compartida con su hija (Juana) y su esposo (Felipe de Habsburgo). La muerte posterior de Fernando dejaría la unión de ambas Coronas en manos de Carlos I.
El reinado de los Reyes Católicos dio comienzo a la Edad Moderna y llevó al fortalecimiento de la autoridad real con la creación de nuevas instituciones de gobierno e imposición de nuevas autoridades. Nombraron juristas y letrados que sustituyeron a la nobleza. Centralizaron el Estado con un Consejo Real, más tarde el Consejo de Aragón y otros especializados: de Inquisición, de América… Ampliaron la administración de justicia con la Santa Hermandad y un ejército permanente, y la autoridad religiosa con la Inquisición. Aumentaron el control territorial con virreyes y corregidores, lo que llevó a la disminución del poder de las Cortes.
3.2. 1492: Granada, Expulsiones y el Descubrimiento de América
El año 1492 es fecha clave para la historia de España y del mundo por acontecimientos de gran relevancia y significación. Finalizada la Guerra de Granada, estaban a un paso más de conseguir la unidad territorial que pretendían los Reyes Católicos, orientando el afán guerrero de la nobleza, facilitado por las guerras civiles dentro de Granada. El conflicto estalló en 1482 con la conquista de Alhama por Diego Ponce de León. Tras la dura toma de Málaga, se ocupó la parte oriental como Baza y Almería, situando la capital desde el campamento de Santa Fe (1490). Boabdil (1492) entregó Granada a los Reyes Católicos.
Ese año se forzó a los judíos a convertirse o abandonar la península. Se inició una política de unidad religiosa que finalizó con el decreto de 1502, que obligó a los mudéjares a convertirse al cristianismo (moriscos). 1492 es también fecha clave de la Historia Mundial con el descubrimiento de América. Las intenciones expansionistas de Castilla por el Atlántico estaban limitadas al sur por el Tratado de Alcaçovas. La expedición salió del Puerto de Palos el 3 de agosto con tres barcos y llegó el 12 de octubre a una isla de las Bahamas. A la vuelta, se reanudaron los conflictos con Portugal, zanjados en 1494 con el Tratado de Tordesillas.
El Siglo XVII: Crisis, Decadencia y el Fin de la Hegemonía Española
3.7. Hundimiento del Imperio y Pérdida de la Hegemonía en Europa
Durante el siglo XVII hubo un hundimiento del Imperio español en Europa y la pérdida de la hegemonía. Fue un proceso lento y progresivo, marcado por una profunda crisis, agotamiento económico y moral, y derrotas militares (especialmente la participación en la Guerra de los Treinta Años).
Política Exterior de los Austrias Menores:
- Felipe III (hasta 1621): Su valido, el Duque de Lerma, desarrolló una política exterior pacifista. Agotada España y sus enemigos, se paralizaron conflictos con Francia, Inglaterra y los rebeldes holandeses (se firmó la Tregua de los Doce Años).
- Felipe IV: Con el Conde-Duque de Olivares, intentó restaurar el prestigio militar, involucrando a España en la Guerra de los Treinta Años para ayudar a los Habsburgo austriacos.
La Guerra de los Treinta Años y sus Consecuencias
La Guerra de los Treinta Años (1618-…) enfrentó a los Habsburgo austriacos y españoles contra países protestantes que apoyaban a príncipes alemanes. Las victorias se complicaron con la entrada de Francia en el conflicto y las sublevaciones internas tras la crisis de 1640. España sufrió derrotas como la de Rocroi. La Paz de Westfalia (1648) supuso la independencia definitiva de Holanda. El acoso a Francia continuó hasta la firma de la Paz de los Pirineos.
Durante el reinado de Carlos II continuaron las pérdidas de dominios españoles en Europa, confirmándose la pérdida de Portugal. Tras la muerte del rey en 1700, la Guerra de Sucesión desplazó a España a una potencia de segundo orden.
3.8. La Crisis Interna del Siglo XVII: Demografía, Economía y Sociedad
El siglo XVII español estuvo marcado por un gran descenso demográfico, motivado por:
- Epidemias recurrentes.
- La expulsión de los moriscos.
- Pérdidas en guerra.
- Emigración a América.
Las consecuencias fueron la pérdida de un millón de habitantes. Esto contribuyó al agravamiento de la crisis económica, agotada por los gastos de la guerra y la disminución de ingresos provocada por:
- La caída de la producción agrícola y ganadera.
- La crisis comercial, que aumentó con la disminución del volumen de metales preciosos procedentes de América y el aumento de la piratería.
- La crisis artesanal por la falta de competitividad de las manufacturas españolas, como el textil.
El fracaso de las medidas económicas de Olivares motivó la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos, como la devaluación de las monedas, la creación de nuevos impuestos o la venta de títulos y cargos públicos, aumentando la corrupción política y administrativa.
La Mentalidad Estamental y la Pobreza
A esta crisis contribuyó la mentalidad de la sociedad española, que seguía siendo estamental. La nobleza y el clero aumentaron. La burguesía aspiraba a ennoblecerse, abandonando negocios industriales y comerciales e invirtiendo en títulos, rentas y tierras, buscando dignidad y honor, debido al rechazo de los trabajos manuales. Como consecuencia, campesinos y clases populares tuvieron que soportar condiciones cada vez más duras, tanto por la crisis como por la voracidad fiscal de la Corona, y permanecieron sumidos en la pobreza. Creció el número de pobres y mendigos, aumentó la población marginal, el bandolerismo y hubo numerosas rebeliones populares. Todo ello contribuyó a su declive como potencia hegemónica, contrastando con el esplendor artístico y cultural del periodo.
3.9. Carlos II, el Hechizado, y la Cuestión Sucesoria
Carlos II, el Hechizado, gobernó de 1665 a 1700. Era hijo de Felipe IV y Mariana de Austria (tío y sobrina), lo que contribuyó a su constitución enfermiza y retraso, e incapacidad de descendencia, a pesar de dos matrimonios. Hasta 1675 ejerció la regencia su madre, que confió el gobierno a validos (Nithard y Fernando de Valenzuela). Más tarde gobernó Juan José de Austria (su hermanastro) y, tras su muerte, el Duque de Medinaceli y el Conde de Oropesa.
Se intensificó la crisis política, aunque la situación económica y social mejoró hasta el final del siglo. Continuaron las guerras contra Francia y la pérdida de posesiones en Europa, reflejada en tratados como el de Nimega. La política expansionista hizo que España participara contra potencias europeas.
El Conflicto Sucesorio
El final del reinado estuvo marcado por el problema sucesorio. El primer candidato elegido, José Fernando, murió prematuramente, avivando el conflicto entre partidarios. El rey testó a favor del candidato Borbón, garantía para mantener la integridad territorial. La muerte de Carlos II y la coronación en 1701 de Felipe V provocó una alianza antiborbónica formada por los Habsburgo austriacos, Reino Unido, Provincias Unidas, Portugal, Prusia y Saboya, frente al bando franco-español. Esto llevó al estallido de la Guerra de Sucesión.