Fundamentos del Liberalismo Político de John Locke: Teoría del Contrato Social y Propiedad

John Locke: El Liberalismo Político

Locke ha sido considerado como uno de los fundadores de la civilización moderna, occidental e industrial burguesa, ya que logró sistematizar en su pensamiento político la experiencia y las necesidades de su época, trascendiendo con un discurso de relevancia universal. La filosofía política de Locke busca justificar el ascenso y desarrollo de la burguesía inglesa.

Hay que tener en cuenta tres obras fundamentales suyas:

  • Dos tratados sobre el gobierno civil
  • Carta sobre la tolerancia
  • Ensayo sobre el entendimiento humano

1. Vida y Contexto Político

John Locke (1632-1704), filósofo empirista y médico, desarrolló su interés por la política debido tanto al ejemplo paterno como a los conflictos políticos que vivía Inglaterra en aquellos días. El rey Carlos II, en sus últimos años, había gobernado sin tener en cuenta al Parlamento, buscando poner en el trono a su hermano Jacobo, quien era católico. Debido a la oposición del Parlamento, el rey tuvo que disolverlo y gobernó como un monarca absoluto.

Los anticatólicos intentaron la rebelión, pero fracasaron, y muchos tuvieron que huir a Holanda, incluido Locke. Mientras tanto, los anticatólicos ofrecieron el trono a Guillermo de Orange, quien estaba casado con María. Guillermo aceptó y regresó a Inglaterra en 1688. El rey Jacobo II huyó a Francia, marcando el triunfo de la Revolución Gloriosa. El nuevo rey aceptó la Declaración de Derechos, que afirmaba la participación del Parlamento en el poder, instaurando así una democracia parlamentaria.

Parece que todo el pensamiento político de Locke fue una justificación del valor de la Revolución de 1688. Además, este contexto se dio en medio de la expansión colonial y del desarrollo del sistema bancario inglés.

El carácter general de las obras de Locke está marcado por el empirismo: si no hay posibilidad de un saber absoluto, tampoco la autoridad podrá ser absolutista. No existe certeza en el conocimiento, solo probabilidad. Trasladado al campo político, tampoco se sostiene teóricamente un poder absoluto. Locke murió el 28 de octubre de 1704.

2. El Liberalismo Político de Locke

El liberalismo (basado en la idea de libertad e igualdad) es la ideología burguesa por excelencia. Acompaña al capitalismo en todas sus formas de dominación y explotación. Esta doctrina política y social aparece en la historia europea con John Locke.

El liberalismo es una ideología para la que solo existen individuos. El hombre es un sujeto de derechos e intereses naturales innatos, anteriores a la sociedad política. Tales derechos son irrenunciables y necesarios. La política debe defender los intereses individuales, entre los que se encuentra la propiedad privada. El Estado y la ley están al servicio del individuo. El Estado procede de los individuos, de un contrato celebrado libremente entre ellos para garantizar sus derechos. Las relaciones colectivas, la existencia misma de la sociedad y de la política, son resultado de elecciones individuales movidas por intereses egoístas. El Estado debe ser parlamentario con división de poderes.

En su obra Dos tratados sobre el gobierno civil (escrita para justificar la revolución, aunque ya había redactado alguna parte antes de ir a Holanda), Locke dedica el Primer Tratado a refutar la idea de derecho divino y hereditario, que equipara la autoridad del Estado a la de un padre sobre sus hijos. El Segundo Tratado fue una réplica a Hobbes, aunque, partiendo de las mismas hipótesis, llega a conclusiones distintas: defiende que las leyes naturales son descubiertas por la razón y que estas no eliminan otros tipos de leyes. Critica el absolutismo y establece las bases del liberalismo.

En el Segundo Tratado, Locke trata de justificar la expulsión del gobierno, sea el Parlamento o el rey, cuando ha actuado anticonstitucionalmente (solo puede ejercer el poder con el consentimiento de los gobernados). El principal argumento de Locke consistía simplemente en demostrar la existencia de un derecho a oponerse y en establecer las circunstancias en las que cabía ejercerlo. Lo que le preocupa es el fundamento de la autoridad: si el Parlamento puede limitar el poder del gobernante, si se puede permitir que el rey intervenga en todos los aspectos de la vida social, y si se puede permitir tener un rey no protestante. De ese modo, busca una teoría que establezca las condiciones políticas para el desarrollo de la burguesía inglesa, tanto en Inglaterra como en las colonias (Locke estaba a favor del imperialismo inglés). Afirma derechos universales para luego justificar la expansión, la esclavitud, el exterminio y la acumulación.

3. El Estado de Naturaleza

El estado de naturaleza está basado en la ley, la razón, la libertad y la igualdad. Los hombres, como seres racionales (independientes e iguales), en esta condición ya tenían derechos naturales como la vida, la libertad, la propiedad y la conservación, y el deber de no dañar a los demás. Si los hombres siguen la ley natural, entonces el estado de naturaleza es de paz, buena voluntad, colaboración y preservación. Los individuos, en esa condición, eran sujetos libres y gozaban del fruto de su trabajo; sin embargo, carecían de una autoridad que pudiese garantizar ese derecho.

El estado natural es un estado de libertad y de igualdad, un estado donde los hombres racionales solo están limitados por la ley natural. La idea de un estado natural funciona como un marco normativo o de principios desde donde puede justificar el poder del gobernante, así como la acción de la sociedad política. La igualdad natural que gozan los hombres en estado natural también depende de la misma naturaleza; las diferencias suponen una intervención de la voluntad. Pero es la libertad la característica más importante del hombre en estado natural, ya que ella es «el fundamento de todo el resto».

Sin embargo, Locke insiste en que la libertad de la que habla no es igual al estado de licencia (hacer lo que se le antoje), porque en ese estado la razón es la ley de la naturaleza. Los hombres están regidos por la razón que dicta la ley moral natural: los hombres son libres e iguales con derechos y poderes.

El estado de naturaleza tiene su ley que a todos obliga: nadie ha de atentar contra la vida, la salud, la libertad ni las posesiones de otro. Son iguales los unos a los otros en la medida en que no existe entre ellos ninguna diferencia natural que autorice a uno a limitar la libertad de otro. Así, forman familias y proceden, según su conveniencia, a los intercambios que juzgan provechosos. En este estado, se hacen mutuas promesas a fin de regular su vida, que están obligados naturalmente a respetar, puesto que, sin ese respeto, el uso de la palabra pierde todo su significado. Deciden también crear unos signos —la moneda— gracias a los cuales los intercambios de bienes se ven facilitados. Desde ahora, ya no se contentan, sobre todo respecto a la ocupación del territorio, con los pocos acres necesarios para la supervivencia de una familia. La sociedad humana se hace más compleja y aparecen en ella riesgos cada vez más numerosos de conflicto.

Transición al Estado Civil y sus Contradicciones

Como cada quien es independiente, en estado natural cada uno es juez, por lo que puede hacer cumplir la ley de la naturaleza. El hombre tiene un derecho y poder (no absoluto ni arbitrario) de castigar para reparar y refrenar las acciones de un delincuente. Por eso escribe que todo hombre tiene derecho a castigar al ofensor y ser ejecutor de la ley de la naturaleza. Pero en el estado de naturaleza no es fácil garantizar los derechos porque no todos los respetan.

Este estado de naturaleza es superado con el surgimiento de la sociedad política, siempre y cuando haya sido asumida voluntariamente: «todos los hombres se hallan naturalmente en ese estado y continúan así hasta que por su propio consentimiento se hacen miembros de alguna sociedad política». Y como se supone que el estado político o civil es una perfección del estado de naturaleza, Locke con ello tiende a justificar la expansión y la lucha de la burguesía inglesa. La sociedad civil nace para remediar los problemas del estado natural y proporcionar a los hombres “una vida cómoda, segura y pacífica”, pero sobre todo para guardar la propiedad, para que se pueda disfrutar tranquilamente de sus propios bienes. Y como la monarquía absoluta no respetaba esos derechos fundamentales, es legítimo defenderse de los absolutistas.

En el estado de naturaleza puede darse el estado de guerra, un estado de enemistad donde uno puede matar a otro como si se tratase de un lobo o un león, porque tal hombre no se halla bajo los lazos de la razón. ¿Cómo saber cuál de los dos está actuando fuera de la razón? Una vez más, esto esconde una justificación del dominio británico sobre sus colonias. Sin embargo, luego de haber afirmado la existencia de derechos naturales como la libertad, la vida y la propiedad, Locke habla de la esclavitud hasta el punto de justificarla. Distingue entre la libertad natural del hombre y la libertad del hombre en sociedad: en el primer caso no está sometido a poder superior sobre la tierra; en el segundo caso está bajo el poder establecido en una nación. Sostiene que un sujeto por sus faltas puede someterse a otro como esclavo: «Es esta la perfecta condición de la esclavitud, la cual no es otra cosa que el estado de guerra continuado entre un conquistador legítimo y un cautivo». Esclavitud, trabajo forzoso, pago por los gastos de guerra, muerte si lo desea el amo, todo en nombre de los derechos humanos. Y es que la causa justa para iniciar la guerra justa son esos derechos humanos contra los cuales se han rebelado los otros.

4. La Propiedad como Derecho Natural

Locke fue consciente de la relación entre propiedad y poder. Pensaba que el ciudadano era un hombre de propiedad, aunque esta estuviera limitada. Los derechos políticos no eran conferidos a los que carecían de propiedad. Justifica la existencia de la propiedad privada y la establece como un derecho natural. La existencia del Estado no es el origen de la propiedad, solo la reconoce y la protege.

Sostiene que Dios ha dado a los hombres una razón para un mejor provecho de la vida y convivencia. La primera propiedad del hombre es su propia persona; el trabajo de su cuerpo y la labor de sus manos son suyos. El trabajo es el origen de la propiedad privada que, en el contexto del estado de naturaleza, tiene un derecho natural. La propiedad es anterior al estado político.

Locke pone un límite a la propiedad privada porque sostiene que nadie debe tomar más de lo que puede trabajar y usar, y debe dejar una cantidad suficiente para el uso de los demás, a excepción del oro y la plata, porque estos no se deterioran por su falta de uso. Por un lado, reduce todo derecho al derecho a la propiedad, porque hasta la vida misma es reducida a una propiedad. Como el trabajo es el origen de la propiedad, justifica que el imperio inglés tenga su dominio sobre América, donde hay tierras sin trabajar. Su colonización resulta ser un acto civilizatorio.

Finalmente, después de sostener que no se debe tener más de lo que se puede trabajar y usar, afirma la acumulación ilimitada. Y es que mientras los bienes sean perecederos no es posible la acumulación, pero cuando es medido por el dinero, entonces sí es posible. Sienta las bases para la acumulación capitalista, transformando el sentido de la propiedad y del trabajo en dinero. La burguesía capitalista acumula cada vez más riqueza, más poder económico y quiere también más poder político.

5. El Contrato o Pacto Social y la Sociedad Civil

Aunque los hombres poseen (en el estado de naturaleza) una ley natural, no se sigue de ello que todos la respeten de hecho, ni que respeten los derechos de los demás. Por ello, es de interés del ser humano constituir una sociedad organizada para la más efectiva preservación de sus derechos y libertades, mediante un acuerdo o pacto establecido entre ellos.

La constitución de una sociedad civil supone, no obstante, renunciar a ciertos derechos; pero conlleva unos beneficios que Locke resume en los siguientes términos:

  1. Los hombres disponen de una ley escrita que define la ley natural, evitando controversias sobre ella. Es un claro defensor del iusnaturalismo: afirma la existencia de un derecho natural por encima del derecho positivo. El derecho natural son normas y principios basados en la naturaleza humana, válidos para todo tiempo y lugar; esos principios son de índole racional y pueden ser descubiertos por la razón. Esta idea ya estaba en los sofistas, estoicos y Santo Tomás. En Locke desemboca en el contrato social, el hombre sale del estado de naturaleza mediante un pacto o contrato.
  2. Se establece un sistema judicial que goza del reconocimiento general y evita arbitrariedades.
  3. Se crea un poder capaz de castigar crímenes y de obligar a ejecutar las sentencias.
  4. Se conserva la propiedad privada.

Los individuos se despojaron voluntariamente de una parte de sus derechos y encargaron al Estado la facultad de juzgar y castigar, así como la defensa externa. El Estado debe proteger la propiedad. El contrato estableció las limitaciones de la libertad individual. Locke considera que no cualquier estado político es preferible, sino aquel que produzca beneficios y proporcione una regla estable para vivir. Los objetivos del contrato social son el bienestar, la paz y el gozo seguro de la propiedad. El contrato abarca las relaciones entre los miembros de una sociedad y a la sociedad civil con su gobernante. Pero no se trata de cualquier pacto.

Un juez común y leyes positivas que permiten resolver los conflictos, pero sostenidos en la voluntad de los hombres, es lo que constituye la sociedad política. La sociedad civil y el gobierno establecido se basan en fundamentos racionales, en acuerdos. Nadie puede ser sacado del estado de naturaleza y ser sometido al poder político sin su propio consentimiento, libremente y voluntariamente.

El poder de la comunidad estaba expresado por la ley y ejecutado por los gobernantes, quienes deben tener como finalidad el bien común. Así, el gobernante (cuya función consiste menos en gobernar que en administrar y legislar) no puede abusar del poder, porque su principal objetivo es proteger los derechos de los individuos, entre ellos, preservar la propiedad. El contrato social no es un acto de una vez por todas, «sino un pacto continuado entre el pueblo y el soberano». En el pacto, el hombre renuncia a sus poderes legislativos y ejecutivos en favor de la sociedad; pero no renuncia a su libertad, aunque sí la restringe. Esta dejación de poderes tiene por objeto, precisamente, el disfrutar con más seguridad de su libertad. Pero si el gobernante va contra el pacto y tiraniza al pueblo, este tiene derecho a defenderse.

6. La Distribución de Poderes

Una forma de garantizar que no se produzca un abuso de poder, por parte de un monarca que pueda usar o abusar de su poder sin límites, radica en la división del mismo en tres ámbitos diferenciados ejercidos por personas distintas. La separación de poderes permitía tanto preservar la libertad como organizar el sistema político.

Locke elabora la teoría de los tres poderes que luego Montesquieu también haría suya. Los tres poderes fueron el poder legislativo, el ejecutivo y el federativo:

  • El Poder Legislativo: Lo tiene la sociedad, a través del Parlamento, quien tiene el deber de salvaguardar los derechos naturales. Tiene la «facultad de hacer leyes», de convertir las leyes naturales en leyes positivas (iusnaturalismo), y fijar los castigos para las infracciones que se cometan. Constituye el poder supremo en sentido estricto (Asamblea), pero no es un poder absoluto: tiene que responder de la confianza puesta en él y respetar la ley moral natural. La ley positiva tiene límites, debe ser promulgada para todos, inspirada en el bien del pueblo, y no podrá poner impuestos sin el consentimiento de los gobernados.
  • El Poder Ejecutivo: Es el encargado de realizar los mandatos del legislativo; tiene que dar cumplimiento a la ley política.
  • El Poder Federativo: Encargado de la seguridad del Estado y de las relaciones con el exterior (equivalente a la política exterior y defensa).

(Nota: Para Locke, el poder judicial no es un poder independiente, siendo solo un aspecto del ejecutivo).

Se formaría un gobierno con el consentimiento del pueblo; si alguien no quiere, seguiría en el estado de naturaleza. El pacto es entre los ciudadanos y el monarca. Sería suficiente con la mayoría porque la unanimidad es difícil de alcanzar. El gobierno ha de querer el bien común.

7. La Oposición al Abuso del Poder

El poder político se sostiene por la confianza, por lo que el gobierno podía ser disuelto si no servía a los propósitos para el que fue establecido. Si el gobierno responde a la voluntad del pueblo, la rebelión sería injusta. La disolución del gobierno puede ocurrir por dos causas:

a) Disolución por Causas Externas

Cuando la sociedad que gobierna no pueda perdurar al ser conquistado el Estado por un Estado enemigo.

b) Disolución por Causas Internas

  • Siempre que el Legislativo sea modificado arbitrariamente o sometido a un poder absoluto que le impida actuar libremente (por ejemplo, porque no se reúne o le impiden reunirse).
  • Si el detentor del Poder Ejecutivo es incapaz de poner las leyes en vigor.
  • Si el Ejecutivo o el Legislativo obran contrariamente al mandato encomendado.

Locke justifica la rebelión, pero solo después de una larga lista de abusos y no de unos cuantos malos manejos. Por lo que, si el gobierno abusa de su autoridad y viola el contrato social pactado, la soberanía vuelve al pueblo y este tiene derecho a la sublevación. La teoría de Locke es de inspiración conservadora; el reconocimiento del derecho de resistencia es un medio para hacer reflexionar al príncipe y para hacerle respetar la legalidad. Permite alejar el peligro de una revuelta popular, pero no constituye en absoluto una invitación a la sublevación, sino más bien una invitación a la prudencia y al compromiso.

8. Influencia y Evaluación

La influencia de Locke es diversa: desde la Revolución Francesa y la Revolución Americana, hasta personajes históricos como Diderot, Rousseau y Kant, tanto por sus pensamientos liberales como en líneas centrales de su concepción de la libertad. También influyó en Montesquieu y su defensa de la división de poderes.

Puede ser visto como el pionero de los derechos humanos por considerar esos derechos universales y esenciales a todos los hombres. Los derechos naturales de Locke no son ideales o fines a los que los hombres puedan aspirar, sino necesidades humanas básicas, derechos del ser humano concreto, de los que piensan, sienten y viven de modo diferente.

El contractualismo de Locke también toma distancia de la teoría política aristotélica, ya que el orden político no es una inclinación natural sino producto de un pacto: hay un estado de naturaleza donde los individuos tienen derechos fundamentales, el orden legítimo es aquel que está basado en el consenso, el individuo es anterior a la sociedad, y el fin del Estado no es promover la vida buena sino la seguridad y protección de los bienes civiles.

Lo cierto es que las ideas de Locke forman hoy parte del sentido moral moderno, que tiene entre sus bases la idea de libertades individuales, fundamentales e inalienables. Sus ideas de derecho natural (iusnaturalismo) continúan vigentes cuando defendemos los derechos por el hecho de ser seres humanos. Nos pensamos como sujetos de derechos inalienables, entre ellos a la vida y a la libertad.

Contradicciones del Liberalismo Lockean:

Sin embargo, el pensamiento de Locke resulta incoherente cuando defiende, al mismo tiempo, la libertad y los derechos humanos, junto con la esclavitud y la guerra. O cuando afirma que los pobres son pobres por falta de iniciativa. Este es un lenguaje ambivalente típico del liberalismo temprano.