La Prehistoria en la Península Ibérica
El Paleolítico (Edad de Piedra)
Durante el largo período en el que tuvo lugar la evolución de la especie humana y, como consecuencia de ella, se produjo la evolución técnica y cultural que permitió al género humano imponerse en un medio muy hostil.
Las formas de vida de los primeros hombres no tuvieron que ser muy diferentes de la de los demás, ya que eran incapaces de producir sus propios alimentos. Practicaban la caza, la pesca y el desarrollo del lenguaje hablado.
La técnica de fabricación de utensilios de piedra consistía en la talla por percusión o presión de piedras duras pero frágiles. También se utilizaba la madera, el asta, el marfil y el hueso.
Etapas del Paleolítico
- Paleolítico Inferior (1.500.000 – 100.000 a.C.): Durante este periodo tuvo lugar la ocupación de la Península Ibérica por grupos de homínidos. Los instrumentos más antiguos encontrados no superan los 700.000 años de antigüedad. Destaca la industria lítica de cantos y rocas tallados, conocida como cultura de los guijarros. A esta le sucede otra más evolucionada, la achelense, que presenta como característica más reconocida los bifaces. En esta etapa surgen los cazaderos.
- Paleolítico Medio (100.000 – 40.000 a.C.): Período asociado a los neandertales y a su industria lítica denominada musteriense, caracterizada por el empleo masivo de lascas. Se observa el progreso en el uso del hueso y la madera. Aparecen por primera vez enterramientos realizados con ritos.
- Paleolítico Superior (40.000 – 10.000 a.C.): Los grupos humanos utilizan los huesos para la elaboración de tejidos y collares de conchas. En relación con el desarrollo simbólico, los hombres de esta época realizan las primeras manifestaciones artísticas de la Humanidad.
Epipaleolítico o Mesolítico (8.000 – 3.000 a.C.)
Se produce un cambio climático tras el final de la última glaciación. Los hombres abandonaron las cuevas y se establecieron en las orillas de los ríos. Los yacimientos se concentran sobre todo en la periferia, dejando vacía la zona central de la península.
En este período se desarrolló la cultura de microlitos y apareció el arte rupestre levantino.
El Neolítico (10.000 a.C.)
Se produce el paso de una economía depredadora a una economía de producción basada en la agricultura, la ganadería y la cerámica.
Los nuevos sistemas agrícolas y ganaderos parecen haber llegado a la Península Ibérica a través del Mediterráneo hacia el VI milenio a.C. Las regiones costeras del Mediterráneo fueron las primeras en adoptar las nuevas formas de vida.
El ser humano se hizo sedentario y la población se estableció en asentamientos fortificados. Se introdujo el utillaje de piedra pulimentada, la cerámica, la cestería y los tejidos. Surgen núcleos más estables, la división del trabajo, las jefaturas políticas y la propiedad privada de los excedentes.
Destaca la enorme variedad de los utensilios tallados en hueso y asta. Aparecieron manifestaciones artísticas relacionadas con el ciclo de la vida. A esta época pertenece el arte rupestre levantino, que se caracterizó por la monocromía y la representación de la figura humana y de animales. Se desarrolla la cerámica de forma notable:
- Cerámica cardial: Es la primera muestra del Neolítico peninsular. De forma ovoide y con decoración lineal.
- Cultura de sepulcros de fosa (3.500 – 2.500 a.C.): Se distingue por enterramientos excavados en el suelo con individuos en posición fetal, acompañados de ajuar cerámico y abalorios, cubiertos por losas.
Arquitectura Megalítica
La arquitectura megalítica (monumentos funerarios con grandes piedras) se extendió por Europa durante el Neolítico y alcanzó su máximo esplendor hacia el 5.000 a.C.
A esta época corresponde la cultura de Los Millares, en Almería, desarrollada a mediados del III milenio, máxima expresión del megalitismo ibérico. La última fase de esta cultura coincide con las primeras manifestaciones de metalurgia.
La Edad de los Metales
Tradicionalmente, el periodo en el que los hombres conocieron y emplearon la metalurgia se ha dividido en fases, según el material empleado. En la Península Ibérica se ha establecido la siguiente periodización:
Edad del Cobre o Calcolítico (2.500 – 1.800 a.C.)
La metalurgia del cobre se desarrolló en la Península Ibérica antes que en el resto de Europa. Los restos más antiguos del trabajo del cobre son muy rudimentarios. Destaca el núcleo del sudeste, denominado así por el yacimiento de Almería. Se construyen poblados amurallados con viviendas circulares y zócalo de piedra. La complejidad de algunas construcciones habla de una organización social compleja, con diferencias de riqueza. El paso hacia la metalurgia se produjo con mucho más retraso en las demás regiones de la Península.
El Vaso Campaniforme es el nombre que engloba al conjunto de culturas calcolíticas extendidas por la Península Ibérica y que se desarrollaron entre el 2.200 y el 1.700 a.C.
Edad del Bronce (1.800 – 750 a.C.)
Existe una gran diversidad de grupos culturales en la Península:
- La cultura del Argar: Los poblados se localizan en zonas elevadas sobre valles fértiles, formando pequeños agrupamientos de viviendas rodeados de murallas. La ganadería y la agricultura eran la base de la economía, y la minería fue una actividad destacada. A partir de 1.400 a.C., la cultura argárica entró en decadencia.
- Interior y otras regiones: Las regiones del interior tuvieron una evolución cultural lenta, destacando únicamente la cultura de «Las Motillas de la Mancha». En el suroeste y la región valenciana se desarrollaron focos culturales con rasgos parecidos al argárico.
- Bronce Atlántico: El occidente peninsular destaca por intensos intercambios con otras regiones mediante la navegación de cabotaje, debido a la presencia de cobre y estaño en esta zona.
Bronce Final y la Edad del Hierro (1.250 – 500 a.C.)
Durante el final de la Edad del Bronce se registraron intensos movimientos de población en gran parte de Europa. La Península Ibérica recibió influencias de los pueblos que empezaron a llegar a sus costas. Se introduce la metalurgia del hierro y comienzan las colonizaciones.
Por el noreste llegan los pueblos indoeuropeos desde el centro de Europa, quienes introdujeron la cultura de los Campos de Urnas a partir de 1.100 a.C. Con ello aparecen las primeras noticias escritas sobre las tierras peninsulares, que marcan el inicio de la