Migración exterior en España: impacto demográfico y económico desde 2008

Las migraciones exteriores en España a partir de la crisis de 2008

Desde finales de la década de 1990, España ha experimentado cambios importantes en los movimientos migratorios que la afectan. A continuación se examina la importancia de la inmigración hacia España y la evolución del fenómeno migratorio.

Contexto y evolución

Analizando la situación en términos de migración y comparando datos históricos, cabe señalar que en los últimos años el aumento del nivel de vida en España ha reducido ciertos flujos migratorios. Décadas o siglos. Los motivos de las migraciones son variados:

  • Encontrar trabajo o cambiar de empleo debido a la internacionalización de las empresas.
  • Realizar estudios o formación para mejorar las cualificaciones.

Este último motivo ha sido el origen del aumento continuado de inmigrantes hacia España desde 2004. Analizando la situación desde la perspectiva de los inmigrantes, España se convirtió en país receptor desde finales de los años 90, pasando de aproximadamente 500.000 extranjeros a 5,3 millones en 2008. Este aumento de la población extranjera se debe a varias razones: la necesidad de mano de obra, la regularización de personas sin papeles, la reunificación familiar y el hecho de que España actúa como puerta de entrada a Europa, con conexiones con Europa y América Latina.

Destinos preferentes

El destino principal de los inmigrantes son las comunidades autónomas con grandes centros urbanos y de servicios: Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía, seguidas de Canarias, Murcia y Baleares. Su saturación está provocando un desvío hacia el interior y la zona cantábrica.

Consecuencias de la inmigración en España

La inmigración ha tenido una serie de consecuencias en España, tanto positivas como negativas.

Efectos positivos

  1. Crecimiento poblacional: evitó el decrecimiento demográfico desde la década de 1990 hasta el estallido de la crisis.
  2. Aporte de población activa al mercado laboral.
  3. Realización de tareas demandadas: desempeñaron labores más duras y peor remuneradas.
  4. Contribución al PIB: aportaron recursos a las arcas públicas.
  5. Alivio del gasto en pensiones: incrementaron la tasa de actividad de las familias españolas y contribuyeron a sostener el sistema.

Efectos negativos

  1. Pérdida de competitividad en ciertos sectores.
  2. Presión a la baja sobre los salarios y aumento del déficit exterior por remesas enviadas a los países de origen y consumo de productos extranjeros.
  3. Consecuencias sociales: aumento de actitudes xenófobas o racistas; muchos inmigrantes han sufrido malas condiciones laborales y de vida.
  4. Dificultades de integración: diferencias culturales, lingüísticas y religiosas que dificultan la inclusión plena.

Impacto de la crisis económica y emigración

Como consecuencia de la crisis, en los últimos años se ha producido una salida masiva de extranjeros residentes en España, debido a que los niveles de paro entre ellos son mayores que entre los españoles. El desempleo de los inmigrantes conduce a peores condiciones de vida que el desempleo nacional: solo una pequeña parte de los desempleados ha cotizado lo suficiente a la Seguridad Social para tener acceso a prestaciones por desempleo, y pocos inmigrantes cuentan con redes familiares con ingresos suficientes para mantenerlos.

Por otro lado, el número de españoles residentes en el extranjero no ha dejado de crecer en los últimos ocho años, alcanzando los 2,4 millones según las últimas cifras oficiales, la cifra más alta de la historia. Para los nacidos en España que han emigrado en los últimos años, el destino preferente es la Unión Europea, con más de la mitad residiendo actualmente en alguno de sus países; los favoritos son Francia, Alemania y Reino Unido.

No hay cifras oficiales fiables sobre el nivel de formación, pero sabiendo que la tendencia a emigrar generalmente aumenta con el nivel de instrucción, es razonable suponer que gran parte de la emigración española reciente está compuesta por migración cualificada, sobre todo universitarios. Ello supondría una «fuga de cerebros» para el país. Conviene mencionar que la migración de profesionales cualificados puede llegar a descapitalizar áreas clave de la economía, lo que supondría una pérdida en términos de desarrollo.

Saldo migratorio y efectos demográficos

De hecho, el saldo migratorio negativo fue el principal responsable de que España presentara un crecimiento real negativo desde 2012. No obstante, cabe destacar que el saldo migratorio volvió a ser positivo desde 2016.

Si tenemos en cuenta que el proceso emigratorio está afectando sobre todo a jóvenes y adultos jóvenes en edad de procrear, nos encontramos con que se reducirá la natalidad. Por este doble motivo (emigración de población joven y menor natalidad), la estructura por edades del país sufrirá un cambio significativo, pues el envejecimiento de la población se acentuará.

Esta tendencia no remitirá mientras no cambie significativamente la coyuntura económica: elevadas tasas de desempleo (especialmente en determinados sectores y grupos de edad jóvenes), ajustes presupuestarios que limitan la inversión en ciencia, educación e investigación, y escasas previsiones de recuperación de empleo estable y de calidad.

Conclusión

La migración exterior en España desde la crisis de 2008 ha tenido efectos complejos y contrapuestos: ha contribuido al crecimiento demográfico y económico en determinados periodos, pero también ha generado presiones salariales, desafíos de integración y un posible debilitamiento de sectores clave debido a la emigración de profesionales cualificados. Abordar estos retos requiere políticas públicas integradas que promuevan empleo de calidad, integración social y formación, así como medidas para retener y atraer talento.