Al-Ándalus y la Formación de los Reinos Cristianos en la Península Ibérica

La Conquista Musulmana y el Califato de Córdoba

En 711, un ejército dirigido por Tariq derrotó al último rey godo en la Batalla de Guadalete. El desplome del estado visigodo permitió que la conquista, llevada a cabo por bereberes y árabes, fuese rápida y sin apenas resistencia, mediante pactos con nobles visigodos, tolerando sus credos y respetando sus propiedades a cambio del pago de tributos. En 750, el estado islámico era dependiente de Damasco. En 756, Abderramán I proclamó el Emirato Independiente.

Entre 879 y 929, una crisis de poder desembocó en numerosas revueltas locales protagonizadas por la población muladí y mozárabe. En 929, Abderramán III instauró el Califato de Córdoba, cuyo poder obligó a los reinos cristianos a pagar parias o tributos a cambio de la paz. Fue una época de esplendor artístico, cultural e intelectual, y tuvo dos centros principales: Córdoba y Medina Azahara. Le sucedieron otros califas. El Califato se desintegró en 1031.

Los Reinos de Taifas y las Invasiones Norteafricanas

En 1031, el Califato de Córdoba se fragmentó en un mosaico de reinos de Taifas. Los bereberes dirigían las Taifas de Granada y Málaga; los eslavos, las del Levante; y los árabes dominaron los reinos de Córdoba, Sevilla y Zaragoza. La división musulmana permitió el avance de la expansión cristiana, con la conquista de Toledo.

Debido a ello, algunos reyes de Taifas pidieron ayuda a los almorávides. Estos, tras vencer a Alfonso VI en 1086, unificaron el territorio, integrándolo en el Imperio Almorávide. Las tensiones en Al-Ándalus desembocaron en el fin del poder almorávide y la aparición de los segundos reinos de Taifas. El Imperio Almohade conquistó Al-Ándalus, poniendo fin a los reinos de Taifas e instalando su capital en Sevilla. Una coalición de ejércitos cristianos derrotó a los almohades en la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212, lo que provocó el fin de su imperio, la aparición de los terceros reinos de Taifas y un giro decisivo en la relación de fuerzas a favor de los reinos cristianos.

Economía y Sociedad en Al-Ándalus

Al-Ándalus se integró en el sistema tributario del mundo islámico. Su economía fue dinámica, siendo la agricultura la principal actividad económica de la población. Los principales cultivos fueron los cereales, la vid y el olivo. Impulsaron el regadío, nuevos cultivos (como la seda) y técnicas agrícolas. Explotaron la minería (hierro, plomo, cobre y estaño). Cobró impulso la artesanía (textil, cuero, vidrio, papel, cerámica, armas y orfebrería). Floreció el comercio y la circulación de la moneda.

La estructura social estuvo determinada por la religión, siendo una sociedad teocrática de composición heterogénea, con una mayoría musulmana: árabes, bereberes, eslavos y muladíes. Los no musulmanes (mozárabes y judíos) pagaban un impuesto religioso. La sociedad se caracterizaba por una marcada desigualdad, con una casta aristocrática de linaje árabe en la cúspide, seguida por grupos medios (mercaderes), clases populares (artesanos y campesinos), y en la escala inferior de la pirámide social, libertos y esclavos.

Los Reinos Cristianos y el Proceso de Reconquista

Los primeros focos de resistencia cristiana surgieron en la franja cantábrica y los Pirineos, recibiendo apoyo de Carlomagno para servir de contención a la expansión islámica. Pelayo, en 718, es considerado el fundador del reino astur, que se expandió por Galicia y el valle del Duero, llegando a formar el reino de León. En el siglo X, Fernán González independiza el condado de Castilla. En el Pirineo occidental, los vascones derrotan a Carlomagno en Roncesvalles. En el siglo IX, surge el reino de Pamplona.

La Reconquista fue un proceso de expansión territorial de los reinos cristianos a expensas de Al-Ándalus, estimulados por las exigencias económicas de los señores feudales que necesitaban nuevos espacios. Tuvo tres etapas principales:

  • Primera etapa (siglos VIII-X): Formación y consolidación de los reinos cristianos.
  • Segunda etapa (siglos XI-XIII): Siglos de expansión territorial.
  • Tercera etapa (siglos XIV-XV): Guerra y conquista del Reino Nazarí de Granada.

Organización Política y Social de los Reinos Cristianos

El poder en los estados cristianos se organizó en torno al rey o conde. El rey era asesorado por la Curia Regia. Hasta el siglo XII, la Curia Regia (compuesta por nobles y clérigos) fue el organismo más importante. En 1188, en el Reino de León, y desde el siglo XIII en el resto de los reinos, nacen las Cortes, fruto de la convocatoria a la Curia y a los burgueses. Las Cortes asesoraban al rey y votaban subsidios e impuestos extraordinarios.

La administración territorial estaba a cargo de los condes y la local a cargo del concejo. Los recursos provenían de las tierras, aduanas, monopolios y el cobro de impuestos. La organización social estuvo marcada por el régimen señorial. Desde el siglo XII, los reyes les otorgan el privilegio de inmunidad, convirtiéndolos en señoríos jurisdiccionales, lo que les permitía obtener derechos jurídicos y limitar el poder del rey a las tierras de realengo. La sociedad estamental estaba basada en privilegiados (caballeros y clérigos) y no privilegiados (campesinos y burgueses).