Apolo y dafne historia

APOLO Y DAFNE:a)

–  Es una escultura, de mármol. Su altura es de 244 cm. Se encuentra en la Galería Borghese de Roma.

–  La realizó Gian Lorenzo Bernini, entre 1621 y 1625.

  b)–  Es una obra que se despliega en las tres dimensiones y se proyecta hacia delante; hace intervenir al espacio circundante en el espacio de la obra. Tiene un punto de vista ideal, lateral, pues originalmente estaba situada junto a una pared; sin embargo, permite un amplio arco de puntos de vista.La composición está dominada por dos líneas curvas, descritas por los cuerpos de los dos personajes, que parten de un mismo punto, el pie derecho de Apolo.  Otras líneas, diagonales, aparecen en la relación de los brazos y piernas del Dios con los brazos y cabello de la ninfa.
La sensación global de la obra es de estar en un equilibrio precario. Por otro lado, no está circunscrita dentro de ninguna figura geométrica. La obra tiene, por tanto, una composición inestable, desequilibrada y abierta.-  Obra de gran Realismo. Los rasgos anatómicos, las ropas, los cabellos y las plantas están trabajadas con un gran virtuosismo. Destaca el tratamiento de las superficies, suave y brillante para la piel de los personajes, rugosa y áspera para las ramas. Es un trabajo propio de un experimentado artesano, con una gran preocupación por los detalles.El Realismo es idealizado en el tratamiento de los dos personajes. Al fin y al cabo eran personajes mitológicos, y uno de ellos era Apolo, el ideal de belleza masculina. Los modelos fueron, como no, estatuas clásicas. En concreto, para Apolo utilizó el famosísimo Apolo de Belvedere, una escultura romana encontrada algunos años antes en las inmediaciones del palacio papal y considerada, desde entonces, como la máxima expresión de la belleza masculina. A pesar de la violencia de la escena, Bernini consiguió representar a los personajes con una gran dosis de sensualidad.-  En la obra hay mucho movimiento. De hecho, podemos calificar la escena como un fotografía de una acción concreta muy violenta, de una instantánea que fija el movimiento. Y de toda la acción, el autor ha escogido el momento más importante, el clímax de la misma.-  Otro rasgo importante es la expresividad. Los dos personajes muestran con sus rostros y con sus gestos fuertes sentimientos, que podemos calificar de dramáticos o violentos.-  Es una obra de estilo Barroco. Es una de las obras con las que Bernini creó el estilo Barroco, en concreto el Barroco de la escuela romana. El estilo de Bernini dominó Roma, luego toda Italia, y finalmente influyó decisivamente en muchos otros países de Europa.Bernini generó su estilo a partir de la escultura renacentista, fusionando las aportaciones del Clasicismo, del Manierismo y de Miguel Ángel. Pero sus fuentes de inspiración más directa fueron la escultura griega de la etapa helenística (s. IV-s. II a.C.) y los pintores que triunfaban en Roma en aquel momento: Annibale Carracci i Caravaggio (v. La Muerte de la Virgen).c)– Es una obra de género mitológico. Reproduce una escena muy conocida por estar incluida en una de las obras clásicas más divulgadas, la Metamorfosis, del poeta romano Ovidio.-  En la obra se representa al Dios Apolo, que tras ver a la ninfa Dafne se lanzó en su persecución preso de un gran deseo sexual. La ninfa, que no deseaba plegarse a los deseos de Apolo, huyó. Sin embargo el Dios se acercaba y Dafne pidió ayuda a padre, el Dios fluvial Peneo, el cual la convirtió en laurel. La escultura reproduce el momento en el cual Apolo alcanza a Dafne, comienza a ceñirla por la cintura, pero, a la vez, sorprendido, se da cuenta de la transformación que está sufriendo la ninfa. Los cabellos y los dedos de Dafne se están convirtiendo en ramas y hojas, mientras que sus piernas se transforman en el tronco del arbusto. El rostro de la ninfa refleja el dolor del momento.d)–  La obra no tiene ningún significado especial. El cardenal Borghese era un amante del arte que coleccionaba obras en su gran villa, sin más objetivo que el goce estético.-  La obra, pues, tenía una función puramente decorativa. Como hemos visto (v. Dánae), los miembros de la aristocracia europea consumían arte mitológico, con contenido erótico. Además de lo puramente erótico, estas obras tenían otra cualidad: prestigiaban a su poseedor, pues daban cuenta de la gran cultura del mismo, de sus conocimientos de cultura clásica.Otro factor empieza a ser relevante en aquellos momentos. Scipione Borghese, en nombre de la familia, estaba reuniendo una colección de arte, también porque las obras de arte, antiguas y contemporáneas, comienzan a ser una importante inversión económica. El coleccionismo se había divulgado por toda Europa y se pagaban fabulosas sumas por las pinturas y esculturas. Apoyar a jóvenes prometedores, como Bernini, podía resultar muy rentable si el artista luego triunfaba, como así fue.Puede chocar que un cardenal, sobrino de uno de los papas que más se comprometieron con la Contrarreforma, encargara una obra como Apolo y Dafne, pagana, erótica y decorativa. Pero no hemos de olvidar que era una obra destinada al consumo propio de la aristocrática familia Borghese y de sus invitados a su lujosa villa. Estos mismos nobles y altos cargos eclesiásticos encargaban obras muy diferentes cuando estaban destinadas a ser vistas por el pueblo. Sin embargo, años después, alguien encontró impúdico tener una obra así, y añadió las siguientes palabras en el pedestal: “quien ama seguir las huidizas formas de la diversión, al final encuentra hojas y bayas amargas en la mano”. Añadir esta “moraleja” a la obra fue una manera de justificar su posesión.