Crónica de una Muerte Anunciada: Temas y Técnicas Narrativas
Aunque son muchos los motivos temáticos que se abordan en la novela de Gabriel García Márquez, tres son los principales:
1. Temas Centrales: Honor, Pasión y Destino
El Honor
El origen del crimen de los hermanos Vicario está en la honra. Los hermanos Vicario se vengan del ofensor de su hermana para restablecer el honor de la familia. Bajo el tema del honor, subyace la tragedia griega. La Crónica no es el relato de un crimen, sino de una muerte anunciada. La novela es el relato del imparable desarrollo de los acontecimientos hasta la descripción final del sacrificio.
El Amor
El propio García Márquez declaró que se decidió a escribir la novela cuando un amigo le contó que, después de 27 años, Bayardo San Román había vuelto con Ángela Vicario. El amor domina una buena parte de la Crónica, es el gran desencadenante de la acción, y si el tema del honor encontraba su modelo en la tragedia griega, el amoroso lo halla en la novela de folletín.
El Destino Fatal o Trágico (Fatum)
Este tema se manifiesta en la inevitabilidad de los sucesos, a pesar de que la muerte de Santiago Nasar es ampliamente anunciada.
2. Perspectivismo como Técnica Narrativa
La historia es contada por un narrador en primera persona que nunca da su nombre. No por eso hay la menor dificultad en identificarlo: se llama Gabriel García Márquez, vistos los datos que proporciona. Ese narrador está presentado como un personaje secundario, un yo testigo.
En su tarea de reconstrucción, el narrador juega con diversos planos temporales, despliega una panorámica amplísima de puntos de vista y alterna su voz con breves entradas de las de los personajes entrevistados. Todo lo cual implica que el narrador-cronista despliega un rompecabezas. Estamos ante una estrategia estructuradora hecha a base de avances y retrocesos, de recurrencias y superposiciones provocadas por la necesidad del narrador de enlazar su propia memoria con la ajena y de cotejar esta a través de testigos que aporten puntos de vista en ocasiones divergentes.
Es una novela abierta a la aparición de numerosas voces distintas que sirven para ofrecer al lector una visión multiperspectivística de la realidad que se cuenta. En Crónica de una muerte anunciada es posible apreciar un discurso que no da una única visión de los hechos, sino que por el contrario se complace en la duda y en la relativización. La dispersión de puntos de vista y las zonas de ambigüedad reclaman del lector un papel activo para que reúna los datos dispersos, los valore y los interprete.
3. La Técnica del Realismo Mágico
Simplificando mucho, podemos establecer una primera línea de obras en las que el despliegue verbal da lugar a un lenguaje narrativo lleno de ramificaciones y muy exuberante. Ello se hace presente de manera muy especial cuando el autor se adentra en lo fantástico, en una visión de la realidad que, de acuerdo con la naturaleza extraordinaria y desmesurada, insólita, de la realidad americana, es denominada por algunos Realismo Mágico.
Se llama «realismo mágico» al hecho de tratar elementos fantásticos como si fueran reales.
Crónica de una muerte anunciada, por su carácter híbrido entre el periodismo y la literatura, presenta una orientación más inclinada a una visión realista y no fantástica de la realidad; visión que se trasvasa en un tipo de narración más directa y ajustada, más sintética y precisa, más objetiva. Aun así, podemos identificar en la obra numerosos recursos que pertenecen a la técnica del realismo mágico:
- Hiperbolizaciones
- Inmersiones en lo fantástico
- Detallismo insólito
- Dinamismo desmesurado
- Metaforización
- Personificaciones, zoomorfizaciones, cosificaciones
- Referencias eróticas
La Poesía Española de Posguerra: Evolución y Corrientes
El panorama poético se vio duramente afectado por las consecuencias de la Guerra Civil. Numerosos autores se vieron obligados a partir al exilio, desde donde desarrollaron una lírica en la que el tema de la injusticia o la nostalgia por la patria perdida serán predominantes.
Miguel Hernández (1910-1942)
Destaca desde muy joven como una promesa gracias a los sonetos amorosos de El rayo que no cesa. Durante la guerra publica Viento del pueblo. Tras ser condenado a muerte, escribió los poemas de Cancionero y romancero de ausencias, entre los que figura alguno tan famoso como las «Nanas de la cebolla».
Años 40: Poesía Arraigada y Desarraigada
Poesía Arraigada
Trata temas tradicionales desde un firme sentimiento religioso. Dentro de esta línea destacan, por ejemplo, Luis Rosales (La casa encendida) o Leopoldo Panero (Escrito a cada instante).
Poesía Desarraigada
Enfrenta al hombre con un mundo hostil en el que solo queda lugar para la imprecación. Predomina el tono agrio, el tremendismo y el vocabulario hiriente, y en el aspecto métrico se apostará por el versolibrismo y las formas no clásicas. El libro fundacional de esta corriente será Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y la revista Espadaña.
Años 50: El Nacimiento de la Poesía Social
Verán el nacimiento de la poesía social. El poeta se compromete con el destino de los demás hombres y antepondrá la necesidad de transformar el mundo a las metas estéticas. Se rechazará la visión intimista y personal de la lírica para apostar por el acercamiento a temas como la solidaridad, la denuncia de la injusticia social y la falta de libertad. El tono de la mayoría de los poemas será marcadamente coloquial. Destacan poetas como:
Blas de Otero (1916-1979)
Con Ancia y Pido la paz y la palabra, va abriéndose desde un existencialismo desgarrado hacia la esperanza de una mayor unión social gracias a la palabra poética. Su estilo marca las directrices de la poesía social.
Gloria Fuertes (1917-1998)
La vertiente «adulta» de su obra poética se deja a veces de lado, ensombrecida por su exitosa carrera como autora infantil. Constituye una de las voces con más presencia dentro de la llamada poesía social. Directo coloquialismo y denuncia moral siempre constatable en sus escritos, donde hay una perspectiva femenina prácticamente silenciada en el primer franquismo. Destaca su obra Poeta de guardia.
Años 60: La Generación del 68 y el Retorno a la Intimidad
Muchos de los temas sociales siguen vigentes, pero se observa un cierto abandono tanto del enfoque social y grupal, como del optimismo de ver en la poesía «un arma cargada de futuro». La poesía ahora es más personal, más íntima, pero el humor y una escéptica ironía les sirven de distanciamiento respecto a las emociones o los problemas. Rechazan tanto el patetismo y el desgarramiento de los desarraigados, como el prosaísmo de los poetas sociales.
Se volverá a apostar por la creación de un lenguaje personal, propio, reconocible, sin renunciar al máximo rigor en la búsqueda de la palabra y el ritmo. Su rasgo estilístico principal es el de conjugar el tono conversacional, antirretórico, con el rigor poético y la cuidada elaboración. Destacan nombres como:
- Claudio Rodríguez (Don de la ebriedad)
- Francisco Brines (El otoño de las rosas)
- José Ángel Valente (Punto cero)
- Ángel González
- Carlos Sahagún
Jaime Gil de Biedma (1929-1990)
Autor, fundamentalmente, de tres libros clave a la hora de entender la evolución de la poesía a partir de los años 60: Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos. Su dicción pulcra y de apariencia sencilla, así como la ironía con la que se autoanaliza a sí mismo, han marcado el quehacer poético de buena parte de las voces que surgen en los años 80.