Comparación La Celestina y el Lazarillo de Tormes

2. LA LITERATURA RENACENTISTA: IDEOLOGÍA


El Renacimiento es el cambio de una mentalidad teocéntrica al nuevo antropocentrismo. El hombre renacentista deja de ver su vida solo como un camino hacia la eternidad y comienza valorar la vida terrena con sus placeres y bellezas. La inteligencia humana se dirige sobre el mundo que la rodea con una claridad desconocida y aparecen figuras como Copérnico, Galileo, Miguel Servet o Miguel Ángel.


El humanismo consiste en un interés por los clásicos (Platón, Cicerón, Virgilio, Horacio, Séneca…) que no se justifica solo por el deseo de imitación artística, si no por la búsqueda en el pasado de un modelo antropocéntrico. En él, el hombre era la medida de todas las cosas y podía desarrollar sus potencialidades naturales y espirituales. Las obras clásicas no se imitan servilmente, sino de forma creativa.


El Renacimiento empieza en Italia y llega a España desde sus posesiones en esa zona.


Al principio, durante el reinado de Carlos I, se acogen con entusiasmo las novedades europeas y hay un ambiente de apertura y optimismo.


Sin embargo, con el reinado de Felipe II, el miedo al contagio del protestantismo se traduce en desconfianza y en intolerancia religiosa. La literatura se hace fundamentalmente religiosa, menos europea y más española, y surgen los grandes autores ascéticos y místicos.


3. LA PROSA DEL Siglo XVI


La prosa renacentista, tanto en las obras literarias como en los libros de historia, didáctica o filosofía, experimenta un importante impulso. El ideal de estilo era la naturalidad. Es común en la época de preocupación por un estilo elegante y sobrio. Dejando para más adelante la narrativa, citaremos solamente algunos prosistas: Juan de Valdés y su hermano Alfonso de Valdés.


En tiempos de Felipe II, se escriben numerosos libros religiosos en prosa, como las obras de santa Teresa de Jesús (Camino de perfección y Las moradas) y de fray Luis de Granada (Introducción al símbolo de la fe).


3.1 Principales subgéneros narrativos


Los dos principales subgéneros narrativos del Siglo XV, el relato sentimental y el caballeresco, continúan teniendo éxito.


Junto a estos dos subgéneros, surgen en el Renacimiento cuatro nuevos modelos narrativos, que expondremos por orden cronológico de aparición:


  • El relato bizantino:

    Los amores de Clareo y Florisea

    Alfonso Núñez de Reinoso. La obra de Jerónimo Contreras Selva de aventuras. Narran las peripecias que les suceden a dos enamorados durante un largo viaje.
  • La novela picaresca: Iniciada por el lazarillo en 1554, será continuada por diferentes autores durante el Barroco. Éste tipo de novela narra de forma autobiográfica y tono realista las andanzas de un muchacho de baja extracción social, acostumbrado a luchar a diario por subsistir al servicio de distintos amos.

  • El relato pastoril: El gran éxito de la primera novela, La Diana, de Jorge de Montemayor, estimuló la publicación de otras novelas pastoriles. En ellas, varios pastores, que se comportan y hablan como refinados cortesanos, cuenta sus penas amorosas en medio de una naturaleza idealizada.

  • El relato morisco: La Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa, anónima, cuenta una historia de amor en la que los musulmanes y cristianos se comportan unos con otros con extrema cortesía.

3.2. El Lazarillo de Tormes


Las primeras ediciones conocidas del Lazarillo son de 1554. Su éxito fue enorme, pero fue incluido en el Índice de los libros prohibidos.


En nombre de su autor aún permanece desconocido.


· A. Fuentes y originalidad del Lazarillo de Tormes


La novela está escrita en forma de carta larga redactada por Lázaro, basado también en las epístolas que abundaban en las novelas sentimentales. El Lazarillo está lleno de anécdotas populares de tradición oral.


La originalidad de Lazarillo consiste tanto en su Realismo como en elegir un antihéroe como protagonista.
Frente a los mundos fantásticos de la narrativa caballeresca y la bizantina, y el refinamiento de la pastoril y de la sentimental, el Lazarillo se lee como si fuera un autobiografía real de un personaje auténtico.


· B. Argumento y estructura


La novela está planteada como una epístola autobiográfica en la que el protagonista se defiende de ciertas acusaciones.


La estructura de la obra es lineal, pues se narra una sucesión de amos para los que trabaja el protagonista.

  • El ciego. Es brutal, astuto y avaricioso. Lázaro lo abandona, no sin antes vengarse de él.

  • El clérigo de Maqueda. Apenas da de comer a Lázaro.

  • El escudero. Obsesionado por la honra.

  • Los otros amos. El buldero, el maestro de pintar panderos, capellán y aguacil.

· C. Interpretaciones de la novela


Esta novela permite, al menos, tres lecturas distintas. En primer lugar, se puede considerar como una novela de aprendizaje, que narra la evolución del protagonista desde la infancia hasta la edad adulta.


En segundo lugar, es indudable que el Lazarillo contiene una fuerte crítica social e incluso política.


Por último, se trata de una novela que comparte la crítica de Erasmo al concepto de religión imperante, pues denuncia la mezquindad del clérigo de Maqueda, los engaños del buldero y la hipocresía del arcipreste de San Salvador. Esta ideología, que probablemente fue la causa de la condena de la obra, fue propia de muchos humanistas.


· D. Estilo del Lazarillo


El Lazarillo es un buen ejemplo de prosa renacentista, pues se ajusta al ideal de la naturalidad y la verosimilitud.