1. La Utopía Platónica: Estructura y Armonía Social
1.1. La Utopía Platónica
“Mi República existe solo en nuestra mente, puesto que no está en parte alguna de la Tierra, por lo menos como yo la imagino.
Una sociedad es buena y feliz cuando hay armonía entre las tres clases sociales, cuando cada una de ellas desarrolla su virtud característica y realiza su función específica: los gobernantes son sabios y mandan, los guardianes son valientes y defienden a la polis, y los productores son moderados y trabajan.
En efecto, la justicia en el Estado se realiza cuando cada uno de los grupos sociales desempeña la función que le corresponde (especialización funcional) y la lleva a cabo de modo adecuado, por poseer la virtud que le es propia: prudencia en el caso de los gobernantes, fortaleza o valor en los guardianes y moderación o templanza por parte de los productores.
| Clases Sociales | Alma y Virtud | Función |
|---|---|---|
| Gobernantes | Alma: racional Virtud: La sabiduría | Gobernar conforme a las Ideas |
| Guardianes | Alma: irascible Virtud: fortaleza | Defender al Estado contra los enemigos |
| Productores | Alma: apetitiva Virtud: moderación | Producir |
Los guardianes, cuya misión es mantener la seguridad de la ciudad, y los gobernantes, cuya misión es dirigir la actividad social, serán elegidos según sus méritos (meritocracia). Solo a estos se les permite la propiedad privada y la familia estable.
La solución es clara, dice Platón: tanto los guardianes como los gobernantes no podrán tener ni propiedad privada ni familia; serán alimentados y cuidados con arreglo a su rango por la sociedad; tendrán relaciones sexuales, pero momentáneas.
2. Armonía y Disarmonía Social: El Conflicto de Intereses
2.1. Armonía y Disarmonía Social
Por esta razón, en toda sociedad coexistirán indisociablemente la armonía (originada por la cooperación) y la disarmonía (producida por la rivalidad).
En efecto, por una parte, el ser humano es esencialmente sociable: necesita y desea la compañía y el reconocimiento de otros; pero, por otra, vive en el temor de ser engullido por esa sociedad y, por tanto, surge la necesidad de individualizarse y destacarse como ser independiente, único y autónomo.
2.2. El Antagonismo entre Estados y la Paz Perpetua
Pero una vez establecida la sociedad, los antagonismos entre los individuos se trasladan a los Estados y surge la guerra, “el mayor obstáculo de la moral”.
La guerra, el rearme incesante, las necesidades que tiene que padecer cada Estado incluso en época de paz, son fruto del natural antagonismo entre los Estados, por eso se precisa escapar del estado libre sin ley y entrar en una unión de naciones.
Por eso, un Estado de perfecta racionalidad y moralidad solo es posible dentro del marco de una paz perpetua en la que se contemplen el rechazo de cualquier tratado de paz que se haya firmado con alguna reserva secreta (porque ello puede desencadenar futuras guerras), la desaparición completa de los ejércitos permanentes, la no intromisión de ningún Estado en la constitución y gobierno de los otros Estados, etc.
De este modo, se anticipaba en más de un siglo a la creación de la Sociedad de Naciones.
3. Fases de la Socialización según Émile Durkheim
Émile Durkheim señaló que la socialización comprende dos fases fundamentales:
Una primera fase llamada propiamente socialización, en la cual el individuo adquiere los conocimientos, valores, modelos, símbolos, es decir, “las maneras de obrar, pensar o sentir” propias de los grupos y de la sociedad en la que se integra. Sin embargo, es más intenso en la etapa de la infancia y de la juventud. También puede apreciarse cuando somos adultos, al cambiar de grupo o sociedad de forma drástica, por ejemplo, en el caso de la emigración.
La segunda fase suele denominarse internalización. Lo aprendido en la fase anterior pasa a ser parte integrante de la estructura de la personalidad hasta el punto de convertirse en parte suya. “Internalizar” significa hacer nuestros ciertos elementos: por tanto, implica una cierta originalidad, creación y aportación propia: no se trata de una mera repetición.
4. La Utopía Platónica (Repetición del Tema 1)
4.1. La Utopía Platónica
“Mi República existe solo en nuestra mente, puesto que no está en parte alguna de la Tierra, por lo menos como yo la imagino.
Una sociedad es buena y feliz cuando hay armonía entre las tres clases sociales, cuando cada una de ellas desarrolla su virtud característica y realiza su función específica: los gobernantes son sabios y mandan, los guardianes son valientes y defienden a la polis, y los productores son moderados y trabajan.
En efecto, la justicia en el Estado se realiza cuando cada uno de los grupos sociales desempeña la función que le corresponde (especialización funcional) y la lleva a cabo de modo adecuado, por poseer la virtud que le es propia: prudencia en el caso de los gobernantes, fortaleza o valor en los guardianes y moderación o templanza por parte de los productores.
| Clases Sociales | Alma y Virtud | Función |
|---|---|---|
| Gobernantes | Alma: racional Virtud: La sabiduría | Gobernar conforme a las Ideas |
| Guardianes | Alma: irascible Virtud: fortaleza | Defender al Estado contra los enemigos |
| Productores | Alma: apetitiva Virtud: moderación | Producir |
Los guardianes, cuya misión es mantener la seguridad de la ciudad, y los gobernantes, cuya misión es dirigir la actividad social, serán elegidos según sus méritos (meritocracia).
Solo a estos se les permite la propiedad privada y la familia estable.
La solución es clara, dice Platón: tanto los guardianes como los gobernantes no podrán tener ni propiedad privada ni familia; serán alimentados y cuidados con arreglo a su rango por la sociedad; tendrán relaciones sexuales, pero momentáneas.
5. Los Falansterios de Charles Fourier (Socialismo Utópico)
Charles Fourier, más que ningún otro socialista utópico, trató de resolver todos los problemas de la sociedad mediante la construcción de un elaborado sistema de organización social, en el que toda persona, actividad o cosa ocupaba por anticipado un lugar bien determinado.
Las comunidades teorizadas por Fourier se llamaban falansterios y lo fundamental de ellos es que cada individuo trabajaría de acuerdo con sus aficiones y gustos.
Para resolverlo planteó la construcción de una rígida comunidad liberadora: el falansterio. El falansterio era la unidad social mínima, reunía a unas 1000 personas, disponía de tierras para la agricultura y para diversas actividades económicas, para viviendas y para una gran casa común. Todo estaba pensado para una vida cómoda y con el mayor placer. Las personas trabajarían en función de su capacidad y recibirían en función de sus necesidades: una persona joven trabajaría más que una persona anciana y esta recibiría más porque tiene mayor número de necesidades.
El fracaso de estos falansterios, más allá de sus dificultades intrínsecas, se debió a su rápido crecimiento, que atrajo en poco tiempo a un montón de personas poco preparadas y menos comprometidas.
6. Las Antiutopías o Utopías Negativas
Las antiutopías o utopías negativas describen, en forma de novela, las consecuencias nefastas que produciría la aplicación de algunos de los presupuestos del pensamiento utópico.
6.1. Aldous Huxley
Una de las antiutopías más conocidas de Huxley es Un mundo feliz, escrita en 1932. Hablamos de un mundo inhumano por falta de libertad.
6.2. George Orwell
- Su obra Rebelión en la granja, es concebida como una despiadada sátira del estalinismo. El carácter abierto y universal de su mensaje hacen de este libro un extraordinario examen de la corrupción que engendra el poder, una furibunda diatriba contra el totalitarismo de cualquier especie y un lúcido examen de la manipulación que sufre la verdad histórica en los momentos de transformación política.
- En su obra 1984, escrita en 1949, predice un trágico futuro si no ponemos límites a la aplicación de los progresos tecnológicos a las relaciones humanas, porque el Estado puede utilizarlos para controlar y dominar a los seres humanos. En esta sociedad ficticia aparece un nuevo tipo de desigualdad: la de las jerarquías y grados del partido político dominante.
6.3. William Golding
Su obra El señor de las moscas presenta a una treintena de muchachos que, a causa de un accidente aéreo del que son los únicos supervivientes, se ven forzados a organizar su existencia en una pequeña isla desierta sin la ayuda de los adultos.
6.4. Ray Bradbury
En su obra Fahrenheit 451 ofrece la historia de un sombrío y horroroso futuro. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza.
Conclusión sobre las Antiutopías
Las antiutopías mantienen la doble función del pensamiento utópico: denunciar una situación existente y orientar la acción social. Pero no proponen una situación futura deseable, sino que describen la situación indeseable a la que podemos llegar si no actuamos.
7. La Teoría de la Virtud Aristotélica
La felicidad es el bien al que aspira la vida humana y un bien natural. Sin embargo, no es un efecto del azar, sino que se obtiene por la práctica de la virtud y mediante un largo aprendizaje.
7.1. Clasificación de las Virtudes
Las virtudes intelectuales o dianoéticas. El arte y la prudencia. La prudencia es la virtud fundamental de la ética y la política aristotélica, y la que relaciona las virtudes dianoéticas con las éticas.
Las virtudes éticas o del carácter. Término medio (“in medio virtus”). El término medio puede entenderse de dos maneras:
- En relación con la cosa, punto equidistante entre dos extremos, es decir, la media aritmética.
- En relación con el sujeto de la acción (justo medio o mesotes), como punto de equilibrio entre el exceso y el defecto en todas las acciones. Este no es el mismo para todos, sino que varía con cada individuo y depende de las condiciones y capacidades de cada uno.
7.2. Ejemplos de Virtudes Éticas
- La templanza.
- La fortaleza.
- La generosidad.
- La justicia.
La justicia se divide en:
- La justicia conmutativa: justicia de lo igual por lo igual.
- La justicia distributiva: reparto de bienes, derechos y obligaciones entre los ciudadanos.
8. El Utilitarismo: La Felicidad para el Mayor Número
(Jeremy Bentham, 1748-1832, y John Stuart Mill, 1806-1873)
El hedonismo epicúreo es individualista, ya que se trata de lograr el mayor placer individual. En la Modernidad, el hedonismo se convertirá en social y recibirá el nombre de utilitarismo.
Concibe la felicidad como “bienestar” o satisfacción de necesidades: es la aplicación del espíritu liberal que anima la Primera Revolución Industrial, basado en el convencimiento burgués de que la producción de bienes útiles, al mismo tiempo que mejora sus ganancias y logra su prosperidad, proporciona bienes a los demás (“mejora su nivel de vida”, diríamos hoy).
En ética, se denomina utilitarismo a aquel sistema que pone la regla y el fundamento de la moral en la utilidad, entendida como interés mayoritario. Es decir, lo que es útil para el mayor número de individuos es el bien al que deben tender nuestras acciones para ser moralmente buenas.
Los grandes teóricos del utilitarismo fueron Bentham y Stuart Mill.
8.1. Jeremy Bentham: El Principio de Interés y la Aritmética de los Placeres
Jeremy Bentham formula como primera ley de la ética el llamado principio de interés, según el cual el hombre actúa siempre movido por sus propios intereses, que se manifiestan en la búsqueda del placer y en la huida del dolor, “los dos maestros soberanos que la naturaleza ha impuesto al hombre”.
Por esta razón y para evitarlo, considera necesario que esa norma se rija en toda la sociedad: el principio de felicidad, equivalente al principio del interés, debe asegurar la mayor cantidad posible de felicidad para el mayor número posible de individuos.
Para actuar moralmente es necesario establecer una aritmética de los placeres:
Todos los placeres son iguales en cualidad, pero la cantidad es susceptible de medida, pues teniendo en cuenta criterios de intensidad, duración, proximidad y seguridad, se podrá calcular la mayor cantidad de placer. Es decir, es necesario hacer un cálculo entre placeres y dolores de tal manera que el balance resulte siempre positivo.
8.2. John Stuart Mill: Cualidad de los Placeres y Altruismo
Mill rechaza este supuesto y afirma que los placeres no se diferencian por la cantidad, sino por la cualidad, de suerte que hay placeres superiores o intelectuales e inferiores o sensoriales. Por eso puede decir Mill que es mejor ser “Sócrates insatisfecho que loco satisfecho”: los seres humanos necesitan más para ser felices; es decir, los seres humanos, cuanto más conscientes y cultos somos, necesitamos más para ser felices; cuanto más inconscientes y menos cultivados, más fácil es contentarnos con placeres sensoriales como la comida o bebida. Sin embargo, más vale no estar plenamente satisfecho que contentarse con los placeres que nos asemejan a los animales.
Se distancia también de Bentham al afirmar que el interés general se ha de buscar por sí mismo y no por las ventajas que trae al interés particular. No se trata, como quería Bentham, de que hay que buscar el interés de los más posibles porque eso asegura el mío (egoísmo), sino que es la sociedad la que tiene la prioridad y la que es destinataria de la felicidad (altruismo). En definitiva y en último término, es la felicidad de la humanidad lo que se persigue; en este sentido, afirma la superioridad moral del altruismo como impulsor de las acciones humanas.
Según Mill, las grandes calamidades que acechan a la humanidad son fundamentalmente tres: la ignorancia, la enfermedad y la pobreza extrema. La enfermedad se combate con el desarrollo de la medicina y las ciencias, y la pobreza con la justicia social.
9. Consecuencias de la Autonomía Moral (Ética Kantiana)
9.1. La Dignidad Humana
La idea de dignidad humana es fundamento de los derechos humanos.
9.2. La Buena Voluntad
Lo moralmente bueno es tener buena voluntad.
- Un buen médico puede ser útil, pero ser una mala persona; un compañero puede ser muy educado, pero ser una mala persona; y alguien puede ser una buena persona, pero incompetente o poco educado: la bondad moral no radica en características útiles, sino en tener buena voluntad.
- Tiene buena voluntad el que obra por “mor” del deber, es decir, por el respeto que le merecen las leyes específicamente humanas: el móvil de la conducta no es el interés, sino el respeto.
9.3. El Bien Supremo
La buena voluntad es, pues, el bien moral, pero la unión de bondad moral y felicidad constituyen el bien supremo que es posible por la acción de Dios. Por eso la ética de Kant tiene una profunda y rigurosa proyección política.
10. La Subordinación de la Ética a la Política: Platón y Aristóteles
10.1. Platón
Platón defiende una unidad que tiene un mismo fundamento: el ser humano es un ser social por naturaleza y su vida no se puede entender fuera de la “polis” o Ciudad-Estado. En La República se plantea cuál es la virtud del Estado: actuar conforme a la ley natural (physis), a la ley convencional (nomos).
10.2. Aristóteles
Para Aristóteles, ética y política son aspectos inseparables de una misma realidad porque la virtud y la felicidad de los individuos solo son posibles dentro de la “polis”, de la que el hombre forma parte: “El hombre es un ser social por naturaleza” (“zoon politikon”).
Ambas son dos ciencias prácticas que se ocupan de las acciones humanas. La diferencia: la ética parte de la naturaleza humana (íntimo y personal), y la política, del análisis de los regímenes políticos concretos (voluntad de los demás).
Son un hecho que no hay que demostrar: todos los días tomamos opciones éticas o políticas porque vivimos en sociedad. Aristóteles, siendo un meteco (extranjero) en Atenas, demostró un gran interés por el ámbito de la praxis humana (ética y política).
11. Legalidad y Legitimidad: El Iusnaturalismo
11.1. Legalidad y Legitimidad
Uno de los rasgos que caracteriza el Estado de derecho es el respeto al principio de legalidad.
- Legalidad se refiere al ámbito jurídico. Que algo es legal significa que se ha hecho de acuerdo con las leyes vigentes en un país.
- Legitimidad se relaciona con la ética, en cuanto que examina no solo la legalidad de una norma, sino además, si esta está de acuerdo con los valores y principios morales de la justicia.
¿Cuáles son las relaciones entre el derecho y la ética entendida como justicia? Hay tres respuestas posibles:
11.2. El Iusnaturalismo y sus Vertientes
Esta integrado por un conjunto de teorías que reciben el nombre genérico de “teorías de la justicia”. Las doctrinas que afirman el origen natural del poder político se remontan a la filosofía griega clásica, dominando el panorama del pensamiento medieval cristiano hasta los albores de la modernidad.
Iusnaturalismo Cosmológico
Para los griegos, los conceptos de justicia y de derecho tenían una interpretación naturalista, es decir, existe un orden natural universal al que se someten todas las cosas y también la conducta humana.
Iusnaturalismo Teológico
Se desarrolla en el pensamiento medieval y su máximo representante es Tomás de Aquino. De suyo, todo el derecho positivo es una prolongación del derecho natural; en el caso de que una ley, como por ejemplo el aborto, vaya contra el derecho natural cuyo origen es divino, esa ley sería injusta.
El contenido de la ley natural se deduce, por tanto, del repertorio de las tendencias naturales del ser humano, que Aquino clasifica en tres órdenes:
- En tanto que sustancia: el ser humano tiende a conservar su propia existencia. El cumplimiento de esta tendencia impone el deber moral de procurar la conservación de la existencia, y prohíbe el suicidio, la eutanasia…
- En el nivel en el que el hombre es animal: está la tendencia natural a la procreación. De esta tendencia cabe deducir ciertas normas de conducta respecto a la sexualidad, el cuidado y educación de los hijos.
- Y por último, en tanto que ser racional: el hombre tiende a conocer la verdad tanto en el ámbito de la moral como en todos los demás campos de la realidad; así como la tendencia a vivir en sociedad.
Iusnaturalismo Racionalista
Ubicado dentro de la escuela moderna de derecho natural, en la que destacamos: en el siglo XVII, a Hugo Grocio y Baruch Spinoza que insistieron en el concepto de naturaleza humana como fuente de todo Derecho, la cual deriva, sin más, de la razón humana. Rousseau y Kant renovaron el iusnaturalismo hablando de una naturaleza humana igual en todos los hombres, por su racionalidad, su libertad y su dignidad intrínseca, que era la base de todo derecho y de toda formulación jurídica de los Estados.
12. Teorías Contemporáneas de la Justicia Social
12.1. La Justicia Aristocrática de Platón (Armonía Social)
Para Platón, según lo que expone en La República, una sociedad perfectamente justa sería aquella en la que cada cual realizase correctamente la función que le asignan los gobernantes, conforme a sus capacidades físicas y mentales.
Los mejor dotados en el saber y en fortaleza física deberían ser educados para la misión de guardianes de la sociedad, y entre ellos habría que seleccionar a los más sabios de todos, que serían los gobernantes. Los demás, el pueblo, deberían dedicarse a las actividades productivas: agricultura, construcción, etc.
Platón sugiere que los guardianes, entre los que hay varones y mujeres, tengan en común todos los bienes, mujeres e hijos formando una sola familia (comunismo); así carecerán de ambiciones personales y solo se ocuparán del bien colectivo.
En cambio, a los productores se les permitiría tener propiedad privada y familia propia, pero estarían obligados a proporcionar todos los bienes necesarios para mantener a los guardianes y para cubrir los objetivos civiles y militares de la sociedad.
En síntesis, Platón propone dar todo el poder político a los más sabios y a los guardianes, distribuir los bienes económicos de tal manera que tengan prioridad los fines sociales frente a los individuales. En cuanto a la manera de adjudicar las funciones, propone que se haga conforme al talento natural que muestren en los primeros años el niño o la niña, sin discriminación en razón de sexo. De este modo, «los mejores» (en griego, aristoi) llegarán a los puestos de mando, y se podrá alcanzar la armonía social, en que, según él, consiste la justicia.
12.2. El Liberalismo Solidarista: La Justicia como Imparcialidad de John Rawls
John Rawls (1921-2002), filósofo norteamericano, intentó establecer las bases para la convivencia social y política, continuando los objetivos de la filosofía kantiana.
La justicia como imparcialidad es una concepción política de la justicia diseñada para la estructura básica de la sociedad. Hay dos ideas fundamentales en la reformulación que hace Rawls de su teoría de la justicia como imparcialidad:
12.2.1. La Idea de la Posición Original o “Velo de la Ignorancia”
Rawls parte de la idea organizadora de la sociedad como un sistema justo de personas libres e iguales. Por otra parte, cada individuo tiene unos deseos y objetivos propios que quiere cumplir.
Ahora bien, como los recursos son escasos, es necesario buscar principios que favorezcan la colaboración y suavicen los posibles conflictos de intereses. Tendremos que poner restricciones a nuestro propio interés.
Mediante el experimento mental del “velo de la ignorancia” Rawls pretende responder a esta pregunta.
Imaginémonos que los individuos de una sociedad se reúnen en asamblea para decidir cuáles van a ser las normas e instituciones de esta sociedad. Estos individuos, además, no conocerán las características de esta sociedad, ni las posiciones sociales, ni la raza, ni el sexo, ni su situación económica, ni siquiera sabrán qué aptitudes naturales poseen (vigor o inteligencia); estarían detrás del “velo de la ignorancia”.
Las partes, dirá Rawls, “no saben cómo las diversas alternativas afectarán a sus propios casos particulares, viéndose así obligadas a evaluar los principios únicamente sobre la base de consideraciones generales”.
En estas circunstancias los miembros de una sociedad todavía no saben qué características naturales y sociales van a tener: están cubiertos por el “velo de la ignorancia”.
Por eso tratará de “maximizar los mínimos”: de proponer unos principios que beneficien al máximo al peor situado, a esto se le denomina “el principio del maximín”. De esta manera el “velo de ignorancia” nos obligaría a negociar bajo la perspectiva del universalismo moral, ya que en esta situación no sabríamos qué lugar nos tocaría ocupar en la sociedad.
12.2.2. Principios de Justicia y Diferencia
De la situación descrita anteriormente se extraen dos principios formales:
- Principio de justicia: los bienes primarios deben distribuirse tomando como referencia el interés de los más desfavorecidos.
- Principio de la diferencia: Las desigualdades económicas y sociales tienen que satisfacer dos condiciones:
- Tienen que darse en condiciones de igualdad equitativa de oportunidades.
- Las desigualdades deben redundar en beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad.
Aunque es difícil decidir qué bienes son primarios, Rawls consideró que son los bienes que se pueden suponer por todo ser humano racional, sea cual sea el plan de vida que escoja. Los bienes primarios son los medios para satisfacer las necesidades de los ciudadanos en cuanto ciudadanos.
Ejemplos de tales bienes son: libertad de pensamiento y libertad de conciencia; libertades políticas; las bases sociales del respeto a uno mismo; derechos y libertades determinados por la integridad física de la persona y los amparados por el imperio de la ley. Tal estrategia nos permite razonar conjuntamente.
Por lo tanto, un sistema político que acepte las libertades básicas, que favorezca la igualdad de oportunidades y facilite un mínimo vital para todos los sectores sociales, será aceptable.
12.3. El Liberalismo Propietarista de Robert Nozick
En su obra Anarquía, Estado y Utopía (1974), Robert Nozick parte de la idea de “derechos naturales” y reconoce entre ellos, al igual que John Locke, el derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad. Estos derechos no pueden vulnerarse bajo ninguna instancia, ni social ni política. En consecuencia, cualquier intento que pretenda redistribuir la riqueza o desajustar los desequilibrios sociales entre pobres y ricos, está menoscabando y transgrediendo las libertades básicas del rico en sus derechos a la libertad y a la propiedad. Este tipo de Estado propuesto por Nozick fomentaría la competencia (uno de los factores principales de crecimiento económico).
13. La Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH, 1948)
13.1. Contenido y Bloques de Derechos
La DUDH es un documento que se compone de una serie de consideraciones iniciales y de 30 artículos.
En los considerandos se hace alusión a las dolorosas experiencias de la Segunda Guerra Mundial, insistiendo, por un lado, en la dignidad, igualdad y las libertades personales y por otro en el progreso, las relaciones amistosas y la cooperación entre las naciones.
En los 30 artículos siguientes se enumeran los derechos de la humanidad. En ellos cabe distinguir los que se refieren a las personas individuales (las libertades clásicas) y aquellos otros que inciden en la justicia social (derechos reclamados por las corrientes socialistas, marxistas y anarquistas del siglo XIX).
En la DUDH tal como fue aprobada en 1948 se podían distinguir dos bloques de derechos:
- Los Derechos de la primera generación, que son derechos civiles y políticos que protegen fundamentalmente la libertad, propiedad, seguridad e igualdad.
- Los Derechos de la segunda generación, que son los derechos económicos, sociales y culturales, los cuales protegen la existencia de una cierta igualdad material que sea conforme con la dignidad de las personas.
Desde 1948 hasta ahora el mundo ha experimentado numerosos cambios positivos y negativos. Ante tal situación se han alzado numerosas voces reclamando una solución más justa y solidaria, e insistiendo en la necesidad de aplicar nuevos Derechos Humanos, pues bien, tales Derechos son conocidos como derechos de la tercera generación o derechos de la globalización que protegen el valor de la solidaridad humana.
13.2. Características y Vigencia de la DUDH
Características
Estos Derechos son:
- Universales porque son válidos para todas las personas, sin que exista ninguna diferencia por razón de sexo, raza, nacionalidad, religión, idioma…
- Inalienables porque no pueden ser cedidos a otra persona.
- Innegociables porque todos los derechos son importantes y no se pueden negociar.
Vigencia
- Ninguna persona puede ser privada de ellos.
- Han de servir como marco de referencia para organizar la vida social, económica, política y cultural.