Conceptos Fundamentales en Filosofía y Ética
Liberalismo: Propiedad, Seguridad y Libertad
El liberalismo político surgió como reacción al conservadurismo tradicional, con representantes destacados como John Locke y Montesquieu. Promovía la defensa de los derechos individuales por parte de un Estado que debe reconocerlos y garantizarlos. Estos derechos fundamentales incluyen:
- Derecho a la vida
- Derecho a la libertad
- Derecho a la seguridad
- Derecho a la propiedad
Además, el liberalismo político demandaba alguna forma de representación política de la ciudadanía en el Estado, la división de los poderes políticos (legislativo, judicial y ejecutivo) y la separación de la Iglesia y el Estado.
Es importante no confundirlo con el liberalismo económico, que exige que el Estado no intervenga en la esfera económica de la sociedad, postulando que el mercado se rige por la ley de la oferta y la demanda. Sus principales representantes son Adam Smith y Milton Friedman.
Socialdemocracia: Evolución y Bienestar Social
La socialdemocracia no aspira a un cambio violento del orden social, sino tan solo a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y a una evolución gradual del capitalismo hacia el socialismo. Sus propuestas clave incluyen:
- Servicios públicos universales para toda la población.
- Superar la diferencia económica entre las clases sociales.
- Limitar y controlar el mercado y la producción, subordinándolos a las necesidades sociales.
- Crear un sistema impositivo progresivo y de redistribución de la riqueza.
Entre sus representantes más influyentes se encuentran Ferdinand Lassalle y Eduard Bernstein.
Apolítica y Pospolítica: El Fin de las Ideologías
El concepto de apolítica, a menudo asociado al “fin de las ideologías”, significa el triunfo del sistema económico del capitalismo y la democracia liberal occidental. Esto provoca la sensación entre la ciudadanía de que la política ya no tiene sentido. La negación de la política debe entenderse como una forma de crítica hacia el sistema de partidos predominante en las democracias actuales.
Si la política se convierte en una rama de la economía y la gestión administrativa, y no hay diferencias sustanciales entre las corrientes de pensamiento político, prolifera la ideología tecnocrática. Según esta, deben gobernar los expertos en economía, derecho y administración. Esta situación es la que se denomina pospolítica: el gobierno después de la era de la política.
Teorías Estéticas: Objetivismo y Subjetivismo
Teoría Estética Objetivista
Cuando atribuimos la estética a una obra de arte, se la asignamos a la obra misma. Esta apreciación se basa en la propia naturaleza del objeto o de la obra y no en el hecho de que a la mayoría de los observadores les guste o les desagrade. Tal juicio se centraría solo en las propiedades o en las características de la obra. Esta teoría se adecuaría más a los criterios clásicos de belleza.
Teoría Estética Subjetivista
Afirma que la belleza y sus propiedades o criterios no se encuentran exclusivamente en los objetos, sino en las diversas reacciones (emoción, gusto) de quienes contemplan una obra de arte. La belleza es una característica “para mí” o “para ti”.
En conclusión, en el arte y en la belleza, no hay aspectos absolutos. La experiencia estética tiene un fuerte componente emocional, pero también existe un componente intelectual. Después de observar una obra de arte, decimos que hemos tenido una vivencia estética que nos produce emoción, pero además existen elementos intelectuales (criterios, argumentos o juicios) que nos permiten valorar y juzgar. Por lo tanto, la vivencia estética es subjetiva y objetiva a la vez.
Lo Bello y lo Sublime en Kant
El filósofo alemán Immanuel Kant sostiene que lo bello queda totalmente desprovisto del carácter objetivo de la tradición clásica. Esto supone una revolución: los seres humanos podemos decidir y opinar sobre los objetos estéticos o los acontecimientos bellos, como por ejemplo un cuadro o una puesta de sol. Kant trata de suministrarnos una crítica del gusto, es decir, la capacidad para emitir juicios estéticos.
Los artistas del Romanticismo hicieron suya la idea kantiana de lo bello y lo sublime. Kant niega la posibilidad de lograr una definición definitiva y concluyente de belleza. Cuando realizamos un juicio estético es porque nos agrada desinteresadamente: lo bello es un sentimiento.
La Buena Voluntad en la Ética Kantiana
Kant señala que lo único que realmente puede ser considerado bueno sin restricciones es la buena voluntad, la buena intención. Para saber si un acto es bueno, no hay que atender a sus consecuencias, sino a la intención que lo guía. Una acción puede haber sido muy beneficiosa, pero no podrá calificarse como buena si no ha existido una buena intención en el momento de ejecutarla. Kant elabora así una moral de intenciones y se desentiende de las consecuencias.
La Felicidad según Aristóteles
No existe acuerdo a la hora de definir lo que se entiende por felicidad. Algunos la identifican con el placer, otros con los honores, otros con la riqueza. Aristóteles piensa que así se reduce al hombre al nivel de la animalidad y que la riqueza y los honores no son fines en sí mismos, sino que son un medio para conseguir un fin. El hombre feliz es aquel cuyo bien supremo propio es vivir de acuerdo con la razón.
Para ser feliz, el hombre debe cumplir una serie de mínimos:
- Es preciso tener una vida realizada hasta su término.
- La felicidad no solo depende del hombre, sino también de las circunstancias.
- La virtud del hombre consiste en evitar tanto el exceso como el defecto, aspirando a un término medio.
- La prudencia es la virtud que nos ayuda a decidir sobre lo que nos conviene en el conjunto de nuestra vida.
El Desarrollo de la Conciencia Moral
El desarrollo de la conciencia se refiere al conocimiento moral. Algunos psicólogos contemporáneos han interpretado la conciencia moral como la capacidad de formular juicios sobre lo justo y lo injusto, y han estudiado los siguientes aspectos:
- En el terreno de lo moral, formulamos juicios; es un tipo de conocimiento sobre el que se puede argumentar (cognitivismo moral).
- Si bien es verdad que los contenidos de los juicios morales son diferentes en diversas culturas, la estructura del juicio moral es igual en todos los individuos (universalismo).
- Es posible educar la conciencia moral en las formas más justas de tomar decisiones, porque las cuestiones de justicia se pueden universalizar (formalismo).
- La estructura universal de los juicios morales se desarrolla a través de unas etapas: el nivel preconvencional, el nivel convencional y el nivel postconvencional.