Conflicto Español de 1936: Causas, Batallas y Régimen Franquista

El Estallido de la Guerra Civil Española (1936)

Desde principios de 1936, grupos de militares se habían reunido para planear un golpe de Estado. El general Mola asumiría el mando superior. Tras los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo, todo se aceleró. El levantamiento se inició el 17 de julio. Tenía que ser una operación rápida, pero al no triunfar, comenzó la Guerra Civil. El 18 de julio, el general Franco llegó desde Canarias a Marruecos y tomó el mando del Ejército de África, el más preparado de la República. El pronunciamiento triunfó en gran parte de España. A finales de julio, los sublevados ocupaban una porción significativa del territorio español, pero al no lograr el triunfo total, derivó en una Guerra Civil. El Gobierno de la República tardó en reaccionar al levantamiento. Quiroga dimitió y Azaña nombró a Giral presidente del Gobierno. Su primera medida fue la entrega de armas a sindicatos y partidos del Frente Popular. A finales de julio y principios de agosto, los golpistas consiguieron establecer un puente aéreo.

Los Bandos Enfrentados y el Contexto Internacional

Los Bandos Enfrentados

El Bando Sublevado (Nacional)

Los sublevados eran militares conservadores, monárquicos de derechas, grupos católicos y todos aquellos que se habían opuesto a las reformas de la República. Estaban apoyados por el fascismo y se definían a sí mismos como “nacionales” y católicos. Manifestaron que su intención era “restablecer el orden” mediante una dictadura militar. Pretendían imponer un régimen fascista, y los carlistas, en particular, esperaban la restauración de la monarquía carlista.

El Bando Republicano (Leal)

Los leales a la República estaban constituidos por las clases populares: obreros y empleados, pequeña burguesía y campesinado sin tierras. Eran comúnmente llamados los “rojos”. También contaban con el apoyo de intelectuales y artistas. Todos defendían la República, aunque con diferentes visiones: unos eran reformistas y otros, revolucionarios.

El Contexto Internacional y la No Intervención

La Guerra Civil tuvo una gran repercusión internacional. El conflicto fue visto como una confrontación entre las fuerzas democráticas y las fascistas. La opinión democrática mundial se posicionó a favor de la República. El Reino Unido defendía una política de apaciguamiento ante la Alemania nazi y comunicó a Francia que, si intervenía en España, no le ayudaría frente a la amenaza de Hitler. Francia impulsó la creación de un Comité de No Intervención, al que se unieron 27 países. Esta política supuso una injusticia para la República, que se vio privada de ayuda oficial. Finalmente, la URSS envió material militar y combustible a cambio de las reservas de oro de España. También organizó las Brigadas Internacionales, en las que 60.000 voluntarios de todo el mundo acudieron a España con el fin de defender los ideales democráticos y enfrentarse al avance del fascismo en Europa. Por su parte, Alemania envió soldados, aviación (Legión Cóndor), material militar y materias primas. Italia aportó militares (Corpo Truppe Volontarie), armas y materias primas.

Fases Militares Clave de la Guerra Civil

La Batalla por Madrid (1936-1937)

El objetivo principal de los sublevados era tomar Madrid. Después de cruzar el Estrecho de Gibraltar, las tropas de África lograron enlazar con la zona sublevada del norte. Franco, nombrado jefe del Ejército del Sur, ocupó Toledo y puso fin al cerco del Alcázar, donde resistían militares con sus familias. A finales de octubre, se hallaba a las puertas de Madrid. Miles de hombres, incluyendo las Brigadas Internacionales, fortificaron los accesos a la ciudad. El 6 de noviembre, el Gobierno republicano se trasladó a Valencia, dejando la capital en manos de una Junta de Defensa presidida por el general Miaja. A pesar de los intensos ataques aéreos, Madrid resistió. Fracasado el intento de entrada directa en la capital, los sublevados emprendieron dos maniobras envolventes para aislar Madrid y cortar sus comunicaciones con Valencia. Una de ellas fue la Batalla del Jarama, en la que los sublevados cruzaron el río, pero fueron detenidos por los republicanos. La otra fue la Batalla de Guadalajara, donde las tropas italianas sufrieron una gran derrota a manos del Ejército Popular de la República.

La Campaña del Norte (1937)

Ante el nuevo fracaso en la toma de Madrid, Franco decidió cambiar de estrategia, abandonando el ataque directo a la capital y trasladando la lucha al norte, a la franja cantábrica. Los frentes de combate se fueron trasladando de este a oeste. En abril se produjo el primer ataque aéreo masivo del mundo contra población civil, en la ciudad de Guernica, por orden de Franco, provocando numerosas muertes. La República, para aliviar la presión en el norte, desencadenó ofensivas en Brunete (cerca de Madrid) y Belchite (junto a Zaragoza), pero estas no pudieron evitar que los sublevados tomaran toda la franja norte.

La Ofensiva Republicana y la Batalla del Ebro (1937-1938)

En diciembre de 1937, los republicanos, dirigidos por Vicente Rojo (el estratega de la defensa de Madrid), intentaron dar un giro a la guerra a su favor. El nuevo Ejército Republicano inició varias ofensivas, siendo la más exitosa la Batalla de Teruel, donde los republicanos lograron tomar la ciudad. En respuesta, el ejército de Franco desencadenó la Campaña de Aragón, cuyo momento culminante fue la Batalla del Ebro. Este fue uno de los mayores episodios militares de la guerra. Comenzó con un ataque republicano, pero Franco envió refuerzos, incluyendo aviación italiana y alemana, logrando detener la ofensiva. Posteriormente, contraatacó, forzando al Ejército Republicano a replegarse a la otra orilla del río, mientras el ejército de Franco avanzaba hasta la desembocadura. El territorio republicano quedó así dividido en dos zonas, y por tanto, muy debilitado.

El Fin de la Guerra y la Caída de la República (1939)

Franco decidió entonces atacar Cataluña. Al caer Gerona, muchos republicanos huyeron a Francia. A la República no le quedaba más que la zona centro, desde Madrid hasta Valencia. A finales de febrero, Francia y el Reino Unido reconocieron el gobierno de Franco, y Azaña presentó su dimisión en París como presidente de la República. En marzo, se produjo una sublevación en Madrid en contra del Gobierno republicano (el golpe de Casado) que supuso su caída definitiva. El 28 de marzo, las tropas de Franco entraron en Madrid sin resistencia. En días posteriores, se ocupó la zona mediterránea. El 1 de abril de 1939, Franco firmó en Burgos el último parte de guerra, poniendo fin al conflicto.

La Zona Republicana: Transformaciones y Desafíos

Revolución y Desorden Inicial (1936)

En la zona republicana, el ejército tradicional fue disuelto y se crearon batallones de voluntarios. En el verano de 1936, el poder del Estado fue sustituido por un conjunto de consejos, comités y juntas populares. También se produjo la colectivización de la propiedad privada. Paralelamente, se desató un movimiento de saqueo e incendio de iglesias, así como el asesinato de religiosos.

El Gobierno de Largo Caballero y los Hechos de Mayo (1936-1937)

En septiembre de 1936, se creó un Gobierno de concentración dirigido por Largo Caballero. Su etapa de gobierno supuso la creación de una alianza antifascista y un intento de recomponer el poder del Estado. En mayo de 1937, se produjo un enfrentamiento abierto en Barcelona (los conocidos como Hechos de Mayo). El Gobierno central tuvo que enviar fuerzas a Barcelona para controlar el orden público. El saldo fue de 200 muertos, la derrota de los anarquistas y una fuerte crisis en el Gobierno.

El Gobierno de Juan Negrín y la Política de Resistencia (1937-1939)

Los Hechos de Mayo restaron fuerza a los anarquistas y fortalecieron a los comunistas. Largo Caballero dimitió y se creó un nuevo Gobierno dirigido por el socialista Juan Negrín. El Gobierno de Negrín permaneció en el poder hasta el fin de la guerra y propuso una política de resistencia a ultranza. Su célebre programa, los “Trece Puntos de Negrín”, pedía la permanencia de la República, pero Franco solo aceptaría una “rendición sin condiciones”. A partir de marzo de 1938, en el territorio republicano escaseaban los alimentos y productos básicos. Negrín insistía en la necesidad de resistir con la esperanza de que, si comenzaba la Segunda Guerra Mundial, se aliviaría la presión de las tropas italianas y alemanas en la península.

La Zona Nacional: La Construcción del Nuevo Estado

Consolidación del Poder y Creación del Régimen Franquista (1936-1939)

En la zona nacional, se impuso un orden férreo mantenido por la disciplina militar y la proclamación del estado de guerra. La muerte accidental en Lisboa del general Sanjurjo en julio de 1936, y el hecho de que la insurrección no triunfara y diera origen a una guerra, plantearon el problema del liderazgo en el bando nacional. En julio se creó la Junta de Defensa Nacional, integrada por militares como Mola, Franco, Queipo de Llano, entre otros, y dirigida por Cabanellas. Su misión era gobernar el territorio ocupado, y sus primeras medidas fueron prohibir la actividad de los partidos políticos y suspender la Constitución. Franco consiguió que Hitler y Mussolini lo reconocieran como único interlocutor válido para negociar su apoyo. Los militares lo eligieron Jefe del Alzamiento, y en octubre fue nombrado Jefe del Gobierno del Estado y Generalísimo de los Ejércitos españoles. Su sede se trasladó a Salamanca. Los sublevados habían prohibido todos los partidos y sindicatos del Frente Popular. En 1937, Franco promulgó el Decreto de Unificación, por el que se creaba un partido único: Falange Española Tradicionalista y de las JONS, unificando a falangistas y carlistas. Franco se convirtió en el Jefe Nacional de este partido único, concentrando aún más poder. El uniforme del partido combinaría la camisa azul de Falange y la boina roja de los carlistas, y el saludo fascista con el brazo en alto se adoptó como oficial. Se abolió toda la legislación republicana, se suprimieron las libertades religiosa, política y sindical, y se impuso la censura en prensa y medios de comunicación. Se suprimieron los Estatutos de Autonomía y se restableció la pena de muerte. En marzo de 1938, se creó el Fuero del Trabajo, un sindicato vertical controlado por el Estado que agrupaba a empresarios y trabajadores y prohibía huelgas y manifestaciones. El nuevo Estado derogó las leyes de matrimonio civil y divorcio, y estableció el culto religioso obligatorio en la enseñanza. Se había formado un Estado Totalitario.

Las Consecuencias Devastadoras de la Guerra Civil

La guerra dejó un legado de devastación: muertos, heridos, mutilados, desaparecidos… Miles de personas perdieron la vida en el frente, así como civiles a causa de los bombardeos, las penurias y la represión. Muchos decidieron cruzar la frontera hacia Francia, y otros huyeron en barcos a África y otros destinos. La guerra arruinó al país: las infraestructuras, viviendas, fábricas y campos quedaron destrozados, paralizando la actividad económica. Destruyó la convivencia y el frágil sistema democrático de la Segunda República, que fue sustituido por 40 años de dictadura militar de inspiración fascista.