La Filosofía de Nietzsche: Crítica y Vitalismo
La filosofía de Nietzsche fue una de las mayores críticas a la cultura y el pensamiento occidental. A través del método genealógico y su vitalismo, propuso una concepción de la vida como fuerza irracional y cruel, que debe aceptarse sin someterla a discursos filosóficos, científicos o religiosos que pretendan controlarla. Para él, tales intentos eran síntomas de debilidad.
Lo Apolíneo y lo Dionisíaco
En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche analizó la complementariedad entre lo apolíneo (orden, razón, armonía) y lo dionisíaco (exceso, instinto, embriaguez), esenciales para una vida plena. Sin embargo, criticó a Sócrates y Eurípides por imponer la razón sobre el instinto, iniciando la decadencia de Grecia y de Occidente.
La Crítica al “Mundo Verdadero”
Nietzsche denunció la invención filosófica de un “mundo verdadero” opuesto al mundo aparente en el que vivimos. Desde Platón hasta Hegel, esta dualidad fundamentó la metafísica occidental. En El crepúsculo de los ídolos, analiza su evolución en cinco etapas:
- Platonismo: Afirma la existencia de un mundo sobrenatural accesible solo a sabios y virtuosos.
- Cristianismo: Conserva esta dualidad, pero convierte el mundo sobrenatural en una promesa futura.
- Modernidad: Declara el mundo sobrenatural como incognoscible, pero aún lo usa como consuelo moral. Nietzsche critica a Kant por postular a Dios como necesidad ética.
- Positivismo: Rechaza el mundo sobrenatural como irrelevante.
- Incipit Zarathustra: Con la muerte de Dios, desaparece la idea de un mundo trascendente y comienza la creación de nuevos valores.
Filosofía en el Siglo XX: Analítica y Continental
Filosofía Analítica y el Giro Lingüístico
La Filosofía analítica se desarrolló en el mundo anglosajón, fundamentalmente en las universidades de Oxford y Cambridge, operando lo que Richard Rorty denominó el giro lingüístico de la filosofía.
Desde la Antigüedad el estudio del lenguaje ha estado presente en la filosofía. Sin embargo, en el siglo XX aparece vinculado a una perspectiva completamente novedosa que afirmaba que el análisis del lenguaje permite resolver los problemas propios de la filosofía.
Enfoques Clave en la Filosofía Analítica
Para abordar los errores del lenguaje natural, el atomismo lógico propuso traducirlo a un lenguaje formal perfecto, como hicieron Frege y Russell. La teoría figurativa del lenguaje, desarrollada por el primer Wittgenstein y el Círculo de Viena (con Carnap), sostuvo que el lenguaje representa la realidad. Finalmente, la pragmática, iniciada por el segundo Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas, Austin y Grice, defendió que los problemas filosóficos se resuelven atendiendo al uso cotidiano del lenguaje.
La Filosofía analítica se desarrolló de forma independiente y contrapuesta a la “filosofía continental”, propia del continente europeo: fenomenología, hermenéutica, y existencialismo, que procedemos a explicar.
Filosofía Continental: Existencialismo
El Existencialismo irrumpe a principios del siglo XX y pone en el centro de la reflexión la vida y la existencia del ser humano individual, singular y concreto que las guerras habían destruido y las filosofías tradicionales, como el idealismo, el positivismo o el racionalismo, habían olvidado al dar prioridad a un mundo de esencias, objetivo, universal y necesario.
Vamos a destacar el pensamiento de dos de sus máximos representantes: Martin Heidegger y Jean-Paul Sartre.
Martin Heidegger
Heidegger, en Ser y tiempo, plantea la pregunta por el ser y sostiene que es en el ser humano (*Dasein*) donde este se desvela. Por eso, la filosofía debe convertirse en una analítica existencial. Describe varias características del *Dasein*: ser-en-el-mundo, tratar con los entes (estar-a-la-mano), vivir como posibilidad (poder-ser), convivir con otros (ser-con), ser consciente de la muerte (ser-para-la-muerte) y estar marcado por la temporalidad.
Jean-Paul Sartre
Sartre retoma estas ideas y afirma que en el ser humano la existencia precede a la esencia: no nacemos con una naturaleza dada, sino que la construimos con nuestras decisiones. Como no hay un Dios que nos defina, somos absolutamente libres y responsables. Esa libertad, aunque inevitable, también implica carga y responsabilidad: “el hombre está condenado a ser libre”. Así, al actuar, no solo nos definimos a nosotros mismos, sino también el mundo y el tipo de humanidad que queremos construir.
La Genealogía de la Moral de Nietzsche
Moral de Señores vs. Moral de Esclavos
En La genealogía de la moral, Nietzsche analiza el origen de los valores. En la antigüedad, “bueno” significaba nobleza y poder, pero con la llegada de la casta sacerdotal, los valores se invirtieron. Así surgió la moral de los esclavos, basada en la negación de sí mismo y el resentimiento, promoviendo valores como la humildad y el sacrificio para controlar a los fuertes.
En contraste, la moral de los señores se basa en la afirmación de la vida, la independencia y la creatividad. No necesita un Dios ni una moral universal, pues es espontánea, proactiva y fuerte. Los nobles crean sus propios valores sin depender de la negación del otro.
La Muerte de Dios y el Nihilismo
La frase “Dios ha muerto” simboliza la desaparición del fundamento de la moral y la verdad absolutas. Este vacío conduce al nihilismo, que puede ser negativo (desesperanza) o positivo (posibilidad de crear nuevos valores y afirmar la vida).