Cuadro comparativo entre la unificación de Alemania e Italia

4. Las revoluciones liberales (1820, 1830 y 1848)

El termino liberalismo sirve para identificar un conjunto de ideas que nacen de los

pensadores de la Ilustración y que son la base de los sistemas políticos creados por las

revoluciones burguesas del Siglo XIX. Su principal referente es la Declaración de los

Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Sus grandes principios son:

– Constitución

– Separación de poderes

– Soberanía de la nacíón representada por un Parlamento.

– Sociedad formada por individuos iguales ante la ley y con libertad individual.

El liberalismo liquidaba la sociedad tradicional y por ello tendrá un carácter

revolucionario en el Siglo XIX. Fue considerado subversivo por los monarcas de la

restauración. A medida que se impone en sucesivas oleadas revolucionarias, el temor

a las demandas sociales de los sectores populares moderará los planteamientos de

muchos liberales, especialmente, en el sufragio (se oponen al sufragio universal para

evitar el voto de los sectores populares).

Las revoluciones de 1820.

Tienen lugar en la Europa mediterránea. En España se inicia el Trienio Liberal

cuando el Coronel Riego obliga al Rey Fernando VII a jurar la Constitución de 1812.

También se produce el acceso de los liberales al poder en Portugal, Nápoles, el

Piamonte (norte de Italia) y Grecia (se independiza del Imperio Turco como

monarquía constitucional). En el caso de España e Italia fracasan por la intervención

de los ejércitos de la Santa Alianza (Los cien mil hijos de San Luis en España). Una

consecuencia de las revoluciones en España y Portugal serán las independencias de

los países de América Latina.

Las revoluciones de 1830.

En Francia se derroca a los Borbones y se instaura una monarquía constitucional con

Luis Felipe de Orleans. Se trata del triunfo de un liberalismo moderado a través de un

pacto entre la gran burguésía y la aristocracia (esta última renuncia a sus privilegios a

cambio de mantener su poder económico). La pequeña burguésía y las clases

populares quedan marginadas por el sufragio censitario y de la prohibición del

asociacionismo obrero.

Bélgica se independiza de Holanda como monarquía constitucional. Los reyes de

Francia y Bélgica reciben sus coronas de manos de sus parlamentos (no por derecho

divino).

Las revoluciones de 1848

Las de 1848 culminan el fin de la Restauración e incorporan como banderas la

democracia (sufragio universal frente al censitario) y las reivindicaciones sociales.

El desarrollo de la Revolución Industrial dará lugar a un deterioro de las condiciones

de vida de los obreros y comienza su organización para mejorar sus condiciones.

Autores socialistas como Marx y Engels darán apoyo intelectual a estas demandas

obreras con la publicación en 1848 del “Manifiesto Comunista”.

– Francia:

En Febrero de 1848, tras la prohibición de una manifestación republicana, una

revolución popular provoca la abdicación de Luis Felipe de Orleans. Se forma un

gobierno provisional con republicanos y socialistas que proclama la República, el

sufragio universal masculino, la abolición de la esclavitud en las colonias. El

socialista Blanc puso en marcha la jornada de 10 horas y los Talleres Nacionales para

parados.

Tras unas elecciones con sufragio universal los republicanos moderados se hacen con

el poder y dan marcha atrás a la legislación obrera del gobierno provisional. Este

hecho dará lugar en Junio a una revolución obrera que será reprimida con más de 1500

fusilados. Esta revolución marcó el enfrentamiento entre burguésía y proletariado por

sus intereses contrapuestos en el marco de la revolución industrial.

En 1849, respaldado por la burguésía y los defensores del orden social, el sobrino de

Napoleón, Luis Napoleón Bonaparte (Napoleón III) se convierte en el presidente de la

República francesa. Napoleón III gobernará de forma autoritaria y ocasionalmente

recurrirá a plebiscitos populares. Pactará con la iglesia para contar con su apoyo y

pondrá en marcha campañas en el exterior (Indochina) para aumentar su popularidad.

– Italia: el papa es expulsado de los Estados Pontificios por Mazzini pero será

repuesto en su trono por Napoleón III. En el norte de Italia, la uníón de Lombardía y

Venecia con el reino del Piamonte fracasa por la intervención de Austria.

– También se producen movimientos nacionalistas dentro del Imperio Austriaco que

serán derrotados: checos, húngaros, croatas… Por ello, se llamó también “Primavera

de los pueblos” a las revoluciones del 48.

En la primera revolución francesa, a la dominación de los constitucionales sigue la

dominación de los girondinos (…). La revolución se mueve de este modo en un

sentido ascendente.

En la revolución del 48 es al revés. El partido proletario aparece como apéndice del

pequeño burgués democrático. Éste le traiciona y contribuye a su derrota (…). A su

vez, el partido democrático se apoya sobre los hombros del republicano burgués.

Apenas se consideran seguros, los republicanos burgueses se sacuden los molestos

camaradas y se apoyan a su vez sobre el partido del orden (…) éstos saltan sobre los

hombros del poder armado (…). La revolución se mueve en sentido descendente. El

período que tenemos ante nosotros abarca la mezcolanza más abigarrada de

clamorosas contradicciones (…).

Marx: El 18 de Brumario de Luis Bonaparte.

5. La construcción de los Estados Nacionales

La implantación del liberalismo estará unida a la creación de estados – nacíón. En

estos, el concepto liberal de ciudadanía encuentra acomodo en el marco de una

comunidad nacional. El pensamiento liberal definía a la nacíón como un conjunto de

ciudadanos ligados por una historia, una lengua, una cultura, religión, un marco

geográfico común… El nacionalismo será el sentimiento de pertenencia a esa

comunidad determinada.

La formación de los estados – nacíón se produce por varias vías:

– Implantación del liberalismo sobre viejos reinos: España, Francia…

– Procesos de unificación de territorios para formar un nuevo Estado – nacíón: Italia o

Alemania.

– Procesos de independencia: Bélgica, Grecia…

A) La unificación de Italia

El Congreso de Viena dejó a Italia dividida en 7 estados:

– En el norte industrializado está el Reino de Piamonte y el Reino Lombardo-

Véneto (dentro del Imperio Austriaco).

– En el centro los ducados de Parma, Módena y Toscana regidos por príncipes

austriacos y los Estados Pontificios (gobernados por el Papa)

– En el sur, más pobre y agrícola, el Reino de las dos Sicilias con los Borbones.

La génesis de la conciencia nacional italiana se encuentra en un movimiento

intelectual de escritores ROMánticos que ensalzan la patria italiana “Il Risorgimento”.

También destacó el interés de los comerciantes e industriales del norte por contar con

un mercado nacional de mayores dimensiones. El primer intento de unificación, la

revolución de 1848 en Italia, había fracasado. La unificación se producirá en la

década de los 60 y culminará en 1870.

El Reino del Piamonte, que se había industrializado y tenía a Cavour como primer

ministro, será el gran impulsor de la unificación en el norte y el centro del país al

eliminar la influencia austriaca en esos territorios.

En el reino de las dos Sicilias (Nápoles y Sicilia) el socialista Garibaldi encabeza una

revolución popular que expulsa a los Borbones. Para no dividir el movimiento

nacionalista Garibaldi renunció a su plan republicano y aceptó a Víctor Manuel II, rey

de Piamonte, como rey de Italia.

En 1870, Italia aprovechó la guerra entre Francia (defensora del Papa) y Prusia (La

Guerra Franco-prusiana) para arrebatar al Papa los Estados de la Iglesia.

C) La unificación de Alemania

En 1815 (Congreso de Viena) la Confederación Germánica queda formada por 39

estados. De ellos, Austria y Prusia eran los de mayor importancia.

Al igual que en Italia, un movimiento intelectual y ROMántico de escritores

reivindicaba la creación de un Estado-nacíón alemán.

El primer paso de la unificación se da en 1834 con el Zollverein o uníón aduanera de

los estados del norte germánico (26 millones de habitantes). Prusia será la potencia

hegemónica de una uníón que favorecíó el desarrollo industrial y comercial de sus

territorios.

Será su canciller, Bismarck, el que pondrá en marcha una estrategia para la

unificación basada en la supremacía económica y militar de Prusia:

– Invasión de los ducados de habla alemana del sur de Dinamarca en 1864: Schleswig

y Holstein.

– 1866 Guerra con Austria, con la ayuda de Italia, que termina con la defunción de la

Confederación Germánica y la formación de la Confederación de Alemania del Norte.

– 1870 Guerra contra la Francia de Napoleón III (Guerra Franco-Prusiana). Francia

quería evitar la formación de una gran Alemania y Prusia quería culminar la

unificación con los alemanes del sur. Bismarck provocó a Napoleón III con el

telegrama de Ems. Según el telegrama, un miembro de la familia real alemana

presentaba su candidatura al trono español (Revolución de la Gloriosa de 1868:

expulsión de Isabel II). Tras la victoria prusiana en Sedán, los estados del sur se unen

al norte y se forma Alemania. Además, Alemania se anexiónó las provincias francesas

de Alsacia y Lorena.