Donde surge el posvanguardismo

1. Los Novísimos  En el plano literario, al igual que el arte y la cultura en general, la poesía se basará, fundamentalmente, en la subjetividad y en la diversidad.
En este momento surge la primera generación de poetas nacidos después de la Guerra Civil, cansada de la literatura social buscará nuevas formas de expresión que rompan con la visión más instrumental del arte poético. De esta manera la poesía de los años 70 tiene como rasgo principal el afán por la experimentación, el culto a la forma la reivindicación de la autonomía del arte y la recuperación de técnicas provenientes de las vanguardias, como la escritura automática o el collage abordando temas relacionados con la sociedad de consumo y la cultura del momento… En 1970 José María Castellet publicó la antología Nueve novísimos poetas españoles libro que da nombre a la poesía de estos años, los Novísmos, y que marca el inicio de este grupo que reúne la obra poética de autores dividididos en dos grupos: los séniors, los más viejos y nacidos fronterizos con la generación anterior y nacidos entre 1932 y 1942, de carácter más culturalistas, es decir textos con lenguaje culto que concentran abundantes referencias culturales. Los componentes de esta categoría son Manuel Vázquez Montalbán (Una educación sentimental), Antonio Martínez Sarrión (Una tromba mortal para balleneros) y José María Álvarez (Museo de cera), y “la coqueluche”, la generación más jóven de novísimos nacidos entre 1944 y 1948, es decir, Pere Gimferrer (Arde el mar) Leopoldo María Panero (Así se fundó Carnaby street), Guillermo Carnero (El sueño de Escipión) , Féliz de Azúa (El velo en el rostrode Agamenón) , Vicente Molina Foix (Los espías del realista) y Ana María Moix (Call me stone), grupo con actitud insolente y casi frívolá en su rechazo de la vieja cultura más cercano a la cultura pop y a la contracultura. En cuanto a las carácterísticas coinciden en la creación de una poesía individual a partir de la búsqueda de una nueva subjetividad alejada de la realidad. El afán por la preocupación formal y experimental con el objetivo de encontrar una voz poética propia. El collage, es decir la mezcla de elementos de procedencia diversa.El culturalismo dando lugar a una gran intertextualidad
. La metapoesía, es decir la reflexión sobre la propia creación poética.

2. Tendencias poéticas a partir de 1975   A partir de 1976 surge la corriente poética los Postnovísimos, nacen entre 1951 y 1965, comienzan a publicar entre 1976 y 1980 y toman el nombre de la antología de Luis Antonio de Villena publicada en 1986, Postnovísimos. Algunos autores destacados son Julio Llamazares, Felipe Benítez Reyes o Blanca Andreu. Respecto a las carácterísticas señálamos la recuperación de los poetas de los sesenta como Jaime Gil de Biedma, la recuperación de elementos de la tradición como la métrica, la rima y la estrofa, la vuelta a la narración y el empleo del lenguaje coloquial. Además suealizan una renovación de los temas, subjetividad, lo urbano y lo cotidiano, emplean el humor y la parodia. Ya en los noventa se imponen dos tendencias, en primer lugar la poesía del silencio, una poesía minimalista, reflexiva, filosófica, intelectual, que se concibe como instrumento de reflexión y conocimiento planteando interrogantes sobre diferentes temas como la comunicación o la propia creación. Los poetas del silencio se caracterizan por un esfuerzo de depuración del lenguaje, por la búsqueda de la esencialidad de la palabra en la línea de la “poesía pura” de Juan Ramón Jiménez o Jorge Guillén. Destaca José Carlos Cataño con Jules Rock. En segundo lugar, hallamos la poesía de la experiencia tendencia dominante durante los años 80 hasta bien entrados los 90 que defiende una nueva sentimentalidad, la otra sentimentalidad frente a la sentimentalidad ROMántica, en la que el poeta aboga por una sentimentalidad teatral en la que el poeta inventa y finge. Se trata de una poesía realista que habla de la realidad cotidiana de carácter urbano humor y emoción utilizando un lenguaje sencillo y cercano al lector por su tono autobiográfico persiguiendo la legibilidad. Estos poetas tienden a narrar desde la primera persona los hechos cotidianos exhibiendo su yo poético ahondando en sus propios sentimientos y volviendo a los temas universales con visiones novedosas de tópicos literarios en la poesía sumándole temas pertenecientes a la vida contemporánea y urbana. El objetivo básico es hacer emocionar al lector tomando como referentes a autores que han abordado la experiencia en su poesía como Luis Cernuda de la Generación del 27, los poetas de los sesenta (Jaime Gil de Biedma)…Destacan un grupo de poetas granadinos encabezados por Luis García Montero (Completamente viernes), compuesto también por Álvaro Salvador (Suena una música ) y Javier Egea (Paseo de los tristes) que escriben de manera colectiva la obra La otra sentimentalidad.


1. La narrativa hispanoamericana: el Realismo mágico

En la década de los años 40 surge en Hispanoamérica el Realismo mágico, los escritores de este movimiento utilizaron el cuento en un primer momento (subgénero narrativo que destaca por su idoneidad respecto a la experimentación) para poner a prueba novedades técnicas y temáticas cuyos resultados darán lugar a las grandes novelas del posterior “boom” de la novela hispanoamericana.

El término “Realismo mágico” fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada y llegó al español con la traducción del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925), fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Úslar Pietri en su ensayo “El cuento venezolano” en 1948. Señala Úslar: “Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podrá llamarse un Realismo mágico”. Por otro lado, Alejo Carpentier define “lo real maravilloso”. Para este novelista el Realismo puro, es decir, el europeo, es incapaz de recoger la asombrosa e insólita realidad del mundo americano. A partir de ese momento realidad y fantasía se presentan íntimamente enlazadas en la novela, pues la realidad americana es, en sí misma, mágica.

La corriente del “Realismo mágico” es vista como una forma literaria de incorporar lo fantástico en la representación del mundo: ahí nacen territorios como “Macondo”, de Cien años de soledad, donde los muertos no acaban de abandonar el mundo de los vivos, donde sueños y obsesiones se manifiestan objetivamente, donde la naturaleza irrumpe como un organismo exagerado y cruel, etc.

Crcterísticas: Tal y como postulaban los surrealistas, el escritor puede acceder a una realidad superior, más amplia, más profunda. Así, los autores de cuento de esta época traspasan los límites de lo verosímil y proponen mundos fantásticos, situaciones imposibles o mezclas entre lo real y lo ficticio.

Lo más carácterístico en los cuentos hispanoamericanos de este momento es que lo maravilloso, lo fantástico, surge en la vida ordinaria. A esta tendencia se la conoce como “Realismo mágico”. Claro afán de romper la narración tradicional y jugar con las categorías de narrador, múltiples narradores (combinación de primera, segunda y tercera persona), con el fin de darle distintos puntos de vista a una misma idea y mayor complejidad al texto, mezcla de voces y de puntos de vista, personajes, tiempo y espacio, saltos temporales, etc. El contenido narrativo aporta elementos mágicos/fantásticos, intuidos pero (por lo general) nunca explicados, percibidos por los personajes como parte de la “normalidad”. Los hechos que se narran son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o son muy improbable que ocurran. En términos de espacio la mayoría se ubica en escenarios americanos, la mayoría en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios donde la concepción mágica, mítica se hace más presente. En cuanto al tiempo es percibido como cíclico, no como lineal, según tradiciones disociadas de la racionalidad moderna. Se distorsiona el tiempo, para que el presente se repita o se parezca al pasado. Además, encontramos variedad de situaciones enmarcadas en un tiempo cronológico (las acciones siguen el curso lógico del tiempo), ruptura de planos temporales (mezcla de tiempo presente con tiempo pasado) y tiempo futuro, tiempo estático (el tiempo cronológico se detiene), tiempo invertido, es el más contradictorio (considerar la noche día cuando leemos: “Era el amanecer. Se hizo la noche”). Los personajes del Realismo mágico tienen en la conciencia tres esferas activas: el consciente, el inconsciente y el subconsciente.

Entre los autores del Realismo mágico destacan: Jorge Luis Borges (El Aleph), Julio Cortázar (Rayuela), ambos argentinos, cuya influencia se prolonga hasta nuestros días, Gabriel García Márquez (Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba o Crónica de una muerte anunciada), Mario Vargas Llosa (La ciudad de los perros), Juan Rulfo (Pedro Páramo, El llano en llamas), Alejo Carpentier (El siglo de las luces)…