Educación para la sexualidad responsables

Enfoques sobre la educación sexual

Cada enfoque plantea una idea sobre la sexualidad, propone una visión distinta sobre cómo entender el proceso de enseñanza y aprendizaje, y se sostiene en una determinada mirada sobre el rol de las personas involucradas: docentes, estudiantes e incluso familias. 

Enfoques tradicionales/opuestos al enfoque de la ESI



Enfoque moralista


El enfoque educativo tradicional-moralista, supone que la sexualidad se reduce al coito heterosexual; y se centra en “lo que debe ser” y “lo que no debe ser”, “lo que está bien” y “lo que está mal”. Su supuesto pedagógico es que se debe intervenir sobre la razón y la moral de los/as niños/as y jóvenes, que debe ser conducida porque se la considera carente y desorientada, o abrumada por los sentimientos y las “hormonas”. Se les “muestra” lo que es correcto, para que lo realicen, lo imiten y hagan. Es una pedagogía mecanicista: enseñar el ejemplo, aprenderlo y llevarlo a la práctica. Por ejemplo, la idea de que la homosexualidad corrompe el orden natural, o que la masturbación (el “onanismo” como se lo denominaba) constituye una aberración, estuvieron o están muy presentes en espacios familiares y escolares.

Enfoques biomédicos


Médico-biologicista: su principal supuesto pasa por entender la sexualidad sólo desde el punto de vista reproductivo. Diferenciamos aquí el modelo biologicista, presente en muchos programas de educación en la sexualidad, cuyo énfasis es el estudio de la anatomía de la reproducción.
La sexualidad termina siendo así genitalidad.
Las emociones, el deseo y los vínculos no aparecen como relevantes desde este enfoque. En la práctica, este modelo biologicista se complementa con una perspectiva “médica”, conformándose entre ambos, un enfoque biomédico, que adquiere una gran presencia en los programas educativos a partir de la pandemia del HIV-SIDA y/o de la creciente visibilización en las escuelas del embarazo en la adolescencia. Este modelo pone en foco en los “efectos” no deseados de la sexualidad, en las amenazas de las enfermedades que pueden contraerse debido a un incorrecto cuidado en las relaciones genitales. Mientras que el enfoque biologicista hace hincapié en la anatomía de la reproducción, este modelo pone el énfasis en las “amenazas” y “riesgos” que se corren por perseguir una vida sexual y genital placentera. 

Enfoques que se aproximan a la propuesta de la ESI



La sexología


Enfatiza la necesidad de promover la enseñanza de “buenas prácticas” sexuales, prevenir disfunciones, problematizar creencias y propiciar la exploración de modos personales o compartidos de conocer y disfrutar de la sexualidad. Este enfoque concibe a la sexualidad como una construcción que está presente durante toda la vida y tiene que ver con cómo percibimos nuestro cuerpo sexuado, qué nos sucede en las relaciones sexuales, etc. Es un modelo vinculado más a la consulta y la terapia individual, entre sexólogo/a o experto/a y el caso particular, que al trabajo pedagógico en la escuela.

Enfoque judicializante


Encara la educación en la sexualidad desde los sistemas judiciales, que enfatizan las situaciones de vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes, tales como abusos sexuales, violación, violencia, maltrato, discriminación.
Es un enfoque que regula la sexualidad desde el derecho, para garantizar el respeto a lo más íntimo y personal de los niños, niñas y adolescentes, generando mecanismos para protegerlos/as y al mismo tiempo, valorarlos como sujetos.
Se propone la inclusión de una sólida formación en derechos humanos, la valoración de este enfoque por parte de todos los actores escolares, y la enseñanza de habilidades relacionadas con el autocuidado y con la posibilidad de identificar acciones abusivas por parte de los/as adultos/as en el ámbito familiar e institucional.

Enfoque de género


Es uno de los que más aportes ha brindado a la construcción de un abordaje integral de la educación sexual. Constituye una propuesta inspirada en las demandas de los organismos de derechos humanos y los movimientos de mujeres y de disidencia sexual (llamadas LGTTBIQ: lesbianas, gays, travesti, transexual, bisexuales, intersexual y queer).
Por ejemplo, cuando decimos que las niñas deben realizar juegos “suaves”, con poco contacto físico, porque son “delicadas”, mientras los varones no deberían participar de ellos, porque son más bien brutos y que eso es “natural”, estamos reproduciendo un orden de género injusto y desigual.
Constituye una lente crítica para ver y analizar desde una mirada histórico cultural las relaciones sociales, para analizar y criticar prejuicios y estereotipos en relación con lo considerado exclusivamente masculino o exclusivamente femenino.

La propuesta de la Educación Sexual Integral


El enfoque integral de la ESI se basa en 4 FUNDAMENTOS. Son la base desde la cual la ESI fue y es pensada y promovida en todas las escuelas:
-La promoción de la Salud -Las personas involucradas como sujetos de derecho -La atención a lo complejo del hecho educativo -Finalmente, la integralidad del enfoque de la ESI y sus implicancias

La Promoción de la Salud


La salud es un proceso que se desarrolla durante toda la vida de las personas y las comunidades. Es algo que las sociedades generan a través de las condiciones biológicas, sociales, económicas, culturales, psicológicas, históricas, éticas y espirituales, y que así juntas, influyen en la posibilidad de estar más sano o más enfermo, en lo que llamamos el proceso (y no “estado”) de Salud-Enfermedad-Cuidado.
La ESI se fundamenta en la promoción de la salud porque nos permite pensar a la sexualidad como algo inherente al ser humano, que va más allá de la enfermedad o la patología, que tiene que ver con cómo generamos mejores condiciones de vida, ambientes y entornos protectores donde todos y todas nos sintamos valorados/as y reconocidos/as por los/as otros/as, contemos con personas y redes sociales a las cuales recurrir y de las que nos sintamos parte.

Las personas involucradas como sujeto de derechos


Promueve el respeto por las diversas formas de vivir el propio cuerpo y de construir relaciones afectivas enmarcándose en el respeto por sí mismo y por los/as demás.
En la ley de ESI, se establece la igualdad para todos/as los niños/as y adolescentes, cuando dice: “Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal”. La obligatoriedad del derecho de los/as chicos/as nos ubica en un lugar de mucha responsabilidad, para garantizar un auténtico desarrollo pedagógico de la educación sexual integral. 

La especial atención a la complejidad del hecho educativo


Se trata de una política educativa específica y obligatoria para la escuela, que deben realizar los/as profesionales de la educación, preparados/as para la tarea pedagógica.
Consideramos elementos tales como la gradualidad, que respeta los tiempos y las etapas de los chicos y chicas, así como la progresión de un proceso de enseñanza y aprendizaje; ello se vincula con todo lo que tiene que ver con la programación de la enseñanza (cómo seleccionamos y vinculamos contenidos a trabajar en cada momento, las prescripciones curriculares establecidas y los lineamientos generales que orientan y modelan nuestra práctica; etc.), siempre atenta a la diversidad (cultural, sexual, étnica, etc.) presente en todo grupo social, que debe ser retomada como contexto y contenido en la enseñanza, con la particularidad de las historias y trayectorias de cada uno/a de nuestros/as alumnos/as.

El enfoque integral de la educación sexual


La ley 26150, en su artículo primero, establece: “A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”. Queda planteado entonces que la sexualidad es mucho más que “el aparato reproductor” y que “integra” otras dimensiones que constituyen la subjetividad sexuada.

•Con todos estos elementos podemos resumir diciendo que la ESI implica:


Un espacio de enseñanza y aprendizaje sistemático, con contenidos adecuados a la edad de los alumnos y alumnas, su situación y su contexto sociocultural, que comprende saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas sobre los siguientes

EJES que atraviesan toda la ESI:



El ejercicio de los derechos:



La ley Nº 26150, representa una conquista y a la vez una obligación, para todos/as los/as que hacemos este sistema educativo, de garantizar una educación sexual integral, en cada nivel y de acuerdo con cada contexto, para todos/as los/as niños/as y adolescentes/jóvenes que asistan a nuestras aulas. La ley considera a los/as niños/as, adolescentes y jóvenes como sujetos de derecho. Sujetos cuyas opiniones, experiencias y emociones, deben ser escuchadas y tenidas en cuenta. Y también establece el derecho – y la responsabilidad – que como docentes tenemos de acceder “a la capacitación y actualización integral, gratuita y en servicio, a lo largo de toda su carrera”

El enfoque de género:


Las relaciones en la escuela y las subjetividades producidas en y por ella, han constituido un modo de regular los cuerpos, en especial las expresiones “correctas” de ser varón y ser mujer.

El Respeto por la diversidad:


La ESI se sustenta en la enseñanza del respeto por todas las formas de identidad, su reconocimiento y valoración y más específicamente sobre la diversidad sexual.

La valoración de la afectividad:


La propuesta que aquí hacemos parte de reconocer que somos sujetos, personas que sentimos, atravesados/as por emociones: es fundamental, en este tema, empezar a reflexionar sobre lo que nos pasa, lo que sentimos, nuestras dudas y temores, nuestras expectativas y deseos. La ESI la considera un eje que debe ser tenido en cuenta, valorado, reconocido, en la interacción cotidiana, pero también en las propuestas pedagógicas que realizamos desde este marco.
El cuidado del cuerpo: somos cuerpo, en él nos reconocemos, construimos una imagen y una auto percepción, nos valoramos (más o menos), desde y en él sentimos, disfrutamos. El cuerpo, no es (solo) aquello que viene “de los genes”, de la naturaleza, sino aquello que hacemos y que el medio social nos permite hacer “con los genes”, lo vamos “moldeando” cada día que pasa, lo vamos “construyendo”. Este eje sobre el cuerpo constituye un núcleo fundamental de la enseñanza y al aprendizaje: aprendemos a respetar el propio cuerpo y el cuerpo del/a otro/a desde el nivel inicial; vamos comprendiendo lo que es la intimidad desde ese lugar. La ESI viene a garantizar esos procesos de enseñanza y aprendizaje.

ESI en la escuela


Nivel inicial



-conocimiento del cuerpo -distintos contextos familiares, distintas organizaciones familiares -desarrollo de habilidades -secretos -desarrollo de comportamiento de autoprotección -derechos

Nivel primario


-valoración del cuerpo humano (respeto, cuidado, aceptación) -estereotipos (mercado-cultura) -movimiento, expresiones corporales, artística. -derechos

Nivel medio


-sexualidad y vínculos (tóxicos-violentos) -salud y calidad de vida -cuidados, reproducción (consentimiento-abuso-acoso) -sociedad, sexualidad, consumos, medios de comunicación. -derechos.