El Bienio del Gobierno de Azaña (el bienio reformista o izquierdista 1931-1933)

1. Introducción: En 1931, Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente de la República y, durante los dos próximos años, sería Manuel Azaña el presidente del gobierno de alianza entre republicanos de izquierda y socialistas que intentarían desplegar un programa de reformas para la transformación de España. Esta reforma se realizó con un talante jacobino, pero los problemas serían difíciles y numerosos.

2. La Acción Política del Bienio Reformista:

a) La reforma agraria: Con la promulgación en septiembre de 1932 de la Ley de Bases para la Reforma Agraria, su aplicación se encomendó al Instituto de Reforma Agraria (IRA), cuyo sentido sería efectuar el proceso de transformación de las estructuras de la propiedad campesina. Primero, se expropiaban las tierras con una indemnización y después se redistribuían entre los campesinos para trabajarlas. No se alcanzaron los resultados deseados debido a la burocratización del IRA, que tampoco disponía de medios adecuados; por eso, la reforma no prosperó, sobre todo con la llegada de la derecha al poder en 1933.

El fracaso de esta tuvo consecuencias en el desgaste del gobierno de Manuel Azaña, reflejándose en el descontento de la antigua nobleza, los terratenientes y los campesinos.

b) La cuestión religiosa: Fue la que creó más enemigos a la República y la que aportó más argumentos en su contra. Esto fue debido al espíritu anticlerical de la izquierda española, manifestándolo en la Constitución de 1931, que admitía los principios de libertad de religión, legalización del divorcio y del matrimonio civil, separación de iglesia y estado, y se suprimió la Compañía de Jesús. El anticlericalismo de la derecha hizo que esta se pusiera en contra de lo redactado en la Constitución.

c) El problema militar: Estableció la reforma del ejército, que consistió en una reducción de los oficiales y una disminución de la ampliación política de los mandos militares. Azaña acometió la reforma de las fuerzas armadas y dictó la ley de abril de 1931; esta no fue bien acogida por las derechas y por un sector del ejército y sus oficiales, que tomaron una postura antiazañista, como la de Franco.

d) El problema regional: Proclamada la República, Cataluña declara su autonomía y la creación del Estat Català. Azaña tuvo que intervenir y, con la cesión en Cataluña de un Estado de Autonomía, calmó las impaciencias. Pero todo cambió a raíz del fracaso del golpe de estado encabezado por el general Sanjurjo el 10 de agosto de 1932, donde Azaña y su gobierno se fortalecieron. El 9 de septiembre de 1932 se aprobaron la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que la proclamaba región autónoma dentro del estado español. El 20 de noviembre se celebraron las primeras elecciones a la Generalitat, que dieron su triunfo a Esquerra Republicana de Catalunya; en consecuencia, Francesc Macià se convirtió en el primer presidente de Cataluña, mientras en el País Vasco se formaba el PNV.

3. La Oposición del Gobierno de Azaña:

Todos los problemas e intentos reformistas de Azaña crearon divisiones dentro de la sociedad española, destacando el pronunciamiento militar del general Sanjurjo en agosto de 1932, que solo triunfó en Sevilla.

a) Oposición política:

1. Oposición política de derecha: En 1932, la coalición azañista sufrió la oposición parlamentarista del Partido Radical de Lerroux, al que se sumaron otras fuerzas de derecha como la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), creada en febrero de 1933, una derecha católica dirigida por José María Gil Robles. También estaba La Renovación Española, partido de derecha monárquica dirigido por José Calvo Sotelo. Los carlistas reorganizados en la Comunión Tradicionalista Española se habían convertido en un movimiento de la ultraderecha autoritaria y, en octubre de 1933, se creó el PDR (que estaría en contacto con los fascistas italianos de Mussolini y alemanes de Hitler). La Falange Española, variante española del fascismo, a la que en 1934 se añadieron las JONS.
2. Oposición política de izquierda: En el PSOE surgieron diferencias internas; este tendía a radicalizarse hacia la izquierda, postura defendida por Largo Caballero. Los excesos del gobierno en la represión de las insurrecciones revolucionarias (Casas Viejas) daban argumentos a los anarquistas para ir contra el gobierno.

b) La oposición social: Procedía de reorganizaciones patronales industriales o agrarias, como el movimiento obrero y campesino, en el que la anarquista CNT logró un gran arraigo. La acción anarquista en algunos lugares, por el fracaso de la reforma agraria, dio lugar a sucesos como el de Casas Viejas, reprimido sangrientamente por la Guardia Civil y la Guardia de Asalto contra los cabecillas de la insurrección, que se saldó con ocho muertos. Esto desacreditó al gobierno de Azaña y contribuyó a su caída.

Todo esto sirvió para juntar más protestas contra el gobierno de Azaña y, posteriormente, Alcalá Zamora convocará nuevas elecciones generales, celebradas en noviembre de 1933, triunfando la derecha e iniciándose el Bienio Derechista (1933-1935).