Futuro de la población española
España está experimentando profundas transformaciones demográficas desde 1975: de ser un país natalista, joven y emigratorio, ha pasado a convertirse en un país con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo y una marcada tendencia al envejecimiento de la población.
Hacia el envejecimiento inevitable
Uno de los aspectos más destacados de la demografía española, al igual que en la mayoría de los países de nuestro entorno, es el envejecimiento de su población. Este fenómeno se debe a la reducción progresiva del número de nacimientos y a un alto nivel de supervivencia de las generaciones mayores.
Repercusiones laborales y sociales
Este hecho puede tener importantes consecuencias en diversos ámbitos, entre ellas:
- Incremento de las necesidades de infraestructuras de acogida para los mayores y dependientes.
- La alta proporción de mujeres en los grupos de más edad, por efecto de la mortalidad diferencial, que sigue favoreciendo al sexo femenino.
- Un impacto directo en las funciones asumidas por las familias.
- Incremento del gasto sanitario, pues las personas de edad muy avanzada precisan de mayores cuidados de salud.
- Incremento en los problemas de financiación derivados del envejecimiento, debido al descenso de la población activa.
El progresivo acceso de los nacidos en los años sesenta y setenta a la edad de jubilación planteará bastantes problemas de orden sanitario, económico y social.
La población no dependiente y el mercado laboral
Por su parte, la población no dependiente (de 15 a 64 años), es decir, aquella que forma en su mayoría parte de la población activa, también sufrirá importantes modificaciones en el futuro:
- Esta población presenta un comportamiento inverso al de los mayores de 65 años, con un descenso continuado desde el año 2000.
Sostenibilidad del Estado de bienestar
Con esta perspectiva, parece clara la insostenibilidad de nuestro Estado de bienestar. Para evitarlo, será preciso adoptar las siguientes medidas:
- Desarrollar políticas de mejora en los ingresos del Estado y avances en la igualdad de género.
- Una reforma fiscal que garantice la progresividad del sistema y el carácter redistributivo del gasto, para evitar que el envejecimiento de la población aumente la exclusión social y la pobreza asociada a la vejez.
- El fomento de la natalidad mediante ayudas económicas y sociales para incentivarla.
- Medidas económicas para facilitar el acceso al mundo laboral a la población joven, para que la falta de empleo no sea un obstáculo para el aumento de la natalidad.
- Retrasar la edad de jubilación, promover el uso racional de los recursos sanitarios y fomentar la permanencia en el hogar con servicios de apoyo.