El viaje como estructura en la épica griega

Los temas de la literatura de la antigua Grecia provienen de leyendas y tradiciones mitológicas; bellísimas invenciones relacionadas con creencias, que constituyen narraciones llenas de sucesos y de maravillas, hechos de amor o de muerte, sencillas anécdotas o relatos de gran extensión. Todo siempre, relacionado con dioses y héroes que realizaban proezas y actuaban como simples mortales.

Los orígenes de los mitos se hallan en la necesidad humana de explicar fenómenos, tanto naturales como históricos. Poco después, esta función es cubierta por la filosofía y la historia pero éstos perviven gracias a su belleza literaria y a sus apasionantes temas. El sentido religioso va desapareciendo hasta convertirse en pura poesía. Las epopeyas griegas se compusieron para ser recitadas ante el pueblo. Estos grandes mitos y leyendas han inspirado durante veinticinco siglos.

Homero:


 Sin dejar de la profusa cuestión homérica, coincidimos con Milman Parry y Albert Lord con la teoría neo analítica la cual indica que Homero fue un creador y refundidor de la tradición oral, por lo que se le atribuyen la Ilíada y la Odisea, ambas inspiradas por la leyenda de la guerra de Troya. Son los primeros textos griegos de gran extensión que se conservan. Estos dos grandes poemas, fueron en todo momento grandes obras maestras que describían un mundo de héroes.
Ilíada: Cuenta con una narrativa lineal y consta de 15000 versos hexámetros divididos en 24 cantos. Relata la cólera de Aquiles que se manifiesta en dos momentos: primero contra Agamenón, cuando éste le arrebata a Briseida y segundo contra Héctor, cuando éste da muerte a su amigo Patroclo. Así pues, aunque está basada en el mito de la guerra de Troya, solo se centra en el último año de ésta.
Odisea: Está dividida en 12000 versos, 24 cantos y 2 partes. No es lineal, pues la segunda parte es una analepsis. Relata el regreso de Ulises a su patria siendo la primera representación de la nostalgia. Los temas principales son la aventura y el viaje, un viaje que Ulises, un hombre prudente, hábil y audaz, emprende por la mar y que se convertirá en su campo de batalla. Las tres partes que encontramos son: una primera en que Telémaco se marcha de Ítaca en busca de su padre, una segunda en que se cuenta parte del viaje de Ulises (analepsis) y una tercera en que padre e hijo regresan a la isla y luchan contra los pretendientes de la madre.

El género dramático nacíó e Grecia. Las representaciones teatrales eran fiestas populares que servían tanto para divertir al espectador (comedia), como para hacerles reflexionar sobre los problemas que atañen al ser humano de forma que sirviese de enseñanza (tragedia). El público, al presenciar los sucesos trágicos, experimentaba la catarsis, que lo purificaba, y extraía la conclusión de que debía controlar sus pasiones y acatar unas normas.
El teatro griego se originó a partir del ditirambo, himnos en honor al Dios Dionisio, en los que un coro cantaba y bailaba dirigidos por el corifeo. La introducción de un personaje que dialogaba con el corifeo por Tepsis se considera el primer paso para la creación del género dramático. Es el elemento más relevante de la tragedia que se construye sobre la dualidad coro personaje. Tanto actores como coro llevaban máscaras, lo que les permitía jugar con los papeles. Otro atuendo eran los cortunos, empleados para simular más altura. Las obras solo se podían representar por varones ciudadanos atenienses.
La tragedia griega se extrae de un episodio mítico; sus temas son elevados y se centran en la lucha del hombre contra su destino y el dolor y la muerte como castigo. El desenlace es funesto por lo que provoca lástima y terror a los espectadores. Presenta la acción completa (incluyendo antecedentes). Los protagonistas son héroes por lo que su lenguaje es solemne, adornado y elevado. Se escribía en verso. Contaba de unas partes dialogadas y otras con cantos y danzas.
El esplendor de la tragedia fue el siglo V a.C gracias a Esquilo, Sófocles y Eurípides. A través de estos autores se observa el proceso evolutivo en la teatralidad y la humanización. La tragedia griega sigue dos ciclos temáticos: el ciclo de Argos que afronta la familia de Agamenón maldecida por Apolo y el ciclo de Tebas que cuenta la historia de Edipo y de como, a pesar de haber intentado evitarlo, mata a su padre y tiene hijos con su madre.
Los autores presentaban las obras a concurso, entre ellos, destacó Sófocles por su éxito. La obra se representaba en una pista circular (orchestra) rodeada de gradas (theatron). Era un lugar abierto que aprovechaba las pendientes naturales del terreno. Constituía un espectáculo integral.
Esquilo, autor de tragedias como Prometeo encadenado en la que enumera los beneficios que la humanidad debe a Prometeo, estaba preocupado por la función del destino. Sófocles, autor de Edipo Rey, Electra y Antígona entre otros, analiza el dolor humano y la dignidad ante situaciones extremas. Por último, Eurípides escribíó Las troyanas, Las bacantes y Medea entre otras. Representaba la realidad de Atenas en su tiempo mediante protagonistas femeninas. Su estilo es conceptuoso y está repleto de juegos lingüísticos que reflejan la retórica y la forma de expresión de la época. Sus personajes se caracterizan por su humanidad.

Cuando la cultura griega entró en decadencia, el Imperio romano la difundíó. Gracias pues, a Roma, la literatura, el arte y el pensamiento clásicos fueron universalmente conocidos. En el siglo I a.C comienza la Edad de Oro en la poesía latina. El verso junto a la historiografía, fue el género más destacado de la literatura romana. Sobresalieron tres autores : Virgilio y Ovidio, que se relacionan con la poesía del nosotros, es decir, la idea de Roma como nacíón y Horacio, el cual destacó en la poesía del tú, de crítica y ataque personal. Por último, podemos mencionar a Catulo, relacionado con la tendencia más intimista: la poesía del yo.

Virgilio:


 Estudió en Roma donde fue protegido por un noble. Fue un gran poeta lírico que escribíó entre otras obras, las Bucólicas, las Geórgicas y la Eneida.
Bucólicas: Constan de diez obras de apariencia rústica que agradaron por su delicadeza. Tanto personajes como paisaje se caracterizan por una fuerte idealización literaria. La Arcadia se convertirá en el símbolo de la regíón perfecta.
Eneida: Es el gran poema épico latino que relata el origen mítico de Roma al ser fundada por Eneas. Combinó la belleza griega y el espíritu nacional romano. En este caso, Virgilio, tuvo como modelo a Homero. La Eneida ha sido alabada por la perfección de su estructura dividida en partes simétricas, su representación de poema total, la complejidad psicológica de sus personajes, más humanos y menos heroicos entre los que destaca Eneas, ideal de varón romano y por último por ser el precedente de la novela de aventuras.

Horacio:


Destaca por su agudeza psicológica, su inspiración y su espontaneidad. En sus Épodos y Sátiras ridiculiza con ironía determinados vicios y conductas de su época. Horacio defiende la mesura y censura la exageración y el inconformismo. El más reconocido de sus poemas juveniles es Beatus ille y consigue su máxima altura poética con las Odas. La obra del autor se completa con Epístolas, colección de cartas literarias en las que trata la filosofía, la moral y la creación literaria.

Ovidio:


 En la poesía de Ovidio se distinguen tres etapas; la primera, se centra en el amor, así surgen Amores, Heroidas y el Arte de amar. En la segunda encontramos Fastos y la metamorfosis la cual fue su obra cumbre y son leyendas mitológicas griegas que ofrecían transformaciones de dioses y hombres en plantasy animales. Por último, Ovidio fue condenado al destierro iniciando así su tercera etapa centrada en el lamento del autor y las peticiones de clemencia destacando en ella Tristes y Epístolas. Murió en el exilio agotado por el sufrimiento de su desdicha.

Está compuesta por numerosos textos divididos en dos grupos:

El Antiguo Testamento:


 Está constituido por 46 libros escritos en hebreo desde el Siglo XIII al I a.C; narran los orígenes de la historia, creencias y tradiciones del pueblo judío antes de la llegada de Jesucristo. Contiene cuatro tipos de libro:
Históricos y narrativos: Destaca el Pentateuco o Torá (Ley para los judíos) atribuido a Moisés y formado por cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
Filosóficos y morales: Los más destacados son los Proverbios y el Eclesiastés, atribuidos a Salomón.
Textos poéticos: Son los libro más literarios de la Biblia: El Cantar de los Cantares (Salomón) o los Salmos (rey David). Se caracteriza por su ritmo sonoro, rima, simbolismo y figuras retóricas.
Libros proféticos: Destacan Isaías y Jeremías. El género es el sermón o discurso dado que la palabra del profeta consistía en divulgar la palabra de Dios.

Nuevo testamento:


 Comprende en total 27 libros escritos en la segunda mitad del siglo I en su mayor parte en griego que se centran el la vida de Jesús: los cuatro Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas y el Apocalipsis que destaca por su alegoría y su simbolismo.
En cuanto a su repercusión literaria, la Biblia es el libro más difundido de la humanidad y el que más ha influido en el arte y la cultura occidentales. Todos recordamos episodios como David y Goliat o Sansón y Dalila. Tuvo además, una gran importancia en la Edad Media y en las lenguas modernas.
Algunos de los conceptos bíblicos que han influido en las obras de la literatura occidental han sido los siguientes: las dualidades bien-mal, ángel-demonio, el perdón, la caridad, la culpa o la tentación, el amor y la justicia divina relacionados con el Juicio Final y por último, no olvidemos el poema de Milton donde aparece el motivo del paraíso perdido.
Además, el teatro occidental, nace en los templos y utiliza textos bíblicos. Dos ejemplos son el Auto de los Reyes Magos y el Misterio de Elche. En la literatura castellana podemos observar su reflujo en numerosas obras y autores; es el caso de la General Estoria de Alfonso X, el sabio y el tópico de vanidad de vanidades, todo es vanidad del Eclesiastés en Jorge Manrique en la Edad Media. El Cantar de los Cantares en el Renacimiento y en escritores modernistas como Lope de Vega, incluso en la generación del 27.
La biblia conforma junto con la tradición literaria grecolatina la base de nuestra literatura occidental. De estas traducciones se crea el repertorio de temas, narraciones y motivos que nuestra cultura recreará una y otra vez en todas las artes. π