En que consiste la influencia social

CULTURA Y SOCIALIZACIÓN

Lo que caracteriza a la cultura es, su carácter artificial: es todo aquello que, contrario que la naturaleza, los hombres construyen o han construido.

La cultura aparece siempre en un contexto social, por eso podemos definirla también como ‘las creaciones humanas que una sociedad asume como propias’. De ahí que al proceso de adquisición de la cultura se le llame socialización.

Con este nombre se designa, pues, al amplio proceso de transmisión de valores morales, normas de conducta, ideas, creencias, hábitos y aprendizajes que lleva a cabo la sociedad con respecto a los individuos (en especial, pero no en exclusiva, los niños). La socialización comienza desde el momento mismo del nacimiento.

Gracias al proceso de socialización, el niño va adaptándose a la vida social e interiorizando un conjunto de normas y valores que forjarán su futura personalidad. Esto, es el carácter de cada persona viene determinado, en gran parte, por la manera en que ha ido socializándose a lo largo de su vida, puesto que este proceso no termina nunca.

Familia y escuela son las dos instancias que marcan en mayor medida la socialización del individuo.

LA FORMACIÓN DE LAS ACTITUDES

Las actitudes se aprenden durante toda la vida y se adquieren de varias maneras:

  1. Educación. Los valores y comportamientos de los padres influyen en los hijos.
  2. Experiencia personal.
  3. Grupos.
  4. Medios de comunicación. Muchas actitudes hacia los objetos materiales de nuestro ambiente se basan en la influencia de la televisión que, mediante la persuasión publicitaria, cambia creencias y actitudes. 

LA MEDIDA DE LAS ACTITUDES

¿Cómo podemos conocer las actitudes de las personas ante ciertos hechos? La respuesta lógica a esta pregunta podría ser: preguntándoselo. De hecho, es una forma que se utiliza, por ejemplo, en las encuestas de opinión, pero la experiencia nos ha demostrado que muchas veces que estas encuestas no son fiables. En realidad, las personas suelen contestar lo que creen que le entrevistador espera que conteste, además, la formulación de las preguntas induce a contestar de una manera u otra.

Las escalas más utilizadas para la medición de actitudes son la de Likert (serie de afirmaciones que el sujeto evalúa con `estoy completamente de desacuerdo´ hasta `estoy completamente de acuerdo´) y la de Osgood o de diferencial semántico.

Además de las encuestas, existen otros procedimientos de medida de actitudes como la observación directa de la conducta.

Stanley Milgram ideó un método para medir el apoyo o rechazo provocado por ciertas instituciones o ideologías.

Pero quizá el método más refinado y preciso para medir las actitudes sea la electromiografía facial.

PIES EN LA PUERTA Y TRAICIONES AUTOASUMIDAS

El fenómeno del pie en la puerta, que consiste en que una persona que accede a una pequeña petición tiende a aceptar después otras peticiones más importantes.

Cada acto que responde a una actitud refuerza dicha actitud y hace más probable su permanencia en el sujeto.

¡Qué demonios importa!; este otro principiopsicológico viene a explicar que, una vez que se incumple un compromiso, es bastante probable que ese incumplimiento inicial vaya seguido de otras `traiciones mayores´.

Lo que estos dos fenómenos muestran es que, en vez del teórico (y lógico) `primero pienso y luego actúo ´, lo que ocurre muchas veces es lo contrario: son las actitudes las que siguen a los actos. Si alguien logra persuadirme para que actúe de una manera, lo más probable es que termine teniendo las ideas y sentimientos que corresponden a esa forma de actúa

FACTORES QUE FAVORECEN EL CAMBIO DE ACTITUD

Según la teoría propuesta por Festinger, una de las motivaciones humanas básicas es la reducción de la disonancia cognitiva: si hay conflicto entre pensamiento y acción modificaremos uno de los dos elementos para reducir o eliminar el conflicto.

La contradicción entre lo que se piensa y lo que se hace genera un malestar que habitualmente se resuelve modificando la creencia reinterpretando la percepción de la propia conducta.

Teoría de la disonancia cognitiva de Festinger (1957) la discrepancia entre las actitudes y la conducta nos provoca malestar porque nos gusta ser coherentes y no equivocarnos. A veces existe un desacuerdo entre lo que hacemos y lo que creemos que debíamos hacer. En ese momento nos sentimos mal porque nos encontramos en disonancia cognitiva.

¿Cómo se reduce la disonancia?

  1. Cambiamos nuestras ideas iniciales
  2. Cambiamos nuestra percepción de las cosas
  • ¿Cómo se persuade a los demás de la conveniencia de cambiar sus conductas? Elliot Aronson menciona tres factores:
  • La fuente del mensaje:
  • Las personas de mayor credibilidad son las más parecidas a los receptores.
  • Las que no tienen intereses personales en los mensajes que transmiten.
  • Las que han demostrado seriedad y coherencia.
  • Las que poseen un mayor atractivo físico.
  • Aquellas que son tenidas expertos en la materia.
  • La forma del mensaje: ha de ser claro y apelar moderadamente a la sensibilidad (es bueno que inspire una dosis moderada de temor, pero el exceso del mismo es contraproducente).
  • Los receptores del mensaje: han de sentirse tratados como personas capaces de pensar por sí mismas y sacar sus propias conclusiones, debe suscitarse en ellos un compromiso real (aunque sea mínimo) con la causa, convirtiéndolos así en apóstoles de ella (una persona que duda se convence a sí misma cuando intenta convencer a otro).

Efecto halo: si conocemos una carácterística de una persona presuponemos que posee también otras cualidades.

LA CONSTRUCIÓN SOCIAL DEL CONOCIMIENTO. LA CONFORMIDAD. INFLUENCIA DE LA MAYORÍA

La psicología social investiga cómo interactúan y se influyen unos individuos a otros, que relaciones sociales mantienen entre sí y cómo la sociedad condiciona estos procesos. No podemos conocer al individuo sin la sociedad, como si fueran dos realidades extrañas entre sí, ya que la sociedad permite nuestro desarrollo personal.

La influencia social consiste en un cambio en las creencias, actitudes o conductas de una persona por la presencia o acción de otras personas.

Los psicólogos sociales que nos enseñan el poder de la influencia social sobre nuestras creencias y actitudes, nuestras acciones y decisiones, y se manifiestan en el conformismo, la obediencia a la autoridad y la conducta grupal.

La vida social se regula por unas normas o reglas sociales que indican como hay que comportarse en diferentes situaciones. A veces recibimos presiones de personas o grupos para que nuestras actitudes y comportamientos se acomoden a modelos sugeridos o impuestos.

En otras ocasiones, nos adaptamos a una norma para no recibir la desaprobación de los demás, o mantenemos una lucha constante en defensa de nuestra individualidad.

La conformidad consiste en un cambio de opinión, conducta o actitud por la presión real o imaginaria de un grupo.
Es actuar de forma diferente a como uno se comportaría cuando está solo.

DOS EXPERIMENTOS SOBRE LA Percepción

Lo decisivo no es que alguien comparta tu misma opinión, sino que alguien antes que tú haya tenido el valor de enfrentarse a la mayoría.

A efectos de comportamiento no parece importar demasiado si las personas se autoengañan, se limitan a decir lo que los otros esperan que digan o si lo segundo lleva a lo primero: el caso es que la presión social lleva a muchas personas a actuar de forma distinta a como lo habrían hecho espontáneamente, incluso contra sus propias convicciones.

¿Qué factores influyen en la conformidad?

  • El tamaño del grupo. No es igual oponerse a grupo pequeño de amigos o a un grupo grande.
  • La respuesta en público o en privado. Si el sujeto dice la respuesta en privado, la conformidad disminuye.
  • El grado de atracción que tiene el grupo para el individuo. Los sujetos se someten a la opinión del grupo para obtener una recompensa (aceptación) o para evitar el rechazo y el ridículo.  

LA Percepción DE OTROS: PRIMERAS IMPRESIONES Y Profecías AUTOCUMPLIDAS

Si alguien tiene una determinada expectativa sobre otra persona se comportará con ella de forma que su expectativa inicial quede confirmada.

La profecía autocumplida se conoce también con el nombre de ‘efecto pygmalion´. Nuestras creencias y expectativas sobre otras personas influyen en su comportamiento, de la misma forma que si las expectativas de una persona sobre si misma pueden dar lugar a su propia confirmación. A nivel social, por ejemplo, las personas adquieren un rol a partir de los demás y acaban creyéndolo propio. Se puede decir entonces, que somos lo que los demás esperan que seamos.

LA Teoría DE LA Atribución

La atribución es la creencia de una persona sobre la causa de las conductas propias o ajenas.

La atribución puede ser de dos clases:

– Atribución intrínseca: interpretamos el comportamiento a partir de rasgos propios del sujeto.

– Atribución extrínseca: interpretamos dicha conducta como consecuencia de alguna situación o circunstancia exterior.

La teoría de la atribución es uno de los fundamentos de la psicología social. Los psicólogos hablan de error fundamental de atribución, que es la tendencia a exagerar los aspectos personales y minimizarlos respecto a la conducta propia. En los años 90 se formuló esto introduciendo la atribución defensiva, como la tendencia a atribuir los éxitos propios a las cualidades personales y los fracasos a factores externos.

El psicólogo H.K señala tres criterios para hacer atribuciones internas o externas:

  1. El consenso: es el grado en el que la conducta es comprendida por otros. Un consenso en la conducta de varias personas indica que el comportamiento tiene una causa externa.  
  2. La consistencia: la misma reacción aparece en situaciones diferentes. Es el grado en el que la conducta se mantiene a lo largo del tiempo.
  3. La singularidad: se refiere al hecho de que un comportamiento ocurra solo en circunstancias específicas.

La teoría de Kelle indica que cuando el consenso, consistencia y singularidad son altos, atribuimos la conducta de los demás a causas externas. Sin embargo, cuando el consenso, consistencia y singularidad sin bajos, atribuimos la conducta ajena a causas internas.

En conclusión, la primera impresión se forma a partir de lo que no es habitual, lo que destaca en un contexto dado. El mismo hecho puede tener significados radicalmente distintos en contextos también diferentes.

ESTEREOTIPOS Y PREJUICIOS

Los estereotipos son creencias acerca de lo que se supone son carácterísticas comunes de los miembros de un determinado grupo social.

Si los estereotipos son creencias previas excesivamente simplificadas, los prejuicios son actitudes negativas dirigidas hacia los miembros de un grupo;: si este grupo es minoritario o alejado del poder, los prejuicios desembocan fácilmente en discriminación o agresividad dirigida hacia el grupo.

RACISMO Y XENOFOBIA:

El racismo es una construcción social que consiste en desvalorizar a un grupo social en función de alguna carácterística física.

¿Cuáles son las causas del racismo?

  • Se basa en la consideración de que hay razas superiores e inferiores, y destaca las diferencias entre individuos o poblaciones.
  • Defiende un sistema social según el cual algunos tienen más ventajas por pertenecer a un grupo social determinado.
  • Considera a las víctimas como chivo expiatorio del mal social.
  • Fomenta y permite la marginación y el aislamiento de una persona o de un grupo en función de su raza.

La xenofobia es un prejuicio con muestras de odio, fobia y rechazo contra los grupos étnicos diferentes, cuya fisonomía social y cultural se desconoce.

¿Cómo desertar el racismo y la xenofobia?

  • La investigación científica demuestra que el genero humano no existen razas.
  • Frente a la tendencia de los individuos y grupos a considerar sus valores y creencias como los únicos apropiados, el reconocimiento del otro es una condición indispensable para la existencia de la tolerancia.
  • Rechazar ideologías totalitarias.
  • COLABORACIÓN Y AGRESIÓN
    1. EL CASO GENOVESSE
    2. EN BUSCA DE LA EXPLIACION ¿POR QUE NO AYUDARON?
    3. LA CONDUCTA ALTRUISTA

La conducta altruista o prosocial consiste en ayudar a otros sin recibir nada a cambio, sin tener en cuenta el interés propio.

Hay tres perspectivas que explican la conducta altruista y proponen dos formas de conducta prosocial: el intercambio mutuo y el altruismo más incondicional.

  • Normas sociales: ayudamos a otras personas sin ningún interés porque consideramos que debemos hacerlo. En la conducta altruista influyen dos normas sociales:
  • La norma de reciprocidad, que exige ayudar a quienes nos ayudan.
  • La responsabilidad social, las personas deben ayudar a las personas necesitadas sin que por ello deban de ser correspondidas en el futuro.
  • El intercambio social, según esta teoría el propio interés es la base de todas las interacciones humanas. Las recompensas pueden ser externas o internas.
  • Perspectiva evolucionista, los genes son los que determinan que cuidemos de los parientes como hacen los padres de los hijos. Los genes que promueven su perpetuación desaparecen.

La empatía es la capacidad de sentir las experiencias de otras personas y de experimentar sus pensamientos y emociones.

¿Es posible el altruismo hacia extraños? Los psicólogos también pretenden explicar porque hay gente apática ante situaciones de emergencia. Los factores que contribuyen a la inhibición social y reducen la ayuda son:

  1. Si una persona esta sola, siente que la responsabilidad de intervenir es suya, pero cuando hay otras observando siente menos responsabilidad.
  2. Si la situación de emergencia es ambigua se produce la ignorancia pluralista, cada observador duda y trata de saber qué pasa. Así, como unos observadores son modelos de prioridad para otros.
  3. La percepción ante la evolución, mucha gente duda de su capacidad de intervenir con éxito en algunas situaciones como en accidentes de tráfico.

LA AGRESIÓN

Se entiende por agresión cualquier comportamiento dirigido a hacer daño a los otros. La agresión puede ser física o psicológica. También puede ser voluntaria o involuntaria, instrumental u hostil, etc.  

Tres factores del comportamiento agresivo:

  • Existen aspectos biológicos y fisiológicos que predisponen hacia actitudes violentas. Está comprobado la existencia de factores genéticos, también se ha comprobado la relación entre los altos niveles de testosterona y conducta agresiva.
  • En todo acto de agresión, además, intervienen influjos externos que la desencadenan; dichos influjos pueden ser percibidos de manera consciente por el individuo, o, en otros casos, ser inconscientes para él.
  • La educación recibida condiciona nuestras respuestas violentas, además se aprende a ser agresivo y que pueden darse ciertos refuerzos sociales que afiancen nuestra conducta hostil.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y PERCEPCIÓN DE LA REALIDAD

Desde un punto de vista psicológico, se estudia el papel de los medios de masas como modificadores de actitudes, especialmente en relación con los niños y fundamentalmente en relación con la violencia, la pornografía y la discriminación social. Los psicólogos y otros científicos sociales llevan décadas discutiendo sobre estos temas, primero en relación con el cine y la televisión y últimamente con Internet, las redes sociales y los videojuegos. Aunque la teoría de que la simple contemplación de un hecho induce a imitarlo parece excesivamente simplista existe un consenso general, basado en comprobaciones empíricas, sobre la verdad o al menos alta probabilidad de afirmaciones como estas:

  1. Existe una correlación estadística fácilmente comprobable entre la cantidad de violencia contemplada por niños y adolescentes y el número de delitos violentos. Lo que se discute es cuál de estos dos factores es causa y cuál efecto, es decir, si la violencia en los medios causa la violencia real u ocurre más bien al revés: como vivimos en una sociedad violenta y las personas que usan los medios son también violentas, muestran su preferencia por los contenidos violentos, que se convierten así en objeto de demanda masiva.
  2. El elemento decisivo en cuanto a los efectos de la contemplación de violencia no es tanto la cantidad de violencia mostrada, sino el hecho de que esta reforzada; si eso ocurre, lo normal es que surja en el espectador, sobre todo si es un niño o persona poco formada, la tendencia a imitar lo que ve.
  3. No se ha comprobado nunca que el consumo de películas, imágenes y videojuegos pueda servir como vía de escape de una agresividad que produciría consecuencias indeseables.
  4. La contemplación reiterada de violencia aparte de producir una percepción deformada de una realidad bastante menos violenta de lo que aparece en los medios, genera insensibilidad ante el sufrimiento y la muerte, realidades que, al ser presentadas como un espectáculo, son desdramatizadas y trivializadas.
  5. Los efectos anteriormente expuestos son tanto mayores cuanto más realista y próxima a la situación del espectador se presenta la violencia.
  6. Se ha comprobado también la relación entre el consumo de pornografía y el desarrollo de actitudes violentas o denigratorias contra las mujeres, o al menos de una pérdida de sensibilidad frente a hechos como violaciones y agresiones sexuales.

Los críticos responden que estos estudios de la correlación no demuestran actos violentos sea la causa de la agresión. Tal vez los niños agresivos prefieren programas violentos. Quizá los hijos de padres irresponsables o abusivos son, al mismo tiempo, más agresivos y sucede que se les deja con más frecuencia frente al televisor. Y tal vez la televisión sea, simplemente, reflejo de las tendencias violentas.  

LOS LAZOS AFECTIVOS

¿POR QUE LAS PERSONAS SE ATRAEN UNAS A OTRAS?

Los psicólogos sociales han señalado una serie de factores que favorecen a la aparición de los lazos afectivos:

  1. Proximidad y familiaridad entre personas. La mera exposición frecuente a un tipo de estímulos hace que nos sintamos atraídos por ellos.
  2. La semejanza. Los lazos afectivos se crean generalmente entre personas que tienen rasgos comunes.
  3. La belleza física. El efecto de primacía: principio psicológico según el cual las primeras impresiones son determinantes en la valoración global de una persona o situación.