Introducción
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, ocurrieron una serie de acontecimientos en España que provocaron una grave crisis institucional y monárquica. Fueron años confusos y violentos, en los que España sufrió la conquista por parte de Francia, pero que permitieron que las ideas liberales florecieran en España y así comenzara a cambiar el Antiguo Régimen.
El Reinado de Carlos IV y el Impacto de la Revolución Francesa
El reinado de Carlos IV estuvo marcado por los sucesos de la Revolución Francesa.
Los ilustrados españoles no eran partidarios de revoluciones, pero sí de reformas. Había una simpatía hacia las ideas revolucionarias en los burgueses ilustrados. Para evitar que la Revolución se extendiera por España, Carlos IV y sus ministros tomaron una serie de medidas basadas en el aislamiento. Cortaron las relaciones con Francia, aislando el país. La Inquisición amenazó a los ilustrados sospechosos, prohibió estudiar en el extranjero y la entrada de personajes foráneos. Floridablanca prohibió la enseñanza del francés, hubo censura en la prensa y se prohibieron las Reales Sociedades de Amigos del País.
La incapacidad de Floridablanca para detener la propaganda revolucionaria hizo que Carlos IV encomendara en 1792 el gobierno al Conde de Aranda, quien procuró mejorar las relaciones con Francia. Francia entró en guerra con Prusia y Austria y en ese año se derrocó a Luis XVI. Godoy se hizo con el gobierno hasta 1808, ejerciendo un poder absoluto. Fue un déspota ilustrado que temía la Revolución, pero promovió reformas educativas y económicas.
Política Exterior y Guerras
Tras la ejecución en 1793 de Luis XVI, España rompió lazos con Francia no solo por su muerte: fue la respuesta del Antiguo Régimen español hacia quienes querían romperlo. Por eso la Guerra de la Convención tuvo predicadores laicos y eclesiásticos.
Hubo éxito en la Cataluña francesa, pero no se aprovechó con un tratado como pidieron algunos cortesanos. Las fuerzas francesas ocuparon gran parte de Cataluña y tuvieron rápidos avances por Navarra y el País Vasco.
Fue uno de los errores más graves de Godoy. Finalizó con la Paz de Basilea (1795), entregando la isla de Santo Domingo y algunas ventajas comerciales. En 1796 firmó el Pacto de San Ildefonso, donde España sufrió una grave derrota en la Batalla del Cabo de San Vicente (1797). Godoy devolvió durante un tiempo el espíritu reformista de Carlos III, formando un gobierno con los más distinguidos ilustrados.
Crisis Económica
La crisis económica continuó durante el reinado de Carlos IV. El precio de los alimentos subía, el valor de las propiedades aumentaba por la alta demanda y la poca oferta, hubo malas cosechas, etc.
Se produjo una crisis de subsistencia por la poca tierra disponible. El déficit del Estado no dejaba de aumentar y la emisión de vales se hizo insostenible. Se produjeron las primeras ventas de propiedades de la Iglesia, iniciando las desamortizaciones. Se prolongó hasta llegar a vender un sexto (1/6) de los bienes de la Iglesia.
La Era Napoleónica y la Guerra de la Independencia
Napoleón se hizo con el poder en Francia. En 1801, España se vio obligada a dirigir la invasión de Portugal (Guerra de las Naranjas). En 1802 se firma la Paz de Amiens entre Inglaterra y Francia, pero pronto se reanuda la guerra y España se ve envuelta en otro conflicto no deseado, siendo derrotada en Trafalgar (1805), perdiendo la vida el almirante Nelson.
Godoy firmó el Tratado de Fontainebleau, autorizando a las tropas francesas a pasar por España para invadir Portugal. Esto llevó al Motín de Aranjuez.
El desastre de la política de Godoy, las derrotas, las desamortizaciones, la conspiración de Fernando VII y el supuesto plan de Godoy para que la familia real abandonara España provocaron que se organizara un motín en Aranjuez, que supuso la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en Fernando VII.
Napoleón no reconoció como rey a Fernando VII y Carlos IV se arrepintió. Napoleón les obligó a abdicar en él en las Abdicaciones de Bayona.
El Levantamiento del 2 de Mayo y el Inicio de la Guerra
La salida de la familia real a Francia para reunirse con Napoleón indignó a los madrileños, que el 2 de mayo de 1808 se levantaron contra las fuerzas francesas. La revuelta fue reprimida por el general Murat; estos acontecimientos fueron retratados por Goya. Los levantamientos antifranceses se extendieron por toda España.
Estos levantamientos de mayo degeneraron en una guerra (1808-1814) que dejó más de 300.000 muertos. La lucha contra los franceses acrecentó el sentimiento de unidad, que defendía la religión y la monarquía, y que no era compartido por los liberales.
La Iglesia tuvo un papel clave, ya que convenció a los españoles de que mediante la guerrilla se podía vencer a los franceses. En junio de 1808 entró un ejército de 170.000 hombres para controlar toda España. Se encontraron con una gran resistencia. En Zaragoza se defendieron con barricadas; Gerona aguantó el sitio. La gran derrota tuvo lugar el 19 de julio en la Batalla de Bailén, donde las tropas del general Castaños vencieron al ejército de Dupont. Esta fue la primera derrota de Napoleón en tierra. José I se tuvo que refugiar en Vitoria y los franceses se vieron obligados a abandonar Portugal por el Tratado de Sintra.
Para terminar con la resistencia, Napoleón entró en España con 250.000 soldados. El avance francés fue muy rápido y la Junta Central abandonó la meseta, refugiándose en Sevilla y luego en Cádiz; solo permanecían libres zonas de la periferia y zonas montañosas. Debido a la inferioridad, los españoles adoptaron la técnica de la guerrilla. El campo fue patrimonio de las guerrillas y se extendieron por toda España, haciendo que los franceses no pudieran liquidarla.
El Final de la Guerra
José I se mostró como un monarca pacifista y reformista. Por ello, Napoleón intervino en España. La zona al norte del Ebro fue anexionada a Francia. En 1812, la guerra dio un giro definitivo. Napoleón necesitaba más tropas, especialmente tras la derrota en Arapiles en julio de 1812. En 1813, el general Wellington lanzó un nuevo ataque y los franceses no pudieron detenerlo. Napoleón finalmente se apresuró a firmar la paz con Fernando VII y le devolvió la corona en el Tratado de Valençay (1813).
Gobierno de José I Bonaparte
José I trató de emprender la reforma del Estatuto de Bayona, con el apoyo de los afrancesados, partidarios del reformismo ilustrado, pero enemigos de los revolucionarios (por ejemplo, Goya). Los afrancesados eran funcionarios que prefirieron seguir fieles a quien ocupaba el poder; posteriormente, muchos fueron convencidos porque querían reformas en la enseñanza, el derecho o la religión. (Este grupo tuvo relevancia posteriormente en relación con las Cortes de Cádiz).
Conclusión
Todos estos acontecimientos permitieron afianzar el liberalismo. Aunque la Constitución de 1812 no llegó a entrar en vigor por la influencia de los privilegiados y los absolutistas, provocó que comenzaran a tambalear los cimientos del Antiguo Régimen. Además, hay que destacar la influencia que ejerció en posteriores constituciones, contribuyendo a la expansión de las ideas liberales.