España en la Unión Europea
El Proceso de Formación de la Unión Europea
La integración de España en la Unión Europea ha sido uno de los hechos más importantes de nuestro país. Después de la Segunda Guerra Mundial, los países de Europa occidental tuvieron la necesidad de buscar una mayor integración para evitar futuros conflictos. Un paso inicial fue la creación en 1948 del BENELUX (unión aduanera entre Bélgica, Holanda y Luxemburgo).
En 1957, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo firmaron el Tratado de Roma, creando el Mercado Común Europeo. Su objetivo era la reducción de los aranceles proteccionistas aduaneros entre los países miembros. En 1967, se firmó el tratado de la unión que dio lugar a la Comunidad Económica Europea (CEE).
La primera ampliación de la CEE ocurrió en 1973 con la entrada del Reino Unido, Irlanda y Dinamarca. En 1982, Grecia se hizo socio de la CEE. Finalmente, en 1986, se produjo el ingreso de Portugal y España.
Aunque en 1962 España ya había solicitado su integración en las comunidades europeas, esta posibilidad fue inviable debido al sistema político español bajo la dictadura de Franco. Por este motivo, España solo consiguió ser socio comercial gracias al Acuerdo Preferencial firmado en 1970. La transición política y la instauración democrática abrieron nuevas perspectivas para la integración de España en Europa. En 1977, España fue admitida en el Consejo de Europa. Gracias al ministro Marcelino Oreja, se solicitó formalmente la adhesión a las comunidades europeas. Las negociaciones fueron difíciles, pero se firmó el acta de adhesión y el ingreso se produjo en 1986.
En 1987, se aprobó el Acta Única Europea, mediante la cual la CEE abandonó su antigua denominación para llamarse Comunidad Europea. En 1992, se firmó el Tratado de Maastricht, y la Comunidad Europea volvió a cambiar de nombre, pasando a denominarse Unión Europea. Con este tratado, desaparecían las barreras a la libre circulación de productos y personas dentro de los países europeos.
En 1995, la Unión Europea se amplió con la incorporación de tres nuevos países: Suecia, Finlandia y Austria. En 2002, se introdujo el euro como moneda común en los países de la Unión Europea. La Unión Europea ha continuado ampliándose e incorporando más países: en 2004 se unieron Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Lituania, Letonia, Estonia, Chipre y Malta; y en 2007, Rumanía y Bulgaria. En la actualidad, la Unión Europea cuenta con un total de 27 países miembros.
La Participación de España en las Instituciones de la Unión Europea
Las principales instituciones europeas son:
- Consejo de la Unión Europea: Es el principal órgano decisorio y legislativo. Está integrado por un ministro de cada uno de los países miembros, y su presidencia es rotatoria cada seis meses.
- Parlamento Europeo: Es el órgano legislativo, integrado por 785 diputados elegidos cada cinco años, 54 de ellos son españoles. Los diputados no se agrupan por países, sino por grupos políticos, y sus sesiones se celebran en Estrasburgo y Bruselas.
- Comisión Europea: Formada por un comisario de cada uno de los países miembros y un presidente elegido por los gobiernos de los estados miembros. Sus funciones incluyen la iniciativa legislativa, la gestión del presupuesto y la representación de la Unión en el ámbito internacional.
El Peso Económico de España en la Unión Europea
Desde el punto de vista económico, España tiene un PIB que ocupa el quinto lugar entre los países miembros de la Unión Europea. Los sectores económicos más importantes son la agricultura intensiva, los productos industriales y los servicios, como el turismo. Las empresas españolas también desempeñan un gran papel en el ámbito internacional.
No obstante, existen algunas deficiencias, como la escasa inversión que nuestro país dedica a la educación y a la investigación en comparación con otros países miembros, así como la elevada tasa de desempleo.
España en un Mundo Globalizado
Concepto de Globalización y Evolución Histórica
La globalización es un proceso que caracteriza al mundo actual y supone un movimiento de unificación entre diversas sociedades y territorios. Este proceso se inició en el siglo XVIII con la Revolución Industrial y dividió al mundo entre los países europeos más avanzados y el resto del mundo, dedicado a la obtención de materias primas. Esta división se vio favorecida por factores que intensificaron el comercio a escala internacional, como el colonialismo del siglo XIX, la navegación marítima a vapor y el ferrocarril, que hicieron posible el traslado de mercancías a lugares distantes.
En 1973, tras la crisis del petróleo, se inició la Tercera Revolución Industrial, caracterizada por el uso de nuevas fuentes de energía (como la nuclear), la robótica y la informática. Como consecuencia, los espacios y territorios industriales comenzaron a quedarse pequeños.
Las Dimensiones del Proceso de Globalización
El proceso de globalización tiene diferentes dimensiones:
- Económica: Con la globalización, el modelo capitalista se impone en todo el planeta, las fronteras se abren y se intensifican los flujos comerciales.
- Geopolítica: Las instituciones son cada vez más dependientes de decisiones adoptadas por organismos como el G-8. Esta situación limita la autonomía de los estados, que dependen de decisiones externas.
- De la Información: El desarrollo de los medios de comunicación (como Internet) ha favorecido la globalización de la información.
- Cultural: La cultura se ha estandarizado, tendiendo a una occidentalización del mundo.
- De los Movimientos de Población: Se observa una intensificación de las migraciones hacia los países más desarrollados.
- Ambiental: La globalización de los problemas ambientales demanda, en la actualidad, soluciones colectivas.
Este proceso también presenta aspectos negativos, ya que acentúa las desigualdades. Existen movimientos antiglobalización que denuncian las injusticias al beneficiar principalmente a los países más ricos. Sus métodos de actuación son diversos. Para coordinarse, se constituyó en 2001 el Foro Social Mundial en la ciudad de Porto Alegre.