La Arquitectura Barroca en Europa
Durante el Barroco, la arquitectura se caracterizó por el uso del orden colosal y una ornamentación rica y recargada. A pesar de estos elementos comunes, hubo claras diferencias entre países. En Italia, las fachadas eran curvas y dinámicas, como se ve en las obras de Bernini y Borromini, que daban sensación de movimiento a los edificios. En cambio, en Francia predominaban las fachadas rectas y superficies regulares, respetando las normas clásicas. Además, los palacios franceses se rodeaban de jardines geométricamente diseñados, como ocurre en el Palacio de Versalles.
Arquitectura Barroca en Italia
En Roma, Gian Lorenzo Bernini y Francesco Borromini representaron dos polos opuestos de la arquitectura barroca. Bernini trabajó para varios papas y la Compañía de Jesús. Sus obras más importantes incluyen:
- El Baldaquino de San Pedro
- La columnata de la plaza de San Pedro
- La Cátedra de San Pedro
- La iglesia de Sant’Andrea al Quirinale
Utilizaba mármol, respetaba las proporciones clásicas y buscaba espacios abiertos y bien iluminados. Por el contrario, Borromini, de carácter atormentado, trabajó para órdenes religiosas pobres y usó materiales más modestos como el estuco y el ladrillo. Rompió con las normas clásicas, creando formas nuevas, espacios reducidos y un efecto dramático de claroscuro. Entre sus obras destacan:
- San Carlo alle Quattro Fontane
- El Oratorio de San Felipe Neri
- Sant’Ivo alla Sapienza
- Sant’Andrea della Fratte
Arquitectura Barroca en Francia
En Francia, el gran ejemplo de arquitectura barroca es el Palacio de Versalles, símbolo del poder absoluto de Luis XIV. Originalmente un pabellón de caza, fue transformado a partir de 1661 y se convirtió en residencia real en 1668 y capital del reino en 1682. Fue obra de tres artistas principales:
- Jules Hardouin-Mansard (arquitecto)
- Charles Le Brun (decorador)
- André Le Nôtre (paisajista)
El conjunto destaca por su grandiosidad, los jardines perfectamente simétricos y una estética racional y controlada.
La Escultura Barroca: El Legado de Bernini
Bernini, gran escultor barroco, aprendió de su padre y comenzó copiando obras clásicas en Roma. Su escultura se divide en cuatro etapas:
- Juvenil: Encargos mitológicos y bíblicos para Scipione Borghese. Obras: Apolo y Dafne, El rapto de Proserpina, David.
- Alto barroco: Bajo Urbano VIII. Destaca el movimiento de las telas. Obra principal: San Longinos.
- Periodo medio: Escultura teatral (Éxtasis de Santa Teresa), Fontana dei Quattro Fiumi, retratos innovadores y estatua ecuestre de Constantino.
- Estilo tardío: Figuras espirituales, alargadas y dramáticas, como en los Ángeles del Puente Sant’Angelo.
La Pintura Barroca: Dos Corrientes en Italia
En la pintura barroca italiana surgieron dos corrientes enfrentadas: el clasicismo de los Carracci y el naturalismo de Caravaggio.
El Clasicismo de los Carracci
Los Carracci, inspirados en el arte grecolatino, recuperaron la proporción ideal del cuerpo humano y decoraron techos y paredes con frescos de estilo solemne. Annibale Carracci, el más destacado, trabajó en el Palacio Farnese en Roma, donde pintó en el Camerino historias mitológicas con intención moralizante (como las de Hércules y Ulises) y, en la Galería, el Triunfo de Baco y Ariadna, con arquitectura fingida y un estilo basado en el canon clásico y el dibujo detallado.
El Naturalismo de Caravaggio
Por otro lado, Caravaggio desarrolló un estilo naturalista, centrado en la representación de gente común con un realismo impactante y un uso dramático de la luz, conocido como tenebrismo. En su fase inicial (1590-1599), pintó escenas callejeras, bodegones (La cesta de frutas) y figuras ambiguas como Baco y El tañedor de laúd. En la fase intermedia (1600-1606), alcanzó su madurez con obras religiosas como La vocación de San Mateo, La crucifixión de San Pedro y La muerte de la Virgen. Finalmente, en su etapa final (1606-1610), ya en huida, realizó obras como Las siete obras de misericordia y La decapitación del Bautista, manteniendo siempre su estilo provocador y profundamente humano.
Pintura en Flandes y Holanda
Tras el Tratado de Amberes (1609), los Países Bajos se dividieron en dos:
Flandes (Sur, católico y monárquico)
- Pintura religiosa de gran formato, mitología decorativa, retratos que muestran el rango social y bodegones de abundancia.
- Rubens fue su gran figura: dominó todos los géneros con un estilo brillante y dinámico. Su taller en Amberes produjo miles de obras. Destacan:
- La elevación de la cruz
- El descendimiento
- El triunfo de la Eucaristía
- Las decoraciones de palacios como el de María de Medici
Holanda (Norte, protestante y republicana)
- Pintura doméstica y de pequeño formato, con temas bíblicos, escenas costumbristas moralizantes, retratos de grupos cívicos y bodegones austeros.
- Rembrandt destacó por su uso del claroscuro suave, retratos íntimos, y obras como La lección de anatomía, La ronda de noche y Aristóteles contemplando el busto de Homero.
- Vermeer, maestro de la luz y la intimidad, pintó interiores tranquilos como La lechera, Mujer leyendo una carta, El arte de la pintura y Vista de Delft.