Etimología del Término Persona
El término personalidad proviene del vocablo latino persona, que a su vez deriva del griego prosopon, que significa ‘máscara’, las cuales usaban los actores en el teatro. Así como la máscara asumida por el actor, el término persona sugería la imagen que se quería proyectar.
En Roma, en el siglo I, Cicerón utilizó el término persona con cuatro sentidos diferentes:
- Imagen ofrecida a los demás.
- Papel del comediante en una obra.
- Interacción de cualidades del individuo orientadas a la acción.
- Sinónimo de prestigio y dignidad.
Con frecuencia, la personalidad se asocia con el atractivo social, expresado en la frase “tener personalidad”.
Características Fundamentales de la Personalidad
Los rasgos de la personalidad se estudian bajo tres elementos clave: la persona, la situación y la conducta. Sus características principales son:
- La personalidad no es una entidad física; es un constructo psicológico inferido a partir de la observación de la conducta.
- Representa la forma habitual del comportamiento de una persona.
- Se produce por la interacción entre la genética y el ambiente del individuo, el aprendizaje social y las experiencias vividas.
- La personalidad es una forma de pensar, percibir o sentir, y esto puede variar; la flexibilidad es indispensable para un buen funcionamiento psicológico a nivel individual, social y cultural.
El Descubrimiento del Inconsciente según Freud
Sigmund Freud postuló que algunas de las dolencias de sus pacientes estaban ocultas en el inconsciente, estableciendo así dos niveles de conciencia principales:
- Nivel Consciente: Formado por percepciones, pensamientos y recuerdos de los que somos siempre conscientes. Esta instancia psíquica se rige por el principio de realidad.
- Nivel Preconsciente: Constituido por pensamientos, recuerdos y aprendizajes no conscientes a los que podemos acceder con cierta facilidad.
- Nivel Inconsciente: Contiene experiencias desagradables y peligrosas que han sido reprimidas. Se basa en el principio de placer.
Freud situó entre el preconsciente y el inconsciente la censura, un mecanismo que reprime los deseos e impulsos agresivos y sexuales. Esta censura solo se relaja durante el sueño, permitiendo que los deseos reprimidos se expresen de forma simbólica, lo que subraya la importancia del psicoanálisis para su interpretación.
Estructura de la Personalidad: Ello, Yo y Superyó
Según la teoría freudiana, la personalidad se estructura en tres instancias principales:
El Ello (Id)
Es la parte más primitiva de la personalidad, consistente en energía psíquica que busca satisfacer los impulsos inconscientes de supervivencia, reproducción y agresión, los cuales requieren una satisfacción inmediata. Se rige por el principio de placer.
El Yo (Ego)
Es la instancia racional y realista de la personalidad, que surge a partir del Ello. Está formada por elementos conscientes e inconscientes. Su función principal es la conservación del individuo, permitiéndole adaptarse a las normas sociales, a menudo opuestas a las demandas del Ello. Se rige por el principio de realidad.
El Superyó (Superego)
Surge a partir del Yo en un proceso de interiorización de las normas sociales y culturales. La necesidad de afecto y reconocimiento, junto con el miedo al castigo, obligan al niño a aceptar las normas paternas y sociales que este encarna. Estas normas interiorizadas forman la conciencia moral, cuyo objetivo es presionar al Yo, señalar cómo debería comportarse, suscitar sentimientos de culpa e inhibir las pulsiones sexuales y agresivas del Ello.
Pulsiones y Principios Fundamentales en la Teoría Freudiana
Anteriormente, se creía que el ser humano era puramente racional y se guiaba por deseos y creencias reflexionadas. Sin embargo, Freud postuló la existencia de pulsiones o impulsos inconscientes.
Al comienzo de su carrera, Freud identificó dos pulsiones principales:
- Pulsiones de autoconservación del Yo: Relacionadas con las necesidades fisiológicas básicas (hambre, sed, etc.).
- Pulsiones sexuales: Cuya energía, la libido, se dispersa por los órganos corporales y durante la adolescencia se unifica en la zona genital.
Posteriormente, modificó su teoría para incluir:
- Eros (Pulsión de Vida): Determina comportamientos que tienden a unir y armonizar. Incluye impulsos de amor y sexo que llevan a los seres humanos a buscar compañía, reconocimiento y comprensión de otros.
- Tánatos (Pulsión de Muerte): Determina comportamientos que tienden a separar, incluyendo impulsos de agresividad y destrucción.
Estas pulsiones se rigen por dos principios fundamentales:
- Principio de Placer: La tendencia humana a conseguir placer y evitar el dolor de forma inmediata.
- Principio de Realidad: Indica que el Yo trata de adaptarse al ambiente, regulando los deseos en función de la cultura y renunciando al placer inmediato cuando es necesario.
El psicoanálisis freudiano sugiere que, para preservar la condición humana, es necesario renunciar a las ilusiones infantiles, afrontar el dolor de existir y aceptar que es imposible complacer todos los deseos.
La Teoría de la Personalidad de Hans J. Eysenck
Hans J. Eysenck (1916-1997) fue un influyente investigador de la personalidad y uno de los fundadores de la terapia conductual. Entre sus obras más influyentes se encuentran Los fundamentos biológicos de la personalidad y La medición de la personalidad.
Eysenck buscó sintetizar la psicometría (mediante el análisis factorial), la fisiología experimental de Iván Pávlov (excitación e inhibición cortical) y el aprendizaje, con el fin de comprender la personalidad. Propuso un nivel jerárquico de la personalidad:
- Respuestas Específicas: Conductas que ocurren una sola vez.
- Respuestas Habituales: Conductas regulares y recurrentes.
- Rasgos Primarios: Respuestas habituales que se relacionan entre sí hasta formar un rasgo.
- Macrorrasgos: Organización de los rasgos de forma estable y con capacidad de predicción en la conducta. En este nivel, Eysenck propuso tres variedades tipológicas principales:
- Extroversión: Orientación hacia el mundo exterior.
- Neuroticismo: Estabilidad emocional vs. inestabilidad.
- Psicoticismo: Tendencia a la impulsividad y la agresión.
Los Cinco Grandes Rasgos de la Personalidad (Big Five)
El modelo de los Cinco Grandes Rasgos de la Personalidad (Big Five) es ampliamente aceptado y describe la personalidad a través de las siguientes dimensiones:
- Neuroticismo (o Estabilidad Emocional): Tendencia a experimentar emociones negativas como ansiedad, ira o depresión.
- Extroversión (o Introversión): Grado de sociabilidad, asertividad y búsqueda de estimulación.
- Amabilidad (o Cordialidad): Tendencia a ser compasivo, cooperativo y confiado.
- Responsabilidad (o Conciencia): Grado de organización, disciplina y orientación a metas.
- Apertura a la Experiencia (o Intelecto/Imaginación): Disposición a la novedad, la curiosidad intelectual y la creatividad.
Conceptos Clave en el Estudio de la Personalidad
Introversión
Condición de la persona que se distingue por su inclinación hacia el mundo interior, por la dificultad para las relaciones sociales y su carácter reservado.
Temperamento
Herencia biológica que representa la influencia física codificada y, por tanto, difícil de cambiar.
Carácter
Conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido durante la vida y que suponen un cierto grado de conformidad social.
Personalidad
Conjunción de las anteriores (temperamento y carácter). Es el conjunto de características psicológicas que expresamos en todos nuestros actos.
Rasgo
Predisposición para responder o actuar siempre de la misma manera a lo largo del tiempo y en todas las situaciones.
Conciencia
- Sentido ético o moral de una persona que le permite obrar distinguiendo el bien del mal.
- Capacidad de reconocer la realidad.
- Actividad mental del propio individuo que le permite sentirse presente en el mundo y en la realidad.
Represión
Proceso de negación de una idea o impulso, relegándolo al subconsciente.