Filosofía de la Técnica y Estética: Perspectivas Clave

La Técnica y la Tecnología: Una Reflexión Filosófica

La técnica es definida por Ortega y Gasset como «una habilidad mediante la cual se transforma una realidad natural en una realidad artificial». Habitualmente, técnica y tecnología se usan como términos sinónimos, aunque cada vez se distinguen más. El término técnica se reserva para las técnicas artesanales (que no incorporan conocimientos científicos), y la tecnología designa las técnicas industriales (vinculadas al conocimiento científico).

Filosofía de la Técnica y sus Pensadores

La filosofía de la técnica (o de la tecnología) es una reflexión profunda sobre los sistemas técnicos y los efectos que tienen en la sociedad. Se pregunta sobre la naturaleza, el valor y las consecuencias sociales del fenómeno tecnológico.

  • Lewis Mumford: Realiza una interpretación del valor de la técnica, de sus consecuencias sociales y de las posibles reformas que se deban introducir en un sentido claramente filosófico.
  • Ortega y Gasset: Considera que el ser humano debe crearse a sí mismo. El ser humano es proyecto, y es la técnica la que le ayuda a crearlo. Distingue tres momentos por los que el género humano ha pasado en la elaboración de sus técnicas:
    1. Técnica del azar.
    2. Técnica del artesano.
    3. Técnica del técnico (tecnología).
    Esta última, la tecnología, anula al ser humano, pues lo esclaviza o lo hace dependiente de ella.
  • Heidegger: Para él, la técnica es una forma de verdad, de «desvelamiento» del ser.
  • Jürgen Habermas: Opina que la ciencia y la tecnología no buscan realmente la verdad, ya que están contaminadas de valores e intereses ajenos a esta búsqueda. La sociedad tecnológica y la burocratización del Estado han llevado a la despolitización y la apatía cívica. Solo los técnicos de la política pueden tomar decisiones acertadamente. La tecnología se ha convertido en un instrumento de dominación.
  • Hans Jonas: Alerta de los peligros de la técnica para el ser humano y de las consecuencias catastróficas para el medio ambiente. Frente a esto, se requiere un nuevo tipo de acción humana que garantice la pervivencia del planeta.

La Sociedad del Riesgo y el Control de la Razón

El sociólogo Ulrich Beck considera que la sociedad de nuestro tiempo vive el «riesgo» de «colapsarse», de vivir la pesadilla de una catástrofe medioambiental global. El futuro se percibe con incertidumbre, y la manera en que este futuro es esperado influye también en cómo se va produciendo. Se da así la paradoja de que actuar contra el riesgo es también un riesgo.

Los análisis filosóficos insisten con frecuencia en los peligros y los males que la tecnología puede provocar en la humanidad. Sin embargo, muchos de estos análisis están cargados de irracionalidad y otros parten de supuestos no probados. Películas como Blade Runner sintetizan los temores que la técnica suscita: máquinas que piensan y se rebelan.

La tecnología tiene, sin duda, efectos negativos, pero estos solo pueden ser combatidos con conocimientos adecuados. La respuesta no es negar la máquina irracionalmente, sino someterla al control de la razón.

La Estética y la Experiencia de la Belleza

La obra de arte se guía por la intuición de la belleza, la misma intuición que nos permite captar lo que hay en un mundo. La intuición estética es una vivencia, una experiencia a la vez intelectual y emocional.

Para algunos, se trata de una simple, fugaz y pasajera reacción fisiológica. Así, la psicología empirista tiende a reducir la emoción estética a la sensación o el conjunto de sensaciones que el hecho estético provoca en el sujeto que lo percibe. Según otros, logra tal complejidad que solo resulta asequible a técnicos expertos o espíritus selectos. Cuando se escucha una canción, ¿es el oído lo que se complace? No, es el sujeto en conjunto el que se conmueve. La experiencia estética es siempre una experiencia construida. Cada persona, cultura o cada generación ha privilegiado unos gustos u otros.

A pesar de esta variedad, se pueden señalar estos rasgos en la vivencia de la belleza:

  1. Admiración y contemplación: La vivencia estética nace de la admiración ante el fenómeno que rompe la cotidianidad y atrae.
  2. Placer desinteresado: El fenómeno estético produce un placer admirativo no posesivo. La pura contemplación llena al sujeto.
  3. Intensidad y brevedad: Cuando la vivencia estética alcanza una gran intensidad, se puede producir un «arrebato». El sujeto queda suspendido por la presencia de belleza y se produce una cierta pérdida del yo, al tiempo que se origina una exaltación de los sentidos.

Definiendo la Belleza: Objetivismo y Subjetivismo

La experiencia subjetiva de la contemplación implica una alteridad que está fuera del sujeto y que consideramos bella. Pero, ¿qué es la belleza? ¿Las cosas nos gustan porque son bellas o son bellas porque nos gustan? Dos posiciones recorren la historia de la filosofía para responder a esta última pregunta:

  • a) El Objetivismo: La belleza es la armonía constitutiva de las cosas. Esta fue la posición dominante hasta el siglo XVIII, con la excepción exclusiva de los sofistas.
  • b) El Subjetivismo: La belleza reside en los seres humanos, que proyectan un sentimiento en su mirada. El ser humano tiene sentimientos de belleza. Esta es la posición dominante desde el siglo XVIII hasta la actualidad.

Pero los intentos por definir la belleza han fracasado siempre, porque el concepto de belleza no es unívoco. Con frecuencia se encuentran diversos términos que hacen referencia a la misma idea de belleza; entre todos, destaca el de «sublime». La distinción entre belleza y sublimidad adquiere con Kant un valor filosófico muy destacado:

  1. La belleza es una realidad aprehensible. La contemplación de esta es sosegada y tranquila, no asusta ni incomoda.
  2. La sublimidad sobrecoge al ser humano. Cuando el ser humano se enfrenta en la naturaleza con algo extremadamente vasto, lo lleva a experimentar lo sublime como un sentimiento que lo engrandece y dignifica.

El sentimiento de la belleza se rompe a veces por la presencia de la fealdad. Tradicionalmente, la fealdad se ha considerado la ausencia de la belleza. Se ha presentado como desorden, como símbolo del error o del mal, como falta de Ser. En la actualidad, la fealdad se concibe como la denuncia de un mundo brutal y como la posibilidad de una belleza distinta, más humana y más justa.

La Estética como Disciplina Filosófica

El estudio de la belleza y la vivencia de esta es el objeto de la estética. El filósofo se pregunta qué constituye la esencia de la obra artística, cuál es su génesis, qué notas la caracterizan, etc.

  • Desde la antigüedad hubo una reflexión sobre la belleza y el arte.
  • La visión platónica de la estética es una visión intelectualizada. La búsqueda de la belleza exige superar la realidad aparente para llegar a las ideas, que son la auténtica realidad. En la cúspide de todas las ideas se sitúa la idea del bien y la de la belleza.
  • Aristóteles incide en la dimensión contemplativa de los elementos estéticos. Mientras que el bien se hace, las cosas bellas se contemplan.
  • El cristianismo vio el arte como un instrumento didáctico para mostrar las verdades de fe.
  • En el siglo XVIII, Baumgarten fue el primero en utilizar el término «estético» para referirse a esta disciplina filosófica. Con él se inicia un giro subjetivista en el que la belleza se identifica con el gusto. Kant lo define como un gozo desinteresado y libre. El placer estético se expresa en forma de juicio. Cuando escuchamos una canción o estamos ante un paisaje, experimentamos un placer sensorial; sin embargo, el componente sensitivo no es el único, exige una intervención que juzga. Se trata del «juicio estético». Con este se cumple el acto de la vivencia y la valoración estética.