Filosofía de Ortega y Gasset: El Yo, la Circunstancia y la Razón Vital

Superación del Idealismo y el Realismo: El Yo y la Circunstancia

Punto de partida: El realismo privilegia la cosa en sí, mientras que el idealismo privilegia la consciencia. Ortega toma una nueva actitud: yo soy yo y mis circunstancias.

La circunstancia es el mundo en el que vivimos en tanto que me constituye; solo es tal para mí. El yo y la circunstancia no son separables. Esta relación yo-mundo Ortega la llama vida, es decir, la realidad radical.

La vida de Ortega constituye la realidad radical y se caracteriza por:

  • Es personal (de cada uno).
  • Siempre tiene algo que hacer.
  • Es libre (decide qué hacer y qué no).
  • Es intransferible (solo puedo vivirla yo).

Ser es acontecer: Ortega rechaza la concepción del ser como lo fijo; considera al ser dinámico, el ser es acontecer. La esencia del ser humano es ser drama, historia, acontecimiento. Y el ser humano no es ninguna cosa. Ortega decía que el hombre no tiene naturaleza en sí, sino que tiene historia.

Recuperación de la concepción griega de verdad: Si lo primero ya no son las cosas por un lado y el pensamiento por otro, la concepción tradicional de la verdad también cambiará y dejará de ser adecuación para pasar a ser desvelamiento.

Frente al Racionalismo: Perspectivismo y Razón Vital

Perspectivismo: Frente al racionalismo, que niega la vida y se basa en que los fenómenos vitales son cambiantes, y el relativismo, que niega todo tipo de verdad absoluta y hace de la verdad un problema subjetivo (de cada uno), Ortega crea el perspectivismo: asume que la realidad no podrá verse siempre igual debido a su propia naturaleza y, es más, aquel mundo que fuese siempre igual sería un mundo ilusorio. Las perspectivas no se excluyen, sino que se complementan. Dios es la suma de todas las perspectivas.

Ortega acabará formulando una alternativa al racionalismo clásico que llamará Razón Vital.

La Razón Vital

Sócrates se fundamenta en el conocimiento como conocimiento de lo universal, por lo que se basa en definiciones invariables que son válidas para todos y para todas las épocas históricas. Platón, sin embargo, acentúa el valor del ser y de la razón.

A raíz de la modernidad, la razón es concebida como un proceder de tipo lógico-matemático que trata de conocer el mundo. La matematización de la razón es un avance extraordinario en las ciencias naturales (física), pero a su vez es inapropiada para el conocimiento de lo humano, ya que las ciencias humanas son poco precisas y rigurosas y, por tanto, incapaces de descubrir su objeto de estudio. Esto se debe a que los asuntos humanos están siempre en permanente cambio y se deben a su naturaleza temporal, histórica.

Entonces, dado que los asuntos humanos escapan a la comprensión lógico-matemática, hay dos opciones: la primera sería aceptar que respecto a lo humano solo cabe el irracionalismo, y la segunda sería replantearse qué entendemos por razón y buscar insuficiencias.

Ortega, al igual que Dilthey y Husserl, se decanta por la segunda y llega a la conclusión de que las insuficiencias de la razón lógico-matemática se deben a que este tipo de razonamiento es solo un tipo peculiar de la razón. Esa razón global Ortega la llama Razón Vital.

La razón es un instrumento de la misma vida; este concepto es más amplio que el concepto de razón que tienen los racionalistas. Ortega no rechaza la razón, sino que rechaza el uso restringido que hace el racionalismo de ella. Esto se debe a que la razón de tipo matemático es solo un uso peculiar de la razón vital. Este concepto de razón es más amplio y engloba los fenómenos de tipo humano.

Partiendo de ahí, Ortega intenta hacer explícitas las categorías de la razón vital y sustituirlas por categorías del entendimiento. Las categorías de la vida, es decir, lo que estructura la vida humana y permite explicarla, son:

  1. Encontrarse: En principio es “estar ahí”.
  2. Ocuparse: El hombre es acción y drama, por lo que, dada una relación yo-mundo, lo contrario a ocuparse sería despreocuparse. Esto es, por así decirlo, “dejarse arrastrar”, pero esto es también una forma de ocuparse.
  3. Perspectiva: Mi vida es relación particular con el mundo.
  4. Libertad y Proyecto: La libertad es un carácter problemático de mi vida; la vida no es una realidad acabada, sino que es algo que tengo que hacer. Puesto que el hombre es forzosamente libre, el mundo está abierto a múltiples posibilidades.
  5. Circunstancia: Aunque el hombre sea libre, su libertad no es pura indeterminación, pues el hombre es una conciencia determinada por las circunstancias que le imponen.
  6. Temporalidad: La vida es un proyecto, una futurización; el ser es dinámico y está en continuo movimiento. Esto hace a la vida radicalmente histórica.