Historia y Dinámica de los Mercados Financieros: Desde las Sociedades por Acciones hasta las Burbujas y el Patrón Oro

Orígenes y Dinámica de los Mercados Financieros

El Nacimiento de las Sociedades por Acciones y la Bolsa de Valores

En 1602, los Estados Generales de los Países Bajos tomaron una decisión trascendental: unificar todas las entidades de comercio marítimo existentes, creando así un monopolio comercial. Esta iniciativa dio origen a la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC), cuyo capital se dividió en acciones. Estas acciones fueron vendidas a personas sin ningún límite o control aparente. Sin embargo, los accionistas tenían un control limitado sobre sus inversiones, ya que la VOC logró que el gobierno la eximiera de la publicación de sus cuentas y de la devolución del capital a los accionistas que desearan recuperarlo. Así, la única opción para un inversor que quisiera salir era vender sus acciones a otro inversor.

De esta manera, nació la sociedad por acciones y, con ella, el mercado de valores. Este modelo ha permitido a la sociedad moderna emprender proyectos arriesgados con inversiones potencialmente costosas. Con la consolidación de la banca y el mercado de valores, se estableció la sociedad de acciones de responsabilidad limitada (con personalidad jurídica propia), una figura que protege a los inversores en caso de fracaso empresarial, limitando su riesgo al capital aportado.

En la práctica, el mercado de valores o la bolsa ejerce una influencia considerablemente mayor sobre este tipo de empresas que los propios accionistas individuales.

Las Burbujas Financieras: Un Fenómeno Recurrente

Los valores de las empresas en bolsa están sujetos a constantes fluctuaciones, a menudo influenciadas por la actitud irracional del ser humano. Esta irracionalidad puede conducir a la formación de una burbuja financiera, un fenómeno en el que los precios de los activos se inflan desproporcionadamente respecto a su valor intrínseco. Cuando la burbuja estalla, las acciones comienzan a venderse y a depreciarse masivamente.

A lo largo de los últimos 400 años de historia bursátil, se han producido un gran número de estallidos de burbujas financieras. Podemos diferenciar cinco etapas clave en el ciclo de una burbuja:

  • Movimiento: Cuando comienzan a surgir oportunidades de inversión y los precios empiezan a subir.
  • Euforia: El optimismo se generaliza, atrayendo a más inversores y acelerando el aumento de precios.
  • Manía: La especulación alcanza su punto álgido, con precios desorbitados y una participación masiva, a menudo de inversores inexpertos.
  • Aflicción: Los precios empiezan a caer, generando preocupación y algunas ventas.
  • Repulsión: Las cotizaciones se desploman masivamente, provocando pánico y ventas generalizadas.

En este contexto, los inversores más experimentados, o “iniciados”, a menudo intentan aprovecharse de los “neófitos” que tienen poca información. Los expertos suelen vender sus acciones antes de que la burbuja estalle, librándose así de la depreciación. Es importante destacar que el origen de las burbujas financieras a menudo se relaciona con la fácil creación de crédito por parte de los bancos, lo que facilita la especulación.

La Tulipomanía: Un Caso Histórico de Burbuja Especulativa

La Tulipomanía fue un periodo de euforia especulativa que se produjo en los Países Bajos durante el siglo XVII. El objeto de esta especulación fueron los bulbos de tulipán, cuyo precio alcanzó niveles desorbitados, dando lugar a una gran burbuja económica y una subsiguiente crisis financiera.

Factores que Impulsaron la Tulipomanía

Varios factores explican el origen de la Tulipomanía holandesa:

  • El éxito de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y la prosperidad comercial general de los Países Bajos, que generaron un excedente de capital.
  • El creciente gusto por las flores, especialmente las exóticas, que se convirtieron en un objeto de ostentación y un símbolo de riqueza entre las clases adineradas.

En febrero de 1637, un lote de tulipanes de gran rareza se vendió por la asombrosa cifra de 90.000 florines, marcando la última gran venta de tulipanes a precios exorbitantes. Al día siguiente, un lote de medio kilo se puso a la venta por 1.250 florines sin encontrar comprador. En ese momento, la burbuja estalló. Los precios comenzaron a caer en picado y no hubo manera de recuperar la inversión: todo el mundo vendía y nadie compraba. Se habían comprometido enormes deudas para comprar flores que ahora no valían nada. Las bancarrotas se sucedieron y golpearon a todas las clases sociales. La falta de garantías de ese peculiar mercado financiero, la imposibilidad de hacer frente a los contratos y el pánico generalizado llevaron a la economía holandesa a la quiebra.

El Patrón Oro: Origen y Desafíos

El Establecimiento del Patrón Oro

El desarrollo del patrón oro fue uno de los grandes hitos monetarios de los últimos tiempos. Hasta 1870, la mayoría de los países no utilizaban el oro como base exclusiva de su oferta monetaria. Fue a partir de entonces cuando se establecieron unos tipos de cambio fijos basados en el patrón oro, marcando una nueva era en los sistemas monetarios internacionales.

En ese momento, el bimetalismo (el uso de monedas de oro y de plata como base monetaria) se vio sometido a grandes presiones, principalmente debido a la Revolución Industrial y a las crecientes rivalidades internacionales.

La mayor dificultad que enfrentó el continente europeo para gestionar su patrón bimetálico fue el crecimiento exponencial de las transacciones internacionales, impulsado por la reducción de aranceles y la disminución de los costes del transporte. Esto provocó un aumento de la circulación de monedas extranjeras de plata, lo que llevó a los distintos países a acuñar más moneda de plata. Además, nuevos descubrimientos de yacimientos de plata inundaron el mercado mundial, haciendo aún más difícil mantener el sistema bimetálico.

Por si fuera poco, Gran Bretaña, que había adoptado el patrón oro en primer lugar, se consolidó como la principal potencia industrial y comercial del mundo. Por lo que, cualquier país que deseara comerciar eficazmente con el Reino Unido se vio impulsado a seguir su ejemplo y adoptar también el patrón oro.

Inestabilidad del Patrón Oro en la Periferia

A pesar de su aparente estabilidad en el centro europeo, el patrón oro demostró ser un sistema inestable en la periferia, es decir, fuera de las principales potencias europeas.

El Banco de Inglaterra, como institución central del sistema, tenía la capacidad de obtener ayuda extranjera y reconocía el peligro de que se extendiera la inestabilidad financiera. Podía ofrecer apoyo a países como Alemania o Francia, pero no lo hacía con naciones en Latinoamérica, por ejemplo. Esto se debía a que, al estar tan lejos, se consideraba que la inestabilidad en dichos países no afectaría significativamente al sistema monetario central. Además, muchos de estos países periféricos no tenían un banco central o, si lo creaban, eran instituciones bastante débiles.

Asimismo, los países (fuera de Europa) productores y exportadores de materias primas sufrían grandes fluctuaciones en los precios de sus productos, lo que los desestabilizaba económicamente bajo el patrón oro.

Por último, los factores políticos y sociales que facilitaban el funcionamiento del patrón oro en Europa tenían menos arraigo y poder en otras partes del mundo, como por ejemplo en los Estados Unidos, lo que contribuía a su inestabilidad en esas regiones.