Hitos Clave de la Historia de España: Reformas, Liberalismo y Revoluciones

El Reinado de Isabel II: La Década Moderada (1844-1854)

Las bases políticas del reinado isabelino se caracterizaron por un liberalismo moderado, consolidado durante la conocida como Década Moderada.

Bases Políticas del Liberalismo Moderado

La Constitución Conservadora de 1845

En esta Constitución se afirmó la soberanía compartida y se ampliaron los poderes de la Corona: el Rey podía nombrar y separar a los Ministros, nombrar a los Senadores, se implantó un sufragio censitario muy restringido, se proclamó la confesionalidad católica del Estado y se suprimieron la Milicia Nacional, los juicios por jurados y los Ayuntamientos, cuyos alcaldes eran de origen electivo.

La Ley de Ayuntamientos de 1845

Esta ley consolidó un Estado centralista al regular la intervención de la Corona en el nombramiento de los alcaldes de todas las capitales de provincia y de los municipios de más de 2.000 habitantes. En los demás municipios, los nombraría el Jefe Político por delegación real.

La Reforma de la Hacienda de Mon-Santillán (1845)

Esta reforma estableció en España dos impuestos directos (la “contribución de inmuebles, cultivo y ganadería” y el “subsidio industrial y comercial”) y otro indirecto sobre el “consumo”, impuesto imprescindible en un país en el que hubo muchas dificultades para establecer una fiscalidad directa.

El Concordato de 1851

Este acuerdo buscó reconciliar al régimen isabelino con la Iglesia tras el proceso de desamortización eclesiástica iniciado en 1836 por Mendizábal. Se devolvieron al clero regular los bienes desamortizados aún no vendidos, aunque obligándolos a venderlos y a colocar sus ingresos en títulos de Deuda Pública. A cambio, la Iglesia vio reconocida la Religión Católica como única en España, se prohibió cualquier otra y se le reconocieron derechos para adquirir nuevos bienes en propiedad, o privilegios para intervenir en la enseñanza o en la censura de publicaciones religiosas.

Centralización y Uniformidad en la España Borbónica (Siglo XVIII)

Reformas Político-Administrativas de Felipe V y Fernando VI

Los primeros Borbones españoles, Felipe V y Fernando VI, asumieron la tarea de unificar y reorganizar los diferentes reinos peninsulares a través de los Decretos de Nueva Planta. Impulsaron la organización político-administrativa de Castilla a los territorios de la Corona de Aragón, con la excepción de Navarra y el País Vasco. La Nueva Planta abolió las Cortes de los diferentes reinos y las unió todas en las Cortes de España, centradas en Castilla. El monarca estaba por encima de cualquier institución. Su labor era auxiliada por las secretarías, parecidas a los actuales ministerios. Los secretarios eran nombrados y sustituidos por el rey. Para la reorganización del territorio crearon demarcaciones provinciales. La aportación del nuevo modelo administrativo fue la introducción del cargo de intendente, una persona que dependía directamente del rey y gozaba de grandes poderes, y cuya misión era la recaudación de impuestos.

Reorganización de la Hacienda Real

Otro punto que llevó a cabo Fernando VI fue la reorganización de la Hacienda, por la cual se estableció un impuesto directo que incluía a todas las clases sociales (privilegiados, etc.). Gracias a este impuesto se vieron beneficios muy pronto y se intentó aplicar a toda España, pero las fuertes resistencias de los privilegiados impidieron su expansión.

La Revolución de 1868: “La Gloriosa” y el Fin del Reinado de Isabel II

Contexto y Causas del Levantamiento

La revolución política conocida como “La Gloriosa” puso fin al reinado de Isabel II, obligada a partir al exilio por un pronunciamiento militar encabezado por los líderes del progresismo, secundados por los hombres de la Unión Liberal (Gral. Serrano) y del Partido Demócrata. Con “La Gloriosa”, fracasaba la implantación en España de un liberalismo conservador y censitario. La Revolución de 1868 puso de manifiesto la incapacidad del régimen isabelino de aceptar a la otra familia del liberalismo español nacida en Cádiz, que tan solo disfrutó de dos años el poder en el conocido como “Bienio Progresista” (1854-1856). Los progresistas tuvieron el tiempo suficiente para emprender una nueva desamortización, esta vez civil, la promulgada por Madoz en 1855, y una Ley de Ferrocarriles.

El Liberalismo en España: Moderados vs. Progresistas

Las diferencias entre moderados y progresistas, en unos casos, eran de matiz; en otros, eran más radicales. Especialmente, los progresistas defendían la soberanía nacional, las limitaciones del poder real, la Milicia Nacional, el juicio por jurados o los alcaldes electivos. A medio camino entre los moderados y progresistas se formó el Partido de la Unión Liberal, liderado por O’Donnell, y fórmula de recambio para alternarse con los moderados hasta los años sesenta. Por la izquierda del progresismo, se situó el Partido Demócrata.

Crisis del Régimen Isabelino y el Pacto de Ostende

En primer lugar, subrayamos el fuerte intervencionismo de la Corona en el sistema político con un indisimulado apoyo al Partido Moderado o a la Unión Liberal, en detrimento de los progresistas. En 1866, España vivía una crisis financiera como consecuencia de la caída del valor de las acciones ferroviarias y de los títulos de Deuda Pública. En el sistema político se asistía al retraimiento de los progresistas, que no concurrieron a las elecciones generales desde 1863. A ello se unía el agotamiento del régimen político isabelino, representado por el exilio voluntario en 1867 de O’Donnell a París, y la muerte en 1868 del General Narváez. El trono parecía quedarse aislado y a merced de las conspiraciones que se tramaban fuera de España por los militares exiliados. Así, en 1866, progresistas y demócratas firmaron el Pacto de Ostende para derribar la monarquía isabelina y establecer un régimen liberal democrático. Este pacto se reforzó en 1867 al unirse a él los militares del unionismo, representados por el General Serrano. Después de algunos intentos frustrados, la oportunidad llegaría en septiembre de 1868. Había estallado la “Gloriosa”.

Legado Legislativo de las Cortes de Cádiz (1810-1814)

Decretos Fundamentales de las Cortes de Cádiz

  • Decreto de abolición de los señoríos jurisdiccionales.
  • Decreto de reforma de la Hacienda (1811): Se estableció una contribución extraordinaria de guerra.
  • Decreto de desamortización de los bienes eclesiásticos (1812).
  • Decreto de abolición del Santo Oficio de la Inquisición (1813).

Principios del Liberalismo Económico

  • Decreto de traspaso de la propiedad privada de realengos y baldíos (1813).
  • Decreto sobre la libertad de cerramientos, arrendamientos y usos agrícolas de las tierras.
  • Decreto sobre la libertad de industria (1813).
  • Decreto sobre la libertad de contratación en campos y fábricas.
  • Supresión de los mayorazgos inferiores a 3.000 ducados anuales (1813).
  • Decreto de disposición o venta de los “bienes nacionales”.