La Celestina

Personajes


Calisto:

Joven y apasionado. Es egoísta, impaciente e inseguro. Se caracteriza por su locura de amor y por su pasión amorosa.

Melibea:

Presenta un conflicto interior y evoluciona a lo largo de la obra. Se muestra como una mujer moderna y tremendamente humana. Se queja de no poder mostrar sus sentimientos por su condición femenina. Es tentada por el amor, ama y teme perder su honra y agraviar a sus padres, pero se entrega al amor y goza.

Celestina:

Es codiciosa y astuta. Ha pasado a la historia como arquetipo de alcahueta. Ejerce distintos oficios: prostituta vieja, hechicera. Conoce las pasiones humanas y media en las relaciones amorosas como en la de Calisto y Melibea. Tiene un único móvil: obtener dinero.

Sempronio y Pármeno:

Coinciden en su comportamiento egoísta basado en el engaño, la falsedad, son codiciosos y cobardes. Se mueven por el interés sexual y económico. Son los criados de Calisto.

Elicia y Areúsa:

Jóvenes prostitutas instrumentos de Celestina para conseguir dinero. Sienten rencor por las clases altas.

Padres de Melibea:

Son modelo de padres ingenuos y confiados en la educación que le dan a su hija. El padre se muestra humano y tierno en el plano final.

Otros personajes:

Lucrecia, criada fiel de Melibea; Tristán, paje joven; Sosia, mozo de espuelas; Centurio, soldado cobarde y charlatán. 

Resumen

La Celestina nos presenta una sociedad dominada por el amor desenfrenado y por la codicia. La obra comienza cuando Calisto ve casualmente a Melibea en el huerto de su casa, donde ha entrado a buscar un halcón suyo, pidiéndole su amor. Esta lo rechaza, pero ya es tarde, ha caído violentamente enamorado de Melibea. Por consejo de su criado Sempronio, Calisto recurre a una vieja prostituta y ahora alcahueta profesional llamada Celestina quien, haciéndose pasar por vendedora de artículos diversos, puede entrar en las casas y de esa manera puede actuar de casamentera o concertar citas de amantes; Celestina también regenta un prostíbulo con dos pupilas, Areúsa y Elicia. El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue maestra de Celestina, intenta disuadirlo, pero termina despreciado por su señor, al que sólo le importa satisfacer sus deseos, y se une a Sempronio y Celestina para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que produzca. Mediante sus habilidades dialécticas y la promesa de conseguir el favor de alguna de sus pupilas, Celestina se atrae la voluntad de Pármeno; y mediante la magia de un conjuro a Plutón, unido a sus habilidades dialécticas, logra asimismo que Melibea se enamore de Calisto. Como premio Celestina recibe una cadena de oro, que será objeto de discordia, pues la codicia la lleva a negarse a compartirla con los criados de Calisto; éstos terminan asesinándola, por lo cual se van presos y son ajusticiados. Las prostitutas Elicia y Areúsa, que han perdido a Celestina y a sus amantes, traman que el fanfarrón Centurio asesine a Calisto, pero este en realidad solo armará un alboroto. Mientras, Calisto y Melibea gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que sus criados están en peligro, Calisto salta el muro de la casa de su amada, cae y se mata. Desesperada Melibea, se suicida y la obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea, quien lamenta la muerte de su hija. Esta historia de amor, de violencia, de muerte; refleja una sociedad en crisis.

Estilo de la Celestina (análisis interno)

Se manifiesta una decidida voluntad de estilo. Un deseo de cuidad y pulir las palabras, frases y párrafos de la obra. Su mayor valor estilístico es un diálogo variado, vivo y humano. Los personajes no tienen caracterización inicial si no que se desvelan según van hablando. Predomina la lengua culta y retorica en la que se capta el lenguaje del pueblo. Monólogos extensos y con frases largas que ponen de manifiesto la conflictividad interior de los personajes. Hay abundancia de antítesis y paralelismos también de apostrofes e interrogaciones. Se usa el refrán. Es una fusión de estilos entre diálogos y monólogos. Hay dos tendencias literarias: la culta y la erudita de los humanistas y la popular.

Tema Central

El tema principal es el amor, ya que en la obra los personajes recuerdan, viven, presencian experiencias de amor. La obra se divide en dos mundos: el de los criados y el de los señores, aunque ambos se unen por el gozar del amor y por el placer sexual. Domina el amor entre Calisto y Melibea que este se caracteriza por el loco amor o el amor-pasión y por el amor ilícito o sexual. Y hay relación amorosa entre Sempronio y Elicia, entre Parméno y Areúsa, y entre Areúsa y Centurio. Intento de relación entre Sosia y Areúsa y deseos de Lucrecia de ser amada por Sosia o Tristán. El amor se representa en casi todos los personajes. En la obra todos aman y gozan del placer. Entre Calisto y Melibea se dan los siguientes rasgos del amor: pasión amorosa, locura, desvarío, divinización de la dama, perdida del juicio y fidelidad. Entre Sempronio, Elicia, Pármeno y Areúsa se dan: pasión sexual, engaños e infidelidad, dependencia económica, lenguaje coloquial. Estos dos tienen la misma finalidad que es el gozar del amor.