La crisis del reinado de Carlos IV

Carlos III muere y Carlos IV hereda el trono, ya en crisis, y que se agrava notablemente con el estallido de la revolución francesa.

Los inicios del reinado de Carlos IV (1788-1808) coincidieron con el estallido de la revolución francesa (1788-1789) en la que se cuestionaban los fundamentos políticos y sociales que caracterizaban al Antiguo Régimen. Este pánico al contagio de la ideología revolucionaria llevo al I Ministro, El Conde de Floridablanca a prohibir la entrada de libros y la salida de estudiantes y a establecer la censura de noticias, es decir, anulaba la limitada libertad de prensa que había existido anteriormente, pero las medidas contra el temor al contagio de esta ideología no cesaron ahí, no solo se suprimíó los periódicos no oficiales, sino que el I ministro, El Conde Floridablanca opto por medidas más duras, en las que se ejercía un mayor control sobre los extranjeros.

A pesar de estas medidas, llegan múltiples publicaciones al estado Español y Aranda sustituye a Floridablanca por orden de Carlos IV, Aranda lleva una política más abierta que la de Floridablanca, manteniendo una postura neutral ante Francia, entendiendo que si colaboraba con Francia, evitaría que los revolucionarios españoles se radicalizasen. Por otro lado el crecimiento económico se desacelero, las crisis demográficas provocadas por las pérdidas de cosechas y las nuevas epidemias (fiebre amarilla), provocaban una población debilitada por la escasez y el hambre en la que la persistencia del Antiguo Régimen agraviaba la situación de los métodos para la recuperación del estado.

Tras el fracaso del Conde de Aranda, en 1792, Manuel Godoy asume el cargo (fue amante de la esposa de Carlos IV), (con solo 25 años),Una vez en el poder, su primera intervención consistíó en intentar salvar al rey
Luis XVI (primo del monarca español)
de la guillotina.

Godoy sigue una política neutralista con respecto a los acontecimientos en Francia e intenta salvar a sus reyes. Con la Paz de Basilea en 1795, que puso fin al conflicto, España perdía su parte de la isla de Santo Domingo y se convertía en la práctica en un Estado supeditado a los intereses franceses.

La alianza con Francia supónía la subordinación a la política de Napoleón. En esta coyuntura, Godoy retorna al poder y asume el mando supremo de las tropas, desarrollando una ridícula campaña de un par de meses, denominada “la guerra de las Naranjas”. Aun así, Inglaterra ataca a la navegación española y en 1805 se prepara una armada Franco española para hacerle frente el 21 de Octubre de 1805, que es cuando se produce la batalla de Trafalgar frente a las costas del cabo de Trafalgar, que fue una batalla naval considerada como una de las más importantes del Siglo XIX, donde se enfrentaron los aliados Francia y España contra la armada británica al mando del vicealmirante Horatio Nelson, quien obtuvo la victoria; lo que supone el fin del poderío español en los mares y de los restos de nuestro prestigio como potencia mundial y fin de los planes de Napoleón de invasión de Inglaterra.

Además de las pérdidas demográficas, las consecuencias de este ciclo de guerras continuas fueron básicamente dos:

– La crisis fiscal de la monarquía absoluta.

– La crisis del comercio colonial. A partir de 1796, España perdíó el monopolio con América y otros países comerciaron directamente con los territorios americanos, lo que rebajó los ingresos de la Hacienda.

El 27 de Octubre de 1807, mediante el tratado de Fontainebleau, Portugal es repartido entre Francia y España y Godoy se reserva la parte meridional con el título de Rey de los Algarves.

La monarquía comenzó el Siglo XIX inmerso en un proceso de pérdida de credibilidad y de crisis de legitimidad. Sin los caudales de América, se cerraba toda la posibilidad de reforma.

El 27 de Octubre de 1807 la corona española y Napoleón firmaron el Tratado de Fontainebleau donde Carlos IV se unía a los propósitos de expansión del emperador de Francia. Otro punto era el reparto de Portugal, la cual repartieron en tres (la parte del norte para el príncipe de Etruria, la del sur a Manuel Godoy y la parte central para los franceses hasta que acabara la guerra).

En este contexto de crisis se impuso entre los sectores privilegiados la idea de que la solución a todos los problemas era la eliminación de Godoy, la abdicación de Carlos IV y la entronización de su hijo Fernando.

-Algunos escritores y políticos difundían en secreto una literatura cercana a las carácterísticas ideológicas de la Revolución Francesa.

-En algunas ciudades y pueblos se produjeron movimientos de oposición al absolutismo que, aunque fallidos, no dejaron de inquietar a las autoridades.

-El malestar popular se tradujo en motines de subsistencia y conflictos agrarios contra el pago de derechos señoriales, que marcaron los años finales del Siglo XVIII y primera década del XIX.

Un grupo de rebeldes asaltaron el palacio de la principal figura del gobierno, Manuel Godoy, que se le hacía responsable de todos los problemas. Lo que provocó dudas y recelos en las autoridades españolas y el consejo de Castilla se debatíó entre el acatamiento al nuevo rey o la oposición de manera clara y decidida. Junto a las confusas noticias que llegan de Bayona sobre los reyes (que pocos días antes habían abandonado la corte con dirección a Francia) lo que provoca la reacción popular.

La guerra comienza el 2 de Mayo de 1808 con la rebelión del pueblo madrileño contra el ejercito francés.