La Evolución del Arte Abstracto a Través de Composición IV de Kandinsky

Autor: Wasily Kandinsky (1866-1944)
Título: Composición IV (o Batalla) Cronología: 1911
Localización: Kunstammlung Nordrhein-Westfalen, en Düsseldorf Estilo: arte abstracto
Dimensiones: 1,59 m x 2,5 m Soporte: tela
Técnica: óleo.

Wasily Kandinsky (Moscú, 1866 – Neully-sur-Seine, 1944)
Fue el pintor precursor de la abstracción pictórica y un teórico del arte, con el que se considera el comienzo de la abstracción lírica.
Estudió leyes en Moscú, y en 1896 marchó a Múnich a estudiar arte. Allí abre una escuela y funda un grupo de vanguardia. Las pinturas de los primeros años del siglo son hechas con una paleta que pasa de apagones a colores muy vivos. Pinta temas fantásticos, basados en las tradiciones rusas o en la Edad Media alemana. Es una época de experimentación y comienzan a ser abstractas. En 1902 expuso con el grupo Secesión de Berlín y viajó a Italia, Holanda, África y vuelve a Rusia. En 1904 expuso en el Salón de Otoño de París. Se interesó por los iconos medievales y el arte popular ruso. Entre 1903 y 1907 viajó por Europa y el norte de África. Pinta paisajes y escenas urbanas, y cuadros que exalten el folclore ruso.
En 1907 inicia un gran cambio pictórico y conoce a los miembros del Die Brücke (Expresionistas).
Contexto histórico: «Eran los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, la primera de cada década del siglo XX, una de las épocas más complejas de la historia de la pintura. Años de calma tensa en Europa: los conflictos bélicos habían quedado relegados a la periferia de las colonias. Años de avances tecnológicos espectaculares – la electricidad, los antibióticos, la radio y el teléfono, el automóvil – pero también de conciencia de crisis. Crisis en el sentido de cambio, de transformación: un nuevo orden debía surgir a partir del derrumbe del que había.
Desde el punto de vista científico, en estos años se conmocionó la visión del universo que se había ido construyendo desde el Renacimiento: el universo estable, fijo e inmóvil definido por las leyes de Newton desapareció como sistema de referencia. Con la teoría de la relatividad de Einstein (1905) y la teoría del átomo de Rutherford (1912), materia, espacio y tiempo pasan a ser magnitudes variables; el universo es un flujo constante en el que no se pueden establecer referencias objetivas. En la física clásica, la masa de un cuerpo constituía una magnitud fija e invariable, pero según la teoría de la relatividad, la masa de un cuerpo en movimiento no es constante, sino que aumenta a medida que aumenta la velocidad a la que este cuerpo se mueve. Por otra parte, esta misma masa no era el todo compacto que percibimos a través de los sentidos, sino un conjunto de partículas unidas por relaciones de fuerza…»
En 1911 publicó «De lo espiritual en el arte», donde expone todas sus teorías sobre el arte. En 1912 hace su primera exposición individual en Berlín. Pinta temas violentos y apocalípticos originados en las imágenes religiosas populares alemanas y rusas.
Descripción de Composición IV: Conjunto de líneas y colores, independientes, formando un enroscado de líneas que expresan con los colores un violento movimiento a la izquierda del cuadro; a la derecha encontramos una suavidad de formas con una gama de colores más armónica, sensación de tranquilidad. En el centro, dos líneas negras, verticales y gruesas, que atraviesan el cuadro de arriba abajo. Análisis formal: El predominio del color es total y absoluto y nos obliga a mirar de un lado al otro del cuadro. Colores vivos y muy contrastados. Dominio de las tonalidades amarillentas en disputa con los azules, rojos y verdes. Azul fuerte en el centro. Amarillo, verde y violeta.
Se quieren crear acuerdos cromáticos que produzcan en el espectador sentimientos de equilibrio y disonancia. La línea desempeña un papel básico, junto con el punto (el punto en movimiento da lugar a la línea). La línea negra es también protagonista, junto con el color. Trazos gruesos, seguros, que marcan formas entre reales y abstractas. Predominan las líneas rectas, verticales y diagonales, con curvas en algunas partes.









Composición: Clara conciencia compositiva: dos partes. Costado derecho: enredamiento de líneas afiladas y dentadas que expresan con los colores un violento movimiento. Centro de la composición: dos líneas negras, verticales y gruesas que atraviesan de arriba abajo. Costado izquierdo: tranquilidad que viene dada por la suavidad de las formas y por una gama de color más armónica. Todo flota en un espacio sin gravedad.
Las formas se diluyen en un mar de colores contrastados de contornos fluidos. Claro dinamismo. Colores y líneas se organizan como si se tratara de una danza. Según la disposición de colores y grafismos, sensación de reposo y dinámica poco. Armonía de colores, formas y líneas. Cada color, un sonido. Mirar el cuadro es igual que escuchar una sinfonía musical de colores y formas.
Cada nota aquí se convierte en un tono, una línea, una forma. Difícil hacer las líneas estructurales: manchas de color. Al ser básicamente abstracto, la perspectiva desaparece.
Manchas y líneas se encuentran en la superficie, dispuestas según le parece al pintor. No imita la realidad. No hay foco de luz, sí simbología de los colores (amarillo: llamativo, azul: intenso).
INTERPRETACIÓN: Composición IV muestra una serie de líneas, colores y formas desconectadas de la realidad. Está dominado por colores muy vivos, que expresan un estado emocional. Cada color comunica un sentimiento y equivale a un sonido. Música y pintura están unidas, como decía Kandinsky en su libro «Sobre lo que es espiritual en el arte» (1911). Los colores y las formas eran para él los medios más puros para expresar una emoción. Para conseguir esta esencia del arte se situó, como con la música, ante una serie de formas inmateriales. Buscó un ritmo, la construcción abstracta, el dinamismo del color. Las obras de esta época, que contrastan con las posteriores, más geométricas, se llaman «período dramático», y conservan a menudo, como es el caso de Composición IV, ecos figurativos, relacionados con sus primeros temas de leyendas, jinetes, montañas, batallas y religión. Kandinsky fue el iniciador del arte abstracto, el cual se extenderá por Europa y EE.UU. después de la II Guerra Mundial. Su pintura eruptiva y lírica prefigura el dibujo informal de los años 50. Él libera del todo el color de sus vínculos con el objeto. Su aportación al arte abstracto es tanto teórica como práctica.
Dos cosacos a caballo luchan con sus sables por encima del arco iris. Castillo sobre una colina de color azul. Barcas con remeros. Arco iris entre unas montañas. Tres cosacos con sombreros rojos y dos lanzas. Pareja de amantes. Montaña de perfil dentado. Dos figuras vestidas. ¿Una leyenda medieval? – ¿Una batalla apocalíptica? Kandinsky afirmó que no pretendía dar a su cuadro un carácter narrativo, pero la mayoría de elementos son identificables. La intención de Kandinsky era la de provocar en el espectador un impacto emocional a partir de la contemplación de las manchas de colores y las formas. A partir de 1909 realiza tres extensas series de cuadros que llama: Impresiones, Improvisaciones y Composiciones.
IMPRENSIÓN: Impresión directa a partir de la naturaleza, del exterior.
IMPROVISACIÓN: Impresión inconsciente que surge espontáneamente del interior del artista.
COMPOSICIÓN: resultado de una elaboración lenta a partir de impresiones e improvisaciones previas.
Kandinsky establece relaciones entre la música y la pintura: los colores, dice que el azul claro era la flauta, el oscuro el violonchelo, y el más oscuro el contrabajo. El amarillo se vuelve agudo y no puede bajar y hacerse profundo, el azul al revés. El equilibrio ideal se encuentra en el verde… La calma… No se mueve en ninguna dirección, no pide nada… Después de la Revolución de 1917 volvió a Moscú, su ciudad natal, donde colaboró con el gobierno revolucionario. Fue profesor de la Academia de Bellas Artes de Moscú. Decepcionado por el control que este ejercía sobre los artistas, volvió a Alemania. En 1922 trabajó como profesor en la Bauhaus (Dessau) de W. Gropius. Su obra pictórica va haciéndose cada vez más perfeccionista, perdiendo la viveza y espontaneidad anteriores, pero conservando sus cualidades líricas. Aparecen cuadrados, cuadriláteros, conos, círculos, óvalos…