La Fe y el Arte Cristiano: Un Viaje a la Espiritualidad y el Simbolismo

I. La Fe: Concepto y Naturaleza

La fe es un pilar fundamental en la vida cristiana, manifestándose de diversas maneras:

  • La fe es un don gratuito de Dios, una virtud dada por Él.
  • La fe es un acto humano.
  • La fe es un acto libre y voluntario.
  • Fe y razón no se contradicen.

II. La Fe según las Escrituras

Desde una perspectiva escriturística, la fe se entiende como:

  • Confianza del corazón y de la mente en Dios y sus caminos, que nos conduce a actuar en armonía con su voluntad.
  • Lo que se cree: el sistema de doctrinas cristianas.
  • Fidelidad, lealtad.

Podríamos decir que la fe es **creer y confiar en Dios y en Jesucristo**. Es, pues, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. La fe es la certeza de algo que esperamos y no hemos recibido todavía; en cierta manera, la fe nos da evidencia, seguridad y convicción de lo que no podemos ver: lo espiritual e invisible.

III. El Arte Religioso Cristiano: Definición y Propósito

El **Arte Religioso Cristiano** es el arte inspirado por sentimientos religiosos cristianos, o creado para ilustrar y representar de forma tangible el mensaje cristiano. Este arte solo se puede comprender desde la fe en su significado más profundo.

Desde sus orígenes, el cristianismo ha realizado manifestaciones artísticas que tienen sentido en tanto en cuanto nos llevan a descubrir los contenidos de la fe y son expresión de ella, pues hacen referencia a Dios y a la relación de los seres humanos con Él. Las obras de arte cristianas nos llevan a descubrir el Misterio (Dios), porque el ser humano tiene vocación de infinito, de trascendencia, de Dios. El arte busca, a través de la belleza visual, llegar a la belleza trascendental y hacer visible lo invisible, porque Dios también habla a través de la vida, la historia y la belleza.

IV. Funciones del Arte Cristiano

Función Didáctica

Una de las características principales del arte cristiano es la función didáctica de sus representaciones en pintura, escultura e incluso el arte de las vidrieras. A través de la contemplación de las pinturas, los relieves y las vidrieras de las iglesias y catedrales, el pueblo cristiano podía aprender la historia de los santos, la vida de Cristo y de la Virgen, los pasajes de la Biblia, el significado del Apocalipsis y del Juicio Final, los pecados, etc., ya que el objetivo, aparte de adecuarse al marco arquitectónico, era explicar de forma sencilla y concreta las ideas principales de la religión y la espiritualidad.

Función Contemplativa

La contemplación es la observación atenta y detenida de una realidad, especialmente cuando es tranquila y placentera. En el sentido religioso de la palabra, es la reflexión serena, detenida, profunda e íntima sobre la divinidad, sus atributos y los misterios de la fe. Teniendo esto en cuenta y hablando de la contemplación en el arte religioso, podríamos decir que el arte es una especie de puerta hacia el infinito, que proporciona una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano, por lo que puede convertirse en un estímulo para el diálogo con Dios. La contemplación de la belleza del arte es un camino hacia Dios, que es la belleza suprema, y una ayuda para crecer en la relación con Él, en la oración.

V. Simbolismo Cristiano: El Pelícano

El pelícano se lastima a sí mismo para alimentar a sus pequeños pelícanos hambrientos, transformándose en símbolo de altruismo llevado hasta el sacrificio completo de sí mismo.

VI. Interpretación de Obras Maestras: La Vocación de San Mateo de Caravaggio

La Luz

La luz penetra en la estancia cuando entra Cristo. Es la luz de la gracia que viene de Cristo en el fondo oscuro. Es direccional, no ambiental. Los personajes están en la oscuridad y son rescatados y salvados, y llamados a la existencia. Es una presencia de lo divino, porque Dios es luz y es misterio: la fuente de la luz está fuera del cuadro. La vocación es siempre eco de la voz de Dios que se adentra en nuestra oscuridad.

El Espacio

Dos espacios verticales: el superior casi vacío, con la ventana que es una apertura a otra realidad, origen y destino de la llamada. El espacio inferior es la vida cotidiana, donde se da la llamada. Y dos espacios horizontales: de izquierda a derecha la mirada de los recaudadores. La elección está entre el dinero y el maestro. Uno de los personajes parece el joven rico, otro la avaricia, otro parece dispuesto a defenderse, otro sigue con las monedas y no puede ver lo que pasa. De derecha a izquierda, la mirada de Cristo apunta al rostro de Mateo.

El Tiempo

El Evangelio dice que Jesús le dice a Mateo: “Sígueme”. Caravaggio nos muestra la presencia de Dios en la experiencia cotidiana.

Las Manos de Jesús

Las manos de Jesús: una es como la de Adán de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. La otra es la mano abierta al que contempla el cuadro, para comprometerlo en él. La llamada es solo de Cristo, pero la mano de Pedro explica que es para la Iglesia, representada por él, pero con el rostro no terminado, para que podamos ver en él otros rostros.