La mano negra

COMENTARIO DE TEXTO: “LA MANO NEGRA”

Este texto es una fuente primaria ya que es el Manifiesto redactado por la Comisión Federal de la FTRE. Es de naturaleza política y, en cuanto a las circunstancias temporales, este texto data de 1883. El contexto histórico en el que se enmarca es el reinado de Alfonso XII, durante la Restauración borbónica, en el período caracterizado por el turnismo en el que se alternan dos partidos dinásticos en el poder, excluyendo otras fuerzas políticas del sistema . Además, 1883 es el año en que se celebraron los renombrados juicios contra la Mano Negra, agrupación que habría llevado a cabo atentados diversos y que se vinculaba con la rama más radical del anarquismo. El destinatario de este texto es público, pero está especialmente dirigido hacia la clase política dirigente y miembros del poder judicial, así como a la prensa, los cuales podrían considerarse enemigos de la Federación en estas circunstancias. En cuanto a términos a aclarar destaca “La Mano Negra”, que fue el nombre de una organización secreta formada en 1883 por jornaleros filoanarquistas andaluces que cometió asesinatos y atentados con el propósito de castigar a la burguesía terrateniente, vengar a los pobres y fomentar la insurrección revolucionaria en un contexto marcado por las malas cosechas, la carestía, la bajada de los salarios y el aumento de la miseria en el campo. La inseguridad y el miedo se propagaron entre los propietarios agrarios andaluces y la prensa derechista cuando llegaron las noticias de las violentas revueltas espontáneas de jornaleros que se habían lanzado al asalto colectivo de algunos cortijos, habían saqueado panaderías, e incluso habían asesinado a varios latifundistas. La policía responsabilizó de estos actos delictivos a la Mano Negra, exagerando sus efectivos y fuerza. El Gobierno desató una implacable represión que alcanzó a la totalidad del movimiento anarquista español. Aunque la FTRE negó cualquier relación con La Mano Negra y condenó sus acciones, muchos obreros pertenecientes a la FTRE fueron detenidos, torturados e incluso hubo ejecutados. Hay algunos grupos semejantes a la Mano Negra en otros países como la Bande Noire o los Ribbonmen.
En el texto se diferencian claramente dos partes: En la primera, se define el movimiento anarquista en las palabras de la propia FTRE y, en la segunda, se defienden de las acusaciones que los ligan a la Mano Negra, condenando sus acciones. Durante la mayor parte del siglo XIX, los trabajadores protestaban a través de motines tradicionales, que se fueron politizando a lo largo de dicho siglo. Antes de la Revolución de 1868, aparecieron en España las primeras protestas espontáneas de obreros industriales, canalizadas a través del ludismo. Desde 1839 fueron autorizadas las sociedades de socorro mutuo. Un gran ejemplo de movimiento obrero fue la huelga general de 1855. Durante el Sexenio Democrático (1868 – 1874) tenían los obreros dos vías para reivindicar sus derechos: la acción directa y la acción política. La implantación del movimiento sindical se retrasó en España por varias razones: la Represión de la primera Restauración, el enfrentamiento entre anarquistas y marxistas en la I Internacional… La Federación Regional Española (FRE) fue creada por los bakuninistas. En 1874 la FRE fue prohibida, por lo que sus miembros tuvieron que pasar a la clandestinidad. La antigua Federación anarquista resurgió en 1881 con el nombre de Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), que agrupa a trabajadores proletarios y al campesinado más radical, gracias a las medidas del liberal Sagasta, como la de la libertad de asociaciones obreras. A pesar del tono extremista de sus proclamas, la FTRE siguió una táctica sindical bastante moderada, pacífica y respetuosa con la legalidad, reconociendo que no alcanzarían sus objetivos por la vía violenta. Al principio contaban con muchos afiliados, pero esta cifra se hundió por la represión destacada contra los anarquistas por los sucesos de la Mano Negra. La persecución contra la Mano Negra y la división entre las organizaciones anarquistas condujeron a la extinción de la FTRE en 1888. Los principales líderes anarquistas fueron Lorenzo, Salvochea, Tárrida del Mármol y Clariá. Los anarquistas se organizaban en grupos pequeños cerrados para prevenir la investigación policial sobre ellos. Dentro del anarquismo coexistieron dos tendencias: el anarcosindicalismo y el anarcocomunismo. Las principales propuestas básicas del movimiento libertario son: el rechazo radical de cualquier forma de dominación, autoridad o poder que fueran impuestos; la eliminación del Estado y sus instituciones; la afirmación del igualitarismo; la supresión del dinero y abolición de la propiedad privada y del derecho de herencia; la defensa del amor libre; la defensa de la revolución violenta y del recurso a las huelgas para llevar al éxito la revolución; el antipoliticismo; el antiteísmo; la confianza en la educación popular, la razón y la difusión de la ciencia para crear un mundo mejor; el interés por las máquinas. Además, algunos grupos de anarquistas exaltados decidieron recurrir al asesinato de altos dirigentes políticos, realeza, generales y empresarios como instrumento de la lucha revolucionaria. Esto provocó una oleada de actos terroristas a escala internacional durante los años finales del siglo XIX y los inicios del XX. Como consecuencia, se desencadenó una oleada de detenciones indiscriminadas de cientos de anarquistas, hecho por el que el movimiento obrero sufrió un retroceso en la última década del XIX, rebrotando con mayor extremismo en el inicio del siglo XX, con la creación de nuevas organizaciones como la CNT en 1910, importante para entender el movimiento obrero del primer tercio del siglo XX, con actos como: Semana trágica de Barcelona (1907), Huelga general de 1917… Mientras se daban todos estos sucesos anarquistas, en Madrid el núcleo marxista de trabajadores formó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879 y creó un sindicato afín, la Unión General de Trabajadores (UGT) en 1888. El PSOE participó en la creación de la Segunda Internacional y organizó manifestaciones pacíficas cada Primero de Mayo para reivindicar la jornada de ocho horas. La UGT era independiente pero subordinada al PSOE, con la que compartía dirigentes. Estableció su sede en Madrid y, durante la última década del siglo XIX, sus núcleos fundamentales eran: las sociedades de oficio madrileñas  y las sociedades obreras de metalúrgicos y mineros.