La oposición a la restauración. Carlismo-

LA OPOSICIÓN A LA RESTAURACIÓN

Al sistema canovista se opusieron diversos sectores sociales e ideológicos. Carlistas y republicanos se opónían por razones contrapuestas. A ellos se sumaron dos grandes movimientos sociales y políticos, los nacionalismos y el socialismo.


El carlismo  fue derrotado en 1876, cerró la etapa de confrontación armada y se abríó la vía de la política. Ese mismo año era nombrado representante de don Carlos Cándido Nocedal, quien acercó el carlismo al catolicismo intransigente. Tras la muerte de Alfonso XII el movimiento se dividíó en dos grupos. El Partido Integrista formado en 1888 por seguidores de Nocedal. Participó en las elecciones del 91 pero solo tuvo cierta relevancia en zonas del País Vasco, Navarra y Castilla. Desaparecíó a partir de 1896.

El sector propiamente carlista formó las Juntas Tradicionalistas. En su base social estaban los círculos tradicionalistas. En 1896 ya eran numerosos los afines, pero el cambio de siglo supuso una reorganización, con una creciente división interna. 


Cuando surgíó la revolución liberal se creó un proyecto nacional unitario que fue rechazado por los nacionalismos periféricos. 

El nacionalismo catalán tiene origen en un doble sentimiento conflictivo español y catalán. La reivindicación de la cultura y la lengua catalanas dio lugar a la Renaixença, un movimiento cultural y literario del segundo tercio del siglo. El federalismo se había convertido en la base política del catalanismo. Pero el fracaso de la República retrasó la eclosión del nacionalismo. Fue con la Restauración cuando el nacionalismo catalán hizo cambiar la concepción de nacíón de Cánovas frente a la cual la política catalana elaboró dos modelos alternativos. El republicanismo federal catalán de Valentí Almirall que reclamaba la soberanía para Cataluña y predominó en 1879. Y otro de carácter conservador y corporativo (Uníón Catalanista). 

El sector conservador se impuso a final del siglo. Con las Bases de Manresa 1892, el catalanismo adquiríó un carácter de orientación tradicionalista y burguesa con intelectuales como Prat de la Riba. En 1901 se creó la Lliga Regionalista, primer partido del nacionalismo catalán.

El nacionalismo vasco surgíó de dos hechos, las guerras carlistas que acabaron con la abolición de los fueros, y la industrialización. La cuestión foral fue una de las causas de la confrontación. La literatura fuerista, fue la base del primer nacionalismo vasco.

Tras la derrota del carlismo en 1876, los fueristas se dividieron en dos grupos políticos. Unos defendían la uníón vasco-Navarra, los otros evolucionaron al autonomismo. La burguésía optó por apoyar el sistema canovista y la clase obrera se distanció del nacionalismo. 

Los principales líderes nacionalistas vascos procedían del carlismo, como Sabino Arana. En 1895 se fundó el PNV. Arana, de ideología clerical y tradicionalista, reivindicó la raza, lengua y costumbres de manera xenófoba y racista. Al ser elegido en 1898 diputado provincial se moderó sus ideas y se acercó a la Lliga.

Los demás nacionalismos tuvieron menos peso. El regionalismo gallego tuvo poca implantación hasta que en 1890 se creó la Asociación Regionalista Gallega de Santiago. En el caso valenciano, el paralelismo con la Renaixença permitíó la creación de Lo Rat Penat en 1878. En Ándalucía el primer signo de regionalismo fue la Asamblea Federal de Antequera, que llegó a redactar un proyecto federalista.

Tras el fracaso de la I República, el republicanismo español dejó de ser un proyecto único y se abríó a otras influencias europeas. Hubo una gran variedad de opciones que entre 1893 y 1903 intentaron fusionarse. El Partido Posibilista, dirigido por Castelar, fue el más moderado. Su base social estaba formada por las clases medias y la burguésía que apoyaron la revolución del 68. Tras la aprobación del sufragio universal renunció a sus planteamientos radicales. El sector dirigido por Ruiz Zorrilla y Salmerón mantuvo sus posiciones republicanas y optó por el retraimiento electoral. En 1903 fundaron la Uníón Republicana. El Partido Federal, liderado por Pi i Margall era el mejor definido de los republicanos. Representaba las aspiraciones populares del sexenio y fue el único partido republicano unido desde 1880 hasta 1931. De base urbana, laicista y anticlerical.


En 1879, Pablo Iglesias fundó el PSOE, como partido de clase defensor del proletariado. Fue legalizado en 1881, por el gobierno liberal de Sagasta. A partir de 1883, el PSOE combinó el ideario revolucionario marxista con medidas realistas. En 1888, en un congreso en Barcelona, se fundó la UGT, sindicato de orientación socialista.


El anarquismo fue la ideología obrera más influyente en la Restauración. Fue introducido por el italiano Giuseppe Fanelli, discípulo de Bakunin, el fundador del anarquismo. En esta etapa se centraron en la captación y la acción terrorista, por lo que fueron perseguidos. 

Su oposición a toda forma de poder, la acción violenta o el ataque a las instituciones hicieron del anarquismo una amenaza al poder establecido.

La Mano Negra sembró el terror en la década de 1880. Andalucía y Barcelona fueron los principales centros del anarquismo.