La Península Ibérica en la Edad Media: Al-Ándalus, Reinos Cristianos y la Formación de la Monarquía Hispánica

Al-Ándalus: Origen, Esplendor y Decadencia (711-1492)

La Conquista Musulmana y el Emirato Dependiente (711-756)

El origen de la presencia musulmana en la Península Ibérica está ligado a dos factores clave: la expansión del Imperio Omeya y la crisis interna del reino visigodo. En el contexto del Imperio Islámico, que estaba en plena expansión bajo el califato Omeya, los musulmanes aprovecharon la debilidad del Reino visigodo para intervenir en la península. Los partidarios de Witiza, un rey visigodo derrotado, pidieron ayuda a los musulmanes para enfrentarse a Don Rodrigo, otro pretendiente al trono.

En el año 711, el comandante Tarik cruzó el estrecho de Gibraltar con un ejército musulmán y derrotó a Don Rodrigo en la famosa batalla de Guadalete, lo que marcó el inicio de la conquista de la mayor parte de la península. Esta rápida invasión permitió que en pocos años la península se convirtiera en una provincia más del Califato de Damasco, dando lugar al llamado *Emirato Dependiente* (714-756). Durante esta fase, el gobierno en Al-Ándalus estaba bajo control de un gobernador (emir) nombrado desde Damasco.

Sin embargo, esta etapa no estuvo exenta de problemas. Había tensiones internas entre los árabes y los bereberes, ambos integrantes del ejército musulmán, pero con intereses y orígenes distintos. Además, se encontraron con resistencia en algunas zonas del norte, como la batalla de Covadonga (722), donde comenzó la Reconquista cristiana, y en el sur de Francia, en la batalla de Poitiers (732), donde los musulmanes fueron detenidos por los francos.

El Emirato Independiente (756-929)

La situación política cambió radicalmente con la llegada de Abderramán I en el año 756, quien, tras huir de la matanza de su familia Omeya por los Abasíes, se proclamó Emir independiente de Córdoba. Con esto, Al-Ándalus dejó de depender del califato abasí de Bagdad y se estableció un emirato autónomo, aunque Abderramán I no se proclamó califa. Esta etapa se centró en la consolidación interna de Al-Ándalus. El nuevo emirato tuvo que hacer frente tanto a las incursiones de los reinos cristianos en el norte como a las rebeliones internas de diversos grupos musulmanes. Aunque la fragmentación era un peligro constante, las expediciones militares a territorios cristianos fueron frecuentes, buscando frenar su expansión y al mismo tiempo obtener botín y prestigio.

El Esplendor del Califato de Córdoba (929-1031)

Durante el califato, Córdoba se convirtió en una de las ciudades más grandes, avanzadas y cosmopolitas de su tiempo. Era un centro de actividad intelectual, artística y económica que atraía a sabios, poetas, científicos y arquitectos de diferentes lugares. El auge cultural y científico de Córdoba incluyó el florecimiento de áreas como la medicina, las matemáticas, la astronomía y la filosofía. Académicos como el médico Abulcasis o el filósofo Averroes (aunque este último pertenece a una etapa posterior) sentaron las bases de un legado intelectual que influyó profundamente en Europa en siglos posteriores.

El desarrollo arquitectónico fue impresionante, con ejemplos emblemáticos como la ampliación de la Mezquita de Córdoba, que se convirtió en uno de los monumentos más impresionantes del mundo islámico, y la construcción de la lujosa ciudad palatina de Medina Azahara, residencia oficial del califa, que simbolizaba el poder y la riqueza del califato. En el plano económico, Córdoba destacó por ser un punto de intercambio comercial vital entre Europa, el mundo islámico y el África subsahariana. La agricultura experimentó un desarrollo significativo gracias a la introducción de técnicas avanzadas de riego y a la diversificación de cultivos, muchos de los cuales fueron introducidos por los árabes, como los cítricos y el arroz.

El Gobierno de Almanzor

El poder político y militar del califato alcanzó su cenit durante el gobierno de Almanzor (Al-Mansur), que fue el *hayib* o chambelán del califa Hisham II, pero quien realmente ejerció el poder. Aunque Almanzor no ostentó el título de califa, fue la figura dominante de su tiempo y controló de facto el califato entre 978 y 1002. Su gobierno se caracterizó por una férrea militarización de Al-Ándalus y una política expansionista hacia los territorios cristianos. Durante su mandato, Almanzor lideró decenas de campañas militares contra los reinos cristianos del norte, consolidando el dominio musulmán y manteniendo a raya los avances cristianos. Entre sus hazañas militares más destacadas está el saqueo de Santiago de Compostela en el año 997, que tenía una gran importancia simbólica para los cristianos, al ser uno de sus centros de peregrinación más venerados.

Decadencia y Fragmentación

La muerte de Almanzor en el 1002 marcó el inicio de la crisis del Califato de Córdoba. A pesar de su éxito militar, la concentración del poder en su persona y el debilitamiento de la autoridad califal provocaron una serie de conflictos internos que, finalmente, llevaron a la fragmentación del califato. La debilidad política, agravada por la lucha entre facciones y la descomposición de la unidad de Al-Ándalus, culminó en el 1031 con la disolución del califato y el surgimiento de los primeros reinos de taifas.

La Fragmentación en Taifas (1031-1090)

Con la muerte de Almanzor y el debilitamiento del califato, se inició un período de crisis interna. En el año 1031, una asamblea de notables declaró la extinción del califato y la península se dividió en una serie de pequeños reinos independientes, conocidos como *taifas*. Aunque algunas de estas taifas, como Toledo, Zaragoza, Sevilla o Valencia, alcanzaron un gran nivel de desarrollo cultural y económico, su fragmentación las debilitó militarmente. Debido a esta debilidad, muchas de ellas se vieron obligadas a pagar tributos (conocidos como *parias*) a los reinos cristianos para evitar ser conquistadas.

Almorávides y Almohades (1090-1212)

A medida que avanzaba la Reconquista cristiana, las taifas buscaron ayuda externa. Esta llegó en la forma de los almorávides, un grupo de guerreros bereberes del norte de África que llegaron a la península en 1090. Los almorávides lograron detener temporalmente el avance cristiano, derrotándolos en la batalla de Sagrajas (1086), y reunificaron Al-Ándalus bajo su gobierno. Sin embargo, los almorávides, conocidos por su rigorismo religioso y fuerte presión fiscal, perdieron apoyo entre la población. A mediados del siglo XII, fueron reemplazados por los almohades, otro grupo bereber que trató de reestablecer la unidad de Al-Ándalus. Los almohades lograron éxitos iniciales, pero fueron finalmente derrotados en la decisiva batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, lo que marcó el comienzo del fin de su poder en la península.

El Reino Nazarí de Granada (1237-1492)

Tras la derrota de los almohades, Al-Ándalus se fragmentó en terceras taifas, pero solo una de ellas sobrevivió: el Reino Nazarí de Granada. Fundado en 1237, este reino resistió durante más de dos siglos, en parte gracias a su habilidad diplomática, pagando tributo a Castilla y estableciendo alianzas estratégicas. Granada también se benefició de la llegada de refugiados andalusíes procedentes de las zonas cristianas conquistadas y vivió un período de esplendor cultural y económico, especialmente en el siglo XIV, con la construcción de la Alhambra como símbolo de su poder. Sin embargo, para finales del siglo XV, la Reconquista cristiana estaba llegando a su fin, culminando con la ofensiva final de los Reyes Católicos.

Economía, Sociedad y Cultura en Al-Ándalus (Legado Judío)

La agricultura alcanzó un gran desarrollo con la introducción de nuevas técnicas de regadío (norias, acequias) y nuevos cultivos (arroz, algodón, cítricos). Las ciudades se revitalizaron y tuvieron un papel económico fundamental como grandes centros de consumo (Córdoba, Sevilla, Granada), destacando las alhóndigas (depósitos de mercancías) y el zoco (mercado). El sector más importante fue el textil (tejidos de seda, lana, algodón y lino). Al-Ándalus mantuvo relaciones comerciales con los territorios cristianos y se integró en el amplio circuito económico del mundo islámico.

División Social

La religión establecía una división social entre musulmanes y no musulmanes. Entre los primeros se podían distinguir tres grupos:

  • Aristocracia árabe: Ocuparon las tierras más fértiles.
  • Bereberes: Establecidos en tierras más pobres, dedicados a la ganadería.
  • Muladíes: Hispanos convertidos al Islam, lo que les facilitaba una mayor integración social y les eximía de pagar impuestos especiales.

Al-Ándalus fue la vía de transmisión a Occidente de la ciencia griega. La cultura floreció especialmente durante el Califato de Córdoba (Al Hakam II). Los reinos taifas favorecieron la creación de escuelas y centros poético-culturales. Los almorávides y almohades, con su rigorismo e intolerancia religiosa, impusieron una seria limitación al pensamiento. La producción intelectual ha dejado figuras como Averroes, Maimónides o Ibn Hazm.

El Legado Judío en la Península Ibérica

Los judíos prosperaron en Al-Ándalus tras las persecuciones sufridas con los visigodos, persecuciones que se repitieron en los reinos cristianos en el siglo XIV. Tanto bajo dominio musulmán como cristiano fueron siempre una minoría. Vivían en juderías ubicadas en ciudades, donde trabajaban en la artesanía y el comercio. Sus intelectuales eran políglotas, destacando como traductores de textos escritos en lenguas clásicas o hebreo al árabe y a las lenguas romances. Su principal figura fue Maimónides, que intentó conciliar el judaísmo y el aristotelismo musulmán.

Los Reinos Cristianos Medievales: Reconquista y Organización Política

Evolución de la Conquista de la Península

La evolución de la Reconquista se divide en las siguientes etapas:

  1. Siglos VIII-X: Avance sobre territorios casi despoblados como el valle del Duero, frenado por la creación del Califato y la necesidad de consolidar las tierras conquistadas.
  2. Siglos XI – Primera mitad del XII: Gran avance por la descomposición del Califato en Taifas. Los reinos de León y Castilla ocuparon el valle del Tajo, y el reino de Aragón, el valle medio del Ebro. A mediados del siglo XII, coincidiendo con la decadencia almorávide, comenzó la ofensiva que culminó con la conquista del valle del Tajo y del Ebro.
  3. Segunda mitad del siglo XII: Freno al avance reconquistador por los almohades. La colaboración entre Castilla y Aragón se plasmó en la firma de tratados de reparto (Tudilén, Cazorla).
  4. Siglo XIII: Castilla reconquistó el valle del Guadalquivir y Murcia. Castilla, Aragón y Navarra derrotaron a los musulmanes en la decisiva batalla de Las Navas de Tolosa (1212). Aragón (Jaime I) conquistó el reino de Valencia y las Baleares.
  5. Siglos XIV-XV: El objetivo fue conquistar el Estrecho, dejando aislado el reino de Granada.

Organización Política de los Reinos Cristianos

El Rey era la máxima autoridad política y bajo su gobierno contaba en las tierras de realengo con amplios poderes (gobierno, administración, justicia, poder legislativo y jefe del ejército). En los señoríos, el otro tipo de propiedad, sus titulares ejercían muchos de los poderes que mantendría el rey en las tierras de realengo.

El Rey estaba asesorado por la *Curia Real* (alta nobleza y alto clero). Desde finales del siglo XII, comenzaron a asistir los miembros de la burguesía a la Curia en representación de las ciudades. Estas reuniones darían origen a las Cortes. Las de Castilla y León se unieron en el siglo XIII. En la Corona de Aragón, cada territorio convocaba cortes independientes (Aragón, Cataluña y Valencia). Entre sus funciones estaban: atender las consultas del Rey en asuntos importantes y votar impuestos.

Modelos de Repoblación y Organización Estamental

Modelos de Repoblación

La repoblación de los territorios conquistados se llevó a cabo mediante diferentes modelos:

  • Presura (Siglos VIII-X): Consistía en la ocupación de tierras sin dueño reconocido. El resultado fue el predominio de la pequeña y mediana propiedad.
  • Repoblación ConcejiI (Siglos XI-XII): Consistía en la creación de concejos o núcleos de población que recibían un amplio término municipal (*alfoz*). Constituido el concejo, el rey otorgaba una *Carta Puebla*. El resultado fue el predominio de la propiedad mediana libre y la abundancia de tierras comunales.
  • Repoblación por Órdenes Militares (Primera mitad del siglo XIII): Consistía en la ocupación de tierras por estas órdenes (Calatrava, Santiago, Alcántara), que luego eran divididas en encomiendas. El resultado fueron los latifundios.
  • Repartimientos (Segunda mitad del siglo XIII): Consistía en el reparto de los bienes obtenidos en una conquista entre los que habían participado en la misma (*donadíos*). El resultado fue la creación de grandes latifundios en poder de la nobleza, la Iglesia y las órdenes militares.

Organización Estamental

La división social en estamentos fue consecuencia de la importancia de la fuerza militar y la influencia de la Iglesia. El ascenso al estamento de la nobleza solo lo podía conceder el rey y a partir de ese momento se transmitía por linaje a sus descendientes. La sociedad se estructuraba en tres estamentos con funciones definidas:

  • Nobleza (*Defensores*): Encargados de la defensa militar.
  • Clero (*Oratores*): Encargados de la oración y la vida espiritual.
  • Estado Llano (*Trabajadores*): Encargados de la producción y el trabajo.

La división social era rígida, desigual y con normas diferentes: nobleza y clero gozaban de privilegios como no pagar impuestos y tenían propiedades y señoríos.

La Baja Edad Media: Coronas de Castilla, Aragón y Reino de Navarra

Corona de Castilla

En la Corona de Castilla, la autoridad de la monarquía se fortaleció en la Baja Edad Media (siglos XIV y XV) por la difusión de las teorías políticas que defendían la supremacía absoluta del rey (Ordenamiento de Alcalá, 1348). La organización política de Castilla se fue consolidando con la creación de nuevas instituciones:

  • Consejo Real: Integrado por letrados que asesoraban al rey en todo tipo de decisiones.
  • Cortes: Únicas para toda la Corona tras la unión definitiva de Castilla y León, servían para aprobar subsidios a la Corona y tuvieron carácter consultivo.
  • Audiencia: Órgano supremo judicial supeditado al rey.

Corona de Aragón

Era una confederación de territorios (Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca), cada uno con leyes e instituciones propias. Los reyes tenían que pactar con las Cortes de cada territorio y los nobles tenían autoridad en sus señoríos. Las instituciones más importantes surgieron o se consolidaron en la Edad Media:

  • Virreyes: Sobre quienes residía la autoridad real en los territorios en que no residía el monarca.
  • Cortes: Contrapeso de la autoridad del rey, defendían los intereses de los estamentos dirigentes de sus respectivos reinos (Aragón, Cataluña y Valencia).
  • Diputaciones: Comisiones para organizar y controlar la recaudación de un impuesto concedido al monarca por las Cortes. Con el tiempo, las diputaciones adquirieron funciones políticas (ej. Generalitat de Cataluña).
  • Justicia de Aragón: Interpretó y defendió los fueros propios frente a posibles pretensiones autoritarias del rey.

En Aragón prevaleció el *pactismo*, un sistema de gobierno basado en el acuerdo entre el rey y los estamentos.

Reino de Navarra

También prevaleció el *pactismo*, y las Cortes impidieron el fortalecimiento del poder de la monarquía. Las principales instituciones eran:

  • Consejo Real: Órgano asesor del rey.
  • Cortes: Ante las que el rey debía jurar los fueros del reino y donde se promulgaron leyes muy importantes.
  • Diputación de los Tres Estados: Para gestionar la recaudación de los subsidios votados en las Cortes.

Cuando Navarra fue incorporada a Castilla, en 1514 por Fernando el Católico, se respetaron sus instituciones y mantuvo la condición de reino.

La Monarquía de los Reyes Católicos y la Expansión Ultramarina

Unión Dinástica, Instituciones de Gobierno y la Guerra de Granada

En 1469, Isabel se casó en secreto con Fernando, heredero de la Corona de Aragón. Enrique IV negó entonces el acceso al trono a Isabel, reservándolo para su hija Juana (la “Beltraneja”). Esto provocó una guerra entre los partidarios de Juana (Alfonso V de Portugal) y los de Isabel (Juan II de Aragón). Se impuso el bando de Isabel, y en 1479 Castilla y Portugal firmaron el Tratado de Alcaçovas, que supuso el reconocimiento de Isabel I como reina de Castilla.

En 1475, Isabel y Fernando habían firmado la *Concordia de Segovia*, según la cual los dos tendrían la misma capacidad de decisión política, pero Isabel retenía en exclusiva los derechos sucesorios. Se estableció así una *unión dinástica* (no nacional) entre Castilla y Aragón, ya que cada reino conservaba sus propias leyes, instituciones, moneda y fronteras.

Fortalecimiento Institucional

La monarquía de los Reyes Católicos fue autoritaria, una etapa de transición a las monarquías absolutas de la Edad Moderna. Al aumentar el poder de la monarquía, la administración central se hizo más compleja y requería cada vez más de juristas y letrados:

  • El Consejo Real dejó de ser consultivo para ser de gobierno y se crearon consejos especializados (Aragón, Castilla, Indias, Inquisición, Órdenes Militares…).
  • Se generalizó la figura del *corregidor* en Castilla, representante del poder real en los municipios.
  • En la Corona de Aragón se consolidó la figura del *Virrey*.
  • Castilla organizó la justicia en torno a Chancillerías y Audiencias, y en Aragón, Fernando creó una Audiencia en cada uno de los tres reinos con Cortes (Aragón, Cataluña y Valencia).

La Guerra de Granada

Durante el siglo XV, el reino nazarí atravesó una profunda crisis por: una población excesiva, la dependencia de las importaciones de trigo y carne, y las rivalidades internas entre grupos nobiliarios rivales. La guerra se inició en 1481 con la conquista de Alhama por los Reyes Católicos. La victoria final se debió a la capacidad de mantener un ejército permanente en campaña, las innovaciones técnicas y tácticas, el uso de la flota para bloquear puertos y el liderazgo de unos monarcas presentes en algunos de los asedios. El 2 de enero de 1492, Boabdil capituló y los Reyes Católicos garantizaron la libertad, los bienes y la conservación de la religión y costumbres de los musulmanes.

Exploración, Conquista y Colonización de América (Desde 1492 y durante el siglo XVI)

El proyecto de Cristóbal Colón fue aceptado por los Reyes Católicos en las *Capitulaciones de Santa Fe* (enero 1492): recibiría los títulos de Virrey y Almirante de las tierras descubiertas y el 10% de los posibles beneficios. Colón alcanzó tierra el 12 de octubre.

Acuerdos Territoriales

Los Reyes Católicos consiguieron del Papa Alejandro VI derechos de conquista y evangelización sobre las nuevas tierras (*bulas Inter Caetera*), pero el descubrimiento trajo problemas con Portugal, ya que este país reclamaba el cumplimiento del Tratado de Alcaçovas. Las disputas se resolvieron en el *Tratado de Tordesillas* (1494), por el que se trazó una línea imaginaria a 370 leguas al oeste de Cabo Verde: Portugal se quedaba con las tierras situadas al este de dicha línea (costa africana y Brasil) y Castilla con las del oeste (resto de América).

El Proceso de Conquista

A partir de 1499, la Corona española cedió la iniciativa de la conquista a particulares, que financiaban la expedición y reclutaban sus propias tropas. Se estableció un sistema de capitulaciones y repartimientos por el que los conquistadores eran recompensados con cargos, tierras y una parte del botín, incluyendo el reparto de indios para que realizasen trabajos forzados. Para evitar abusos a los nativos, la Corona española aprobó las *Leyes de Burgos* (1512).

El proceso de conquista y colonización se inició en 1493 desde las Antillas:

  • México: Conquistado por Hernán Cortés (1519-1521) venciendo a los aztecas.
  • Perú: Conquistando el imperio inca por Francisco Pizarro (1527-1533).

También se conquistaron los territorios de América Central (Nueva Granada), Venezuela, Chile y Río de la Plata.

Explotación Económica y Sociedad Colonial

La colonización supuso la explotación económica del territorio, principalmente de metales preciosos (oro y plata). Estos metales preciosos se utilizaron para financiar las guerras de la Monarquía Hispánica en Europa, pero también provocaron un alza de precios en la península. Se intercambiaron cultivos americanos (patata, tabaco, pimiento, tomate, maíz, cacao) con productos europeos (trigo, caña de azúcar, ovejas, vacas, caballos). Se utilizó el trabajo indígena mediante la *encomienda* y la *mita*. Se produjo un gran mestizaje, pero se estableció una sociedad desigual dominada por los españoles peninsulares y los criollos.

El Debate sobre la Legitimidad

En la polémica sobre la legitimidad de la conquista destacaron Bartolomé de las Casas (defensor de los indígenas como súbditos de la Corona) y Ginés de Sepúlveda (defensor de la guerra de conquista). Francisco de Vitoria, que defendía el derecho de las naciones a comerciar de forma pacífica, fue el precursor del derecho internacional. Este debate tuvo resultados como la aprobación de las *Leyes Nuevas* (1542).