Las Crisis Previas a la Primera Guerra Mundial
Crisis Marroquíes
Primera Crisis Marroquí (1905)
Se enfrentó a Francia, España y Reino Unido al apoyar la independencia marroquí frente a los planes franco-británicos para implantar un protectorado hispano-francés en Marruecos. El problema se solucionó provisionalmente en 1906 con la Conferencia de Algeciras, en la que el territorio marroquí fue repartido entre Francia y España, con la creación de sendos protectorados.
Segunda Crisis Marroquí (1911)
Se opuso de nuevo a la ocupación militar francesa de Marruecos. La alianza franco-británica resistió la presión y se negoció una solución, ampliando como compensación los territorios coloniales alemanes en Togo y Camerún.
Las Crisis Balcánicas
Contexto de los Balcanes
En el sureste de Europa, en la zona de los Balcanes, el Imperio Turco se estaba desmembrando; de su dominio hacía tiempo que habían escapado Grecia (1829) y, más tarde, Rumanía y Serbia. Pero nuevos países aspiraban a su independencia: albaneses, búlgaros, bosnios, montenegrinos… Sin embargo, las dificultades eran muchas: los pueblos estaban muy mezclados y la zona era un verdadero mosaico de lenguas y religiones, lo que hacía imposible el nacimiento de estados viables. Ante este caos, Serbia pretendía la unión de todas las minorías para formar la Unión de los Eslavos del Sur o Yugoslavia. Esto sucedía a nivel local, pero a nivel internacional, dos grandes potencias tenían ambiciones territoriales sobre la zona: Rusia, que quería una salida al Mediterráneo y apoyaba a Serbia; y Austria-Hungría, que se había quedado sin colonias y pretendía extenderse hacia el sur.
Crisis Bosnia (1908)
Las rivalidades entre Rusia y Austria-Hungría irían en aumento, y entre 1908 y 1909, Rusia y Austria estuvieron a punto de llegar a la guerra a causa de Bosnia, territorio que Austria incorporó y cuyo reconocimiento Alemania exigía al zar. Rusia, sin preparación militar adecuada, tuvo que aceptarlo, pero fue humillada. Esta rivalidad entre Rusia y Austria sería una de las causas de la Primera Guerra Mundial.
Crisis Balcánicas (1912 y 1913)
En 1912, Serbia, Montenegro, Bulgaria y Grecia, apoyadas por Rusia, formaron la Liga Balcánica con el fin de anexionarse los territorios europeos del Imperio Turco en los Balcanes. La Liga derrotó al Imperio Otomano, forzándole a reconocer la independencia de Albania y a cederles el resto de sus territorios europeos, a excepción de Estambul. En 1913, Bulgaria, descontenta con el reparto y apoyada por Austria-Hungría, atacó a Serbia, que era apoyada por Rusia. Bulgaria fue derrotada y Serbia amplió sus fronteras.
Fases de la Primera Guerra Mundial
La Guerra de Movimientos (1914)
En esta primera fase, Alemania comenzó utilizando el Plan Schlieffen para atacar Francia el 4 de agosto de 1914. Dicho plan consistía en atacar Francia a través de Bélgica, que hasta ese momento se mantenía neutral, lo que provocó la entrada del Reino Unido en la guerra. La idea de este plan era centrar primero las fuerzas en el frente occidental contra Francia para neutralizarla y ocuparse después del frente oriental, es decir, el frente con Rusia. Los alemanes lograron al principio algunas victorias, como la Batalla de las Ardenas, y consiguieron penetrar en territorio francés. Sin embargo, la concentración de fuerzas en el frente occidental fue aprovechada por Rusia para atacar tanto a Alemania como a Austria-Hungría, logrando penetrar en sus territorios. Ello provocó que este primer plan de guerra de movimientos fracasara estrepitosamente. Tropas alemanas del frente occidental tuvieron que desplazarse al frente oriental para frenar el avance ruso, que pronto fue seguido por contraofensivas alemanas ya a finales de agosto y principios de septiembre, obteniendo los alemanes victorias en las Batallas de Tannenberg y de los Lagos Masurianos. La retirada de tropas del frente occidental, así como el apoyo naval británico, hicieron que Francia lograra frenar el avance alemán en el Marne a principios de septiembre. A partir de aquí, los frentes se estabilizaron y la contienda se transformó en una guerra de posiciones y trincheras, de desgaste y agotamiento.
La Guerra de Posiciones y su Extensión Mundial (1915-1916)
Entre 1915 y 1916 se produjo la guerra de posiciones, desgaste y agotamiento mutuo. Es la guerra de las trincheras, en las que los ejércitos permanecían durante largos meses. Durante esta fase, los Aliados consiguieron el apoyo de Italia, que se unió a la guerra en mayo de 1915, y de Rumanía, ya en 1916, mientras que los Imperios Centrales consiguieron el apoyo del Imperio Otomano en noviembre de 1914 y de Bulgaria en octubre de 1915. Alemania volcó sus esfuerzos en atacar a Rusia, el rival más débil, con el apoyo del ejército austrohúngaro. El resultado fue la rápida ocupación alemana de la Polonia rusa y de las tierras bálticas, así como la ocupación austrohúngara de Serbia. Por su parte, los Aliados atacaron el flanco débil enemigo, el Imperio Otomano. Los turcos resistieron en Galípoli, evitando que los Aliados tomaran Estambul y controlaran el Bósforo y los Dardanelos (estrechos entre el mar Negro y el Mediterráneo), claves para el acceso de la flota rusa al Mediterráneo. Los Aliados sí consiguieron algunas victorias en otros frentes, como Palestina, el Cáucaso o las colonias alemanas de África. En 1916 se intensificaron los combates en el frente occidental con batallas largas y sangrientas, como la de Verdún o la del Somme. En julio, en Verdún, el ejército alemán atacó a los franceses con el objeto de agotar al enemigo. Sin embargo, la resistencia francesa, liderada por Pétain, logró resistir, aunque las bajas en dicha batalla, que se prolongó durante diez meses, fueron de alrededor de medio millón de personas por cada bando. En septiembre, los británicos iniciaron una ofensiva cerca del río Somme, batalla que también se prolongó durante varios meses, con un millón de bajas en total. Sin embargo, a pesar de estas carnicerías, las posiciones variaron muy poco a lo largo de estos dos años y las líneas de trinchera continuaron en todo el frente.
Los Tratados de Paz y la Reconfiguración de Europa
El Tratado de Versalles (1919): Consecuencias para Alemania
El Imperio Alemán desapareció. Todas sus colonias pasaron a las potencias vencedoras. El país veía recortadas sus fronteras:
- Por el oeste, Alemania perdió Alsacia y Lorena, que volvieron a Francia, y también a favor de Bélgica la zona en torno a Eupen y Malmedy.
- Por el norte, cedió a Dinamarca el ducado de Schleswig.
- Y por el este, la Posnania a favor de Polonia, rompiéndose la continuidad territorial en Prusia por el Corredor de Dánzig.
Alemania fue obligada a reconocer su «responsabilidad» en el estallido de la guerra, a asumir el pago de cuantiosas reparaciones económicas a los países vencedores, a desmilitarizar áreas territoriales (Renania), a reducir su ejército a no más de 100 000 hombres y a prescindir de sus colonias ultramarinas.
Tratados de Saint-Germain (1919) y Trianon (1920): El Fin del Imperio Austrohúngaro
El viejo Imperio Austrohúngaro saltó en pedazos. De sus escombros surgió:
- Una reducida Austria —a la que se prohibió la anexión a Alemania, incumpliendo el principio de autodeterminación—;
- Una empequeñecida Hungría, privada de salida al mar;
- Estos compartían fronteras con nuevos Estados surgidos de su desmembramiento o crecidos con sus despojos:
- Una engrandecida y nueva Polonia incorporó Galitzia;
- Checoslovaquia surgió de la unión de Bohemia, Moravia y Eslovaquia;
- Italia incorporó el Trentino y el Alto Adigio;
- Rumanía se anexionó Transilvania;
- Se creó Yugoslavia de la unión de Serbia y Montenegro con las antiguas provincias de Eslovenia, Croacia y Bosnia-Herzegovina.
Tratado de Sèvres (1920): La Disolución del Imperio Otomano
El Imperio Otomano también desapareció y sobre su núcleo de Anatolia se estableció la República de Turquía de la mano del militar y líder nacionalista Kemal Atatürk, quien emprendió una política de occidentalización forzada para salir del atraso económico y cultural que la guerra había revelado en toda su crudeza. Lo que quedaba del Imperio fue dividido en un mosaico de reinos, repúblicas, protectorados y mandatos por todo Oriente Próximo: Irak, Palestina y Transjordania fueron entregados como mandatos a Reino Unido para vigilar su tránsito a la independencia; Arabia fue convertida en reino autónomo bajo la dinastía saudí; Siria y Líbano se convirtieron en mandatos de Francia para preparar su independencia. En el Egeo, tanto Grecia como Italia se hicieron con varios archipiélagos cercanos a la costa turca. Se dieron otros cambios territoriales no afectados directamente por los tratados: en 1918 se declararon independientes Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania. Besarabia también pasó en 1918 a incorporarse a Rumanía. En Extremo Oriente, Japón se apoderó de los archipiélagos alemanes en el Pacífico (Marianas, Carolinas) y ocupó la provincia china de Shantung.