Las Dos Españas en la Guerra Civil: Poder, Ideologías y Represión (1936-1939)

La España republicana

Las principales consecuencias de la revolución fueron el caos político y económico, y la ineficacia militar, debido a:

  • La fragmentación política de la zona republicana al hacerse con el poder partidos y sindicatos: en el norte se dio el cantonalismo; en Aragón predominaba el Consejo anarquista de la CNT-FAI, y en Cataluña, la Generalitat actuaba casi de manera independiente al gobierno.
  • La colectivización forzosa de explotaciones mineras, agrarias e industrias por la CNT-FAI.
  • La República tenía medios militares suficientes para acabar con la sublevación, pero la revolución organizada por partidos obreros y sindicatos disolvió el ejército, sustituyéndolo por unidades de milicianos indisciplinados.

Divisiones en el Frente Popular

Mientras que en el bando sublevado todo se subordinaba para ganar la guerra, dentro del Frente Popular destacaron las fuerzas del PCE y la CNT, y el enfrentamiento entre ellas:

  • El PCE insistía en la necesidad de ganar la guerra a toda costa, dejando la revolución del proletariado para después.
  • La CNT-FAI consideraba que la guerra y la revolución debían ser procesos paralelos.

Evolución política y gobiernos republicanos

Esto condicionó los sucesivos gobiernos republicanos a lo largo de la Guerra Civil. En septiembre de 1936, Azaña nombró presidente a Largo Caballero, quien intentó organizar el Ejército Popular de la República y controlar el proceso revolucionario. Sin embargo, los enfrentamientos entre anarquistas y comunistas, junto a la oposición de socialistas moderados como Prieto y los comunistas, provocaron su dimisión en 1937. Fue sustituido por Negrín, quien en 1938 publicó los “Trece puntos de Negrín”, donde expresaba que, una vez ganada la guerra, se volvería a la pureza de las instituciones democráticas republicanas.

En 1939, el coronel Casado, junto a otros militares y muchos socialistas y republicanos, se sublevó en Madrid contra Negrín, constituyendo la Junta de Defensa Nacional para llegar a un acuerdo de paz negociada con Franco. El Estado republicano prácticamente ya no existía cuando Azaña dimitió en 1939. Ante ese panorama, Franco ordenó que sus tropas ocuparan lo que quedaba de la España republicana.

La España sublevada

La idea de los conspiradores era hacerse con el poder para establecer un Estado autoritario que “restableciera el orden”, pero no pretendían acabar con la República. Sin embargo, se produjo una identificación entre república e izquierdas revolucionarias, por lo que su objetivo pasó a ser acabar con la República. También fue importante la justificación religiosa, que apoyó sin recato a los sublevados casi desde el principio y bendijo la rebelión militar.

Ascenso y consolidación del poder de Franco

La muerte de Sanjurjo dejó descabezado el movimiento, por lo que se creó una Junta Militar al frente del general Cabanillas. Más tarde, se insistió en que era necesaria una jefatura única y, en octubre de 1936, el general Franco fue proclamado jefe del Gobierno del Estado Español y generalísimo de los Ejércitos. Un año más tarde, se constituyó un partido único: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de las JONS).

El último paso dado por Franco para consolidar definitivamente su poder fue en 1938, cuando se decidió que la presidencia del Gobierno sería ostentada por el jefe de Estado, por lo que Franco pasaba a ser jefe del Estado y del Gobierno de España.

Primeras medidas del nuevo régimen

Se aprobaron medidas que revirtieron muchas reformas del régimen republicano:

  • Se anularon todas las iniciativas de reforma agraria y se suprimieron todos los partidos y sindicatos.
  • Se aprobó en 1938 el Fuero del Trabajo, donde se establecía que las principales células sociales serían la familia, el municipio y el sindicato vertical.
  • Se acabó con la laicización del Estado, se prohibió el divorcio, se restablecieron los cementerios exclusivamente católicos y se devolvieron a las órdenes religiosas sus establecimientos educativos.
  • Se abolió la libertad de expresión, así como la mayoría de los derechos y libertades.
  • España quedó configurada como un régimen autoritario y dictatorial, con tintes fascistas, al mando de Franco.

La represión en la retaguardia

La Guerra Civil vino acompañada de una fuerte represión contra aquellos considerados partidarios del bando contrario que residían en la propia zona. En un primer momento, la represión fue “espontánea”, a manos de falangistas y anarquistas, por lo que las autoridades de cada bando crearon los Tribunales Populares (por parte de los republicanos) y los Tribunales Militares (por parte de los sublevados). Se calcula que unas 100.000 personas murieron debido a la represión. Sin embargo, los grupos perseguidos variaban según la zona:

Objetivos de la represión según el bando

  • En la España sublevada se persiguió a masones, profesores de universidad acusados de izquierdismo y dirigentes de partidos de izquierdas.
  • En la España republicana se persiguió a sacerdotes, patronos industriales y terratenientes.

En definitiva, en ambos bandos se había perdido por completo cualquier respeto a la libertad de expresión y pensamiento. Se calcula que unas 250.000 personas fueron encarceladas, de las cuales aproximadamente 30.000 murieron fusiladas y 20.000 por hambre o enfermedad.