Las islas en que vivo Pedro García cabrera comentario

“Un día habrá una isla” es el título del poema objeto de nuestro comentario, escrito por el
autor canario Pedro García Cabrera, perteneciente a su obra “Las islas en las que vivo”,
publicada en 1971. El autor nace en 1905 en Vallehermoso, un municipio de la isla de la
Gomera en la que permanece hasta los siete años y muere en 1981, en su archipiélago
natal, aunque en la isla vecina, Tenerife. A su isla natal, le dedicará un hermoso romance,
Gomera. Pedro García fue uno de los autores que perteneció a la Generación del 27. Fue
un homenaje que realizaron los autores destacados de la época a Luis de Góngora. A
esta generación pertenecieron autores como: Gerardo Diego, Pedro Salinas, Jorge
Guillén, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda.
Sus inicios se remontan a la época de estudiante en La Laguna donde colabora en la
prensa y publica en La Voz de Junonia y Gaceta de Tenerife. A partir de 1926, sus escritos
aparecen en Hespérides, revista en la que coinciden escritores ligados al Modernismo y al
regionalismo de fin de siglo con jóvenes poetas e intelectuales que formarán parte del
grupo de vanguardia. En 1930, es uno de los fundadores de Cartones. Además, junto a
otros autores españoles, participa en la creación de Gaceta de Arte (1932-1936), revista
internacional de cultura, que conectó a los intelectuales y artistas canarios con las
vanguardias europeas y el Surrealismo.
Sus publicaciones se pueden dividir en tres etapas literarias. La primera fue de corte
neopopulista, una vertiente característica de la Generación del 27 y que tendía a volver
sobre las fuentes de la poesía popular. Durante este periodo, García Cabrera asume
compromisos políticos, dirigiendo El Socialista, una revista perteneciente al bando
republicano. Con el estallido de la Guerra Civil es apresado y llevado a África. Todo esto
se refleja es las obras que publica: Líquenes (1928) y Transparencias fugadas (1934),
siendo publicaciones de poesía abstracta. Su segunda etapa refleja el Surrealismo
español con tintes humanos junto con una renovación de las metáforas e innovaciones de
la métrica.
Su obra más importante de esta etapa es Entre la guerra y tú (1936-1939), la cual está
influenciada por el amor hacia su futura mujer, Matilde Torres. La mayoría de los poemas
son intimistas. En su tercera etapa trata una poesía social marcada por el compromiso
político y social de los escritores. En esta etapa comienza a ser conocido a nivel
internacional y sus obras se publican en la antología oraI de “Le Journal des Poetes”.
Además, es la etapa en la que más publica, destacando Vuelta a la isla (1968), Las islas
en las que vivo (1971) y Hacia la libertad (1978), apareciendo temas muy frecuentes en su
poemas como los paisajes, su gente, el mar como símbolo de la libertad, etc. Sin
embargo, muchas de sus obras fueron publicadas tras 1980, debido a la fuerte censura
represión que sufrieron los que pensaban diferente al Régimen. En sus últimos años de
vida y tras su muerte en 1981 fue cuando comenzó a tener el reconocimiento que tanto se
merecía.
El tema de “Un día habrá una isla” es el silencio que ha tenido que soportar el autor, las
ansias de libertad. La lucha por la libertad se trata mucho puesto que se vive en una
época de represión y censura, es por ello que el autor tiene esperanzas de que algún día
se pueda expresar aquello que piensan. La estructura del poema es circular, comienza y
acabada con la misma idea “Un día habrá una isla que no sea silencio amordazado.” El
poema pertenece al género literario de la lírica, ya que el autor expresa sus sentimientos y
emociones de manera subjetiva en él: el deseo de libertad para todos. La métrica cuenta
con 18 versos. Además, está escrito en verso y usa numerosas figuras literarias,
características de la lírica. García Cabrera usa una silva, una estrofa de versos
heptasílabos y endecasílabos con rima libre. En este poema se produce rima asonante
entre algunos versos impares añadiendo musicalidad mediante otros mecanismos. La
utilización de una estrofa tan libre como es la silva refleja las ansias que el autor tiene por
alcanzarla y por romper el silencio que tantos años lo ha tenido reprimido.
En cuanto a la estructura interna podemos dividir el poema en tres partes
claramente diferenciadas, como son: la primera parte abarca desde el primer verso hasta
el quinto, la segunda desde el el sexto verso hasta el décimo tercero y la tercera y última
parte desde el décimo cuarto verso hasta el final. En la primera parte del poema, el autor
manifiesta su deseo por acabar en una isla que sea libre. En la segunda parte, utiliza el
plural y se une a los demás. Y en la tercera y última parte, utiliza la primera persona
aunque se refiere al todos y muestra una esperanza para que esa represión acabe.
Con respecto a los recursos literarios, contamos con una gran variedad a lo largo de todo
el poema. Comenzando por el título “Un día habrá una isla” identificamos una metáfora
de libertad. Seguidamente, en el cuarto verso hallamos una personificación en “mi libertad
dé sus rumores”. En quinto verso, “a todos los que pisen sus orillas” hay una metáfora que
se refiere a los que estén cerca de alcanzar la libertad. En el sexto verso hay una
hipérbaton “Solo no estoy.” Seguidamente en el séptimo verso “manos de esperanza” hay
presencia de una metáfora de esperanza. Así pues, se identifica una hipérbaton en el
octavo y noveno verso “aquellos que no cesan de mirarse la cara en sus heridas”.
También cabe destacar la presencia de una aliteración el la letra ”s” en el segundo verso
con la que el autor intenta representar el sonido que se realiza cuando se pide silencio,
poniéndolo este en relación con la soledad que se siente en la isla representada en el
poema. Cabe destacar la presencia de un hipérbaton en los versos finales que intentan
reforzar el poema y captar la atención del lector para así darle a la obra elegancia y dando
la impresión de impacto.
En la obra predomina el uso de sustantivos abstractos con los que el autor expresa
con detalle sus sentimientos, y se hace uso del presente y del futuro perfecto puesto que
en ”Un día habrá una isla” se expone la situación de decadencia que se está viviendo en
la España del presente de aquella época, y se expone lo que se ansía que suceda en un
futuro. En relación con la sintaxis, predominan las oraciones compuestas subordinadas
adjetivas como.
En el plano léxico-semántico aparecen otras figuras como epítetos y
personificaciones “silencio amordazado”. Metáforas de la libertad “pisen sus orillas”.
metonimias como “manos de esperanza” que son las personas e hipérboles “no pierden el
corazón”. Al final del poema vuelven a aparecer metáforas y personificaciones “cuando
mis palabras se liberen del combate” y antítesis (muero-vivo). A lo largo de todo el poema
aparece el mar, símbolo frecuente en las obras de García Cabrera que representa la
libertad. Utiliza una poesía sencilla con un léxico accesible con el fin de llegar a la
sociedad.
Ya hemos aludido a la diferencia sustancial que supone vivir en Occidente, donde
podemos disfrutar de ciertas cotas de libertad, frente a la precaria situación que viven
los ciudadanos del mundo en desarrollo, donde la falta de libertad se une a todo tipo de
conflictos sociales, raciales, religiosos, etc. La libertad no se otorga, sino que debemos
luchar por obtenerla, como hizo enconadamente en su día uno de los más universales
poetas canarios del Siglo XX, como refleja en este poema Un día habrá una isla.