Lope de Vega y Quevedo

La poesía lírica barroca (II). Lope de Vega y Quevedo
1. Lope de Vega.
1.1. Vida.
Nació en Madrid en 1562. Fue el dramaturgo más importante de su tiempo, con más de
trescientas obras estrenadas, pero escribió también novela y poesía; por su impresionante
fecundidad literaria le llamaron “monstruo de la naturaleza”. Fue un personaje muy célebre por su
obra literaria -por su teatro, sobre todo- y por su vida. Llevó una vida bastante escandalosa para la
época: se casó dos veces, tuvo varias amantes y muchas aventuras, de algunas de las cuales dejó
constancia en su propia poesía. En 1614 se ordenó sacerdote, tras sufrir una crisis espiritual. Murió
en Madrid en 1635.
1.2. Obra poética.
Su obra poética es muy extensa y variada (más aún, si consideramos que todo su teatro está
escrito en verso y que en sus obras en prosa también solía incluir poemas). Escribe poesía narrativa
y poesía lírica, de arte mayor (italianizante) y de arte menor (de inspiración popular); y trata toda la
variedad posible -existente en su época- de temas literarios: poemas de amor, morales, religiosos,
satíricos, etc. De su obra poética podemos destacar las siguientes variedades:
– Los romances: fue uno de los creadores del romancero nuevo. Escribió romances de todos
los tipos y frecuentemente estos tenían carácter autobiográfico y hacían referencia a sus
aventuras amorosas. Sobresalen los romances de temática religiosa.
– La poesía petrarquista: La encontramos por ejemplo en el libro Rimas. Se trata de poemas
de arte mayor y tema variado (moral, de amor, laudatorios, etc.); destacan aquí los sonetos
amorosos. A este grupo pertenecen también sus poemas épicos como por ejemplo la
Dragontea, poema en el que hace referencia a la muerte del famoso pirata sir Francis Drake
a manos de los españoles.
– La poesía religiosa: Reunida en el libro Rimas sacras, expresa su arrepentimiento y su
sentida devoción religiosa.
– La poesía burlesca: Sobre todo, en el libro Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de
Burguillos, donde hay encontramos una parodia de un cancionero amoroso de tipo
petrarquista; en este libro se incluye también un poema épico-burlesco, la Gatomaquia.
1.3. Estilo.
Es el más clasicista de los poetas barrocos; así pues, frente a la artificiosidad de Quevedo o
Góngora, su estilo se caracteriza por su llaneza y naturalidad expresiva y, por ello, fue criticado en
algún caso. No obstante, en mayor o menor medida, según los casos, se observa en sus poemas la
influencia del conceptismo y del gongorismo.
12. Francisco de Quevedo.
2.1. Vida.
Nació en Madrid en 1580 y murió en 1645. De familia noble, se dedicó a la política y estuvo
al servicio del duque de Osuna, favorito del rey Felipe III. Realizó actividades diplomáticas en
Italia.
Cuando en 1620 el duque de Osuna cayó en desgracia, Quevedo fue desterrado de la Corte,
pero un año más tarde, con el advenimiento del nuevo rey Felipe IV, se le levantó el castigo y
Quevedo reanudó sus actividades políticas. En 1639, Quevedo fue encarcelado por motivos no
aclarados y, posteriormente, se retiró a su pueblo, la Torre de Juan Abad. Murió en 1645.
2.2. Obra poética.
La poesía de Quevedo destaca por su calidad; es -junto con Lope de Vega y Góngora- el
poeta más importante del siglo XVII. Igualmente destaca por su gran variedad de temas, de géneros
y metros (escribe poemas tanto de inspiración culta como de inspiración popular) y de registros
(escribe poemas de pensamiento elevado, expresado con el léxico y el estilo más culto, y de la
misma manera se recrea en temas propios de la delincuencia, expresados con la jerga de los bajos
fondos).
La poesía de Quevedo no se publicó hasta después de su muerte; sus obras poética se
publicó con el título de El Parnaso español.
2.3. Temas.
Encontramos en Quevedo los mismos temas que en el resto de los poetas barrocos, aunque
en su tratamiento presentan ciertas peculiaridades:
a) Poesía amorosa. Sigue el modelo petrarquista. Los motivos más frecuentes son los referentes
a la belleza de la amada, el sufrimiento del amante y el de la fidelidad o constancia en el
amor por parte del amante, que llega de forma hiperbólica -típicamente barroca- a superar el
límite de la muerte (como se observa en su famosísimo soneto “Amor constante más allá de
la muerte”). Gran parte de sus mejores poemas de amor aparecen reunidos con el título
Canta sola a Lisi.
b) Poesía metafísica y moral. En este tipo de poesía Quevedo desarrolla una filosofía estoica,
que se justifica por el profundo desengaño de la vida. Ese desengaño se expresa con motivos
como:
• La fugacidad de la vida (“tempus fugit”).
• El carácter engañoso de las apariencias.
• Un agudo sentimiento de la proximidad de la muerte (“cotidie morimur”), en que
se fundamenta algunos de los poemas más impresionantes de Quevedo.
En este grupo, se incluyen también poemas de contenido político, en el que critica desde los
mismos principios estoicos, la situación de España.
c) Poesía religiosa. Junto con poemas otros poemas morales la encontramos, por ejemplo, en el
libro titulado Heráclito cristiano. Apoyándose en los mismos motivos que en la poesía
moral, en algunos poemas, el yo poético reflexiona sobre su propia vida desde una óptica
religiosa, mostrando arrepentimiento de los pecados, y en otros poemas se centra en la figura
de Cristo.
2d) Poesía satírica y burlesca. Son poemas en los que priman los juegos de palabras y todo tipo
de recursos que muestran la agudeza de ingenio de Quevedo. Critica de forma humorística
costumbres, vicios, diferentes clases sociales y profesiones, etc. Aquí encontramos también
poemas de temática misógina, en los que hace una sátira de varios tipos de mujeres y
ataques personales, como los que dedicó a Góngora.
e) Poesía de circunstancias. Son poemas escritos para ocasiones concretas, frecuentemente
como elogio de amigos o de personajes importantes.
2.4. Estilo.
Quevedo es el principal representa de la corriente poética denominada conceptismo,
corriente caracterizada por los siguientes rasgos:
– empleo de “conceptos” (que como ya dijimos son asociaciones sorprendentes de ideas)
– expresión compleja de las ideas, con tendencia a la condensación expresiva (es decir,
buscando la mayor riqueza expresiva en la forma más breve posible).
– Uso intensivo de recursos retóricos (metáforas, comparaciones, hipérbatos forzados,
antítesis, dilogías, oxímoros, etc.)
Un rasgo muy característico de Quevedo es, igualmente, la creación de neologismos (sobre
todo, en la poesía cómica, pero también en la “seria”). Por ejemplo, naricísimo, sacaabuelas, etc