Mapa conceptual de la teoria sintetica de la evolucion



La evolución como una propiedad inherente a los seres vivos ya no es materia de debate entre los científicos.2 Los mecanismos que explican la transformación y diversificación de las especies, en cambio, se hallan todavía bajo intensa investigación. Dos naturalistas, Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, propusieron en forma independiente en 1858 que la selección natural es el mecanismo básico responsable del origen de nuevas variantes fenotípicas y, en última instancia, de nuevas especies.8 9 Actualmente, la teoría de la evolución combina las propuestas de Darwin y Wallace con las leyes de Mendel y otros avances posteriores en la genética; por eso se la denomina síntesis moderna o «teoría sintética».2 Según esta teoría, la evolución se define como un cambio en la frecuencia de los alelos de una población a lo largo de las generaciones. Este cambio puede ser causado por diferentes mecanismos, tales como la selección natural, la deriva genética, la mutación y la migración o flujo genético. La teoría sintética recibe en la actualidad una aceptación general de la comunidad científica, aunque también algunas críticas. Ha sido enriquecida desde su formulación, en torno a 1940, gracias a los avances de otras disciplinas relacionadas, como la biología molecular, la genética del desarrollo o la paleontología.10 De hecho, las teorías de la evolución, o sea, los sistemas de hipótesis basadas en datos empíricos tomados sobre organismos vivos para explicar detalladamente los mecanismos del cambio evolutivo, continúan siendo formuladas.11 12



La teoría del equilibrio puntuado1 , también denominado Equilibrio interrumpido, es una teoría del campo de la evolución biológica propuesta por Niles Eldredge y Stephen Jay Gould en 1972.2

Lo específico de la teoría del equilibrio puntuado tiene que ver con el ritmo al que evolucionan las especies. Según Eldredge y Gould, durante la mayor parte del tiempo de existencia de una especie ésta permanecería estable o con cambios menores (periodos de estasis), acumulándose cambio evolutivo durante el proceso de especiación (formación de una especie nueva), que sería una especie de revolución genética breve en términos geológicos. No se discute el carácter gradual del cambio evolutivo, sino que se niega la uniformidad de su ritmo. Las diferencias entre la “teoría sintética” y la “teoría del equilibrio puntuado” se refieren no solo al tiempo (rápido o lento) de la evolución, sino también al modo en que ésta se despliega. Así, los neodarwinistas defienden que la evolución se desarrolla en el tiempo, básicamente, según un patrón lineal o filogenético, mientras que los puntuacionistas son partidarios de una evolución en mosaico, es decir: ramificada. La idea de aquellos es la sucesión lineal de una especie a otra; para estos, en cambio, una especie ancestral da lugar a múltiples especies descendientes que, a su vez, o se extinguen o continúan ramificándose.3

En el registro fósil se observa a menudo que las especies permanecen estables durante un tiempo para luego desaparecer o transformarse de forma aparentemente brusca. El gradualismo explica este hecho por las imperfecciones del registro geológico, mientras que según la hipótesis del equilibrio puntuado este hecho sería una consecuencia directa del modo en que las especies evolucionan, haciendo relativamente improbable la fosilización de las formas de transición. Esa improbabilidad aumenta si, como la teoría supone, la especiación se produce sobre todo en situaciones de crisis, en poblaciones de distribución localizada y efectivo reducido.

Evidencias de evolucion

El Registro Fósil:

El registro fósil nos proporciona una historia del pasado que, demuestra un cambio evolutivo a lo largo de 4000 millones de años. El registro puede contener zonas oscuras y eslabones perdidos, pero la evidencia fósil claramente demuestra que la vida es muy vieja y ha cambiado a lo largo del tiempo. Hay numerosos ejemplos de formas de transición (organismos que son estados intermedios entre una forma ancestral y su descendiente) en el registro fósil que proporcionan las evidencias más claras de que hay un cambio a lo largo del tiempo.

Las Homologías:

La teoría evolutiva predice que los organismos emparentados comparten similitudes que son heredadas de un ancestro común. Estas características similares se conocen como homologías. Las homologías se descubren comparando las diferentes anatomías de los seres vivos, mirando las diferencias y similitudes celulares, estudiando el desarrollo embrionario o estudiando las estructuras vestigiales dentro de los organismos. Por ejemplo, anfibios, reptiles, aves y mamíferos tienen, aparentemente, extremidades muy diferentes que reflejan sus diferentes estilos de vida. Pero todos ellos comparten el mismo conjunto de huesos: el húmero, radio y ulna. Estos huesos son los mismos que los observados en el fósil de un animal de transición ya extinto, el Eusthenopteron, lo que evidencia el origen común de todos ellos.

Evidencias biogeográficas:

La distribución geográfica de los seres vivos nos demuestra una progresiva diversificación adaptativa que les ha permitido colonizar nuevos ambientes. Es decir, las especies se originan en áreas concretas a partir de la cual se dispersan colonizando nuevos ambientes dando lugar a un proceso de especiación que genera un mayor número de especies.

Observaciones directas

: Aunque la mayoría de las evidencias a favor de la evolución provienen del pasado, hay observaciones directas en el presente o en un pasado muy reciente. Por ejemplo, la selección artificial de los animales domésticos y la agricultura o las interacciones de los organismos con sus ecosistemas. Además, hay muchos experimentos como los llevados a cabo con guppies (peces muy comunes de acuario) o moscas de la fruta, que demuestran en el laboratorio como funciona la adaptación por selección natural y que ponen de manifiesto el poder de las mutaciones genéticas.