Oratoria

Definición de retórica: La retórica es el arte o técnica de la persuasión por medio del discurso oral. En definitiva, el arte del discurso ciudadano, que se pone en práctica en el ámbito de la pólis, y que desempeña un papel decisivo en las diversas facetas de la vida pública y privada dentro del sistema democrático. Tipos de retórica y géneros de discursos :Aristóteles, a mediados del siglo IV a.C., distinguió entre tres tipos de retórica teniendo en cuenta el receptor del discurso y su posibilidad de reacción. Si el auditorio ha de juzgar sobre hechos del pasado en el marco de un tribunal de justicia, nos encontramos ante la retórica forense. Si el auditorio ha de juzgar sobre hechos que han de suceder en el futuro en el ámbito de la asamblea política, nos encontramos ante la retórica deliberativa. Y, finalmente, si el auditorio asiste como espectador y no como juez que ha de tomar una decisión, nos encontramos ante la retórica epidíctica, demostrativa o “de aparato”.1) La retórica técnica o de los manuales: surge a partir de las nuevas necesidades cívicas -judiciales y políticas- planteadas en Siracusa y Atenas a partir de la instauración de la democracia. Este tipo de retórica surge al centrar los rétores su atención en el discurso en detrimento de factores como el emisor y el receptor. Se trata de una retórica enormemente pragmática, preocupada por cómo presentar eficientemente un tema y por cómo conseguir convencer a toda costa sin entrar a juzgar la moralidad del orador que pronuncia el discurso ni evaluar sus posibles efectos sobre el auditorio. Es la retórica de recetas y consejos simples y efectivos que desarrollaron en Sicilia autores como Córax y Tisias y que tuvo su continuidad en Atenas a través del grueso del movimiento cultural conocido como Sofística. Su ámbito básico de ejecución fue el género judicial. 2) La retórica sofística, es decir, la desarrollada por los grandes sofistas del siglo V y IV como Gorgias o Isócrates. Se trata de una retórica centrada en el orador más que en el discurso o en el auditorio y es la responsable de una imagen del orador ideal que, gracias al prestigio ganado, lidera la sociedad hasta conseguir el cumplimiento de unos objetivos personales (la influencia alcanzada por Gorgias) o de unos ideales nacionales (la idea del pan-helenismo defendida por Isócrates). Se trata de una retórica más ceremonial que activa y cívica. Se trata de una oratoria abierta a la amplificación y al refinamiento estilístico. Sus discursos, por lo tanto, pertenecen sobre todo al género epidíctico. 3) La retórica filosófica: este tercer ramal comienza con las críticas planteadas por Sócrates a las dos anteriores retóricas y tiene como continuadores básicos a Platón y a Aristóteles. Reduce el papel jugado por el orador y se preocupa por la validez del mensaje emitido, teniendo muy especialmente en cuenta su efecto sobre el receptor. Se trata de una retórica íntimamente conectada con la dialéctica y con el análisis psicológico. Su objetivo básico es buscar el bien del auditorio en el marco de la convivencia cívica. Este tipo de retórica prestó una especial importancia al menos desarrollado de los géneros: el deliberativo. La oratoria ática se desarrolló en tres contextos diferentes: a) El contexto legal: En la democracia radical que surgió en la primera mitad del siglo V a. C., uno de los derechos más importantes era la isonomía (igualdad de todos los ciudadanos ante la ley). Todos los ciudadanos tenían el derecho, pero también la obligación, de ocuparse de su propia defensa ante un tribunal popular. los crímenes y delitos eran juzgados ante un tribunal que contaba con un número muy amplio de jurados (201 como mínimo), que eran elegidos por sorteo entre los ciudadanos varones de la pólis. Los miembros del jurado introducían en una urna un guijarro con el que expresaban su juicio: blanco era inocente, negro culpable. Sólo a partir de finales del siglo V a.C. surge la posibilidad de un intermediario, el logógrafo, que era un orador profesional que, teniendo en cuenta el talante y características personales de quien tenía que pronunciar el discurso, elabora una intervención con los datos disponibles. El logógrafo más importante fue Lisias.Contexto político: Estaba constituido por el ámbito de la asamblea política, que estaba formada por todos los ciudadanos libres de la pólis que contaban con el derecho de la isegoría o igualdad a la hora de intervenir en la política de la asamblea. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría en el ámbito judicial, la necesidad de aprender a pronunciar un discurso persuasivo en este contexto no era algo imprescindible. Los principales oradores deliberativos, como Demóstenes, eran profesionales que lideraban una facción de ciudadanos. Así, por ejemplo, a lo largo de la época clásica surgieron diversos líderes que defendían intereses oligárquicos o populares. Contexto epidíctico: Se trataba de un contexto más indefinido, en el que se desarrolló la oratoria que no era deliberativa ni judicial, destinada a la exhibición del orador, y que se puso en práctica en ámbitos privados (simposios) o ceremoniales (epitafio). En Atenas, el siciliano Gorgias fue decisivo para el desarrollo de la oratoria epidíctica. En el año 427 a.C., al frente de una embajada procedente de Leontinos, consiguió asombrar a los atenienses gracias a discursos de exhibición como El encomio de Helena y La defensa de Palamedes. El Encomio de Helena ofrecía una defensa de la mujer más criticada en el mundo griego, la que había provocado la Guerra de Troya. La Defensa de Palamedes es un discurso judicial ficticio de tema mitológico, en el que Palamedes se defiende de las acusaciones que le dirige Odiseo de haber traicionado, por oro, a los griegos.